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La Madre de Ciudades recibe a diario alrededor de 600.000 rodados de todas las clases. Esto es al menos el 32% del total de vehículos registrados hasta 2016, que era de 1.855.652, de acuerdo a las estadísticas de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial.
“Las calles de Asunción no tienen la capacidad de soportar tantos vehículos”, advierte el Ing. Luis María Pereira, director de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de Asunción. Sostiene que, de los 600.000, solo un tercio son de residentes de la capital y el resto proviene de diferentes ciudades del departamento Central.
El paulatino crecimiento del parque automotor ha desembocado en una serie de problemas que hoy convierten la ciudad en un verdadero infierno para el tránsito vehicular. Calles en mal estado, embotellamientos y crisis de estacionamiento son los principales dolores de cabeza.
“Nosotros realizamos intervenciones en intersecciones y tramos críticos para aliviar un poco el problema del congestionamiento, pero son como medidas paliativas a la situación que se da en el momento, porque se van cargando año a año las calles de la ciudad y son muchos tramos en los que en horas pico hay saturación”, reconoce.
Mariscal López y San Martín, España y San Martín, Artigas, Sacramento, Félix Bogado y 5ª Avenida, varios tramos del microcentro, zona del Mercado 4 y Eusebio Ayala son algunos de los puntos que en horas pico se convierten en una verdadera trampa de asfalto, sobre todo entre las 6:30 y las 9:00.
Las facilidades con que cuenta la clase media para acceder a los automóviles es uno de los principales factores que contribuyen enormemente a esta problemática. Créditos a sola firma, los precios accesibles de autos usados y la importación de rodados desde Chile acortan el camino de las familias a su primer auto.
En la actualidad, más del 40% del parque automotor está conformado por automóviles usados importados de Chile, según estimaciones de la Asociación de Importadores de Vehículos Usados. Alrededor de 1.500 personas se dedican a la importación de autos usados desde el país andino.
Esta superpoblación de vehículos también influye en la destrucción de la capa asfáltica, asegura el Ing. Pereira. “En cuanto mayor sea la cantidad de vehículos, más sufre el pavimento, más aún si el pavimento es asfáltico”.
Esto empeora cuando hay pérdidas por cañería dañada de la Essap -sostiene-, ya que el agua provoca un deterioro acelerado del asfalto. “La rotura de caños bajo el pavimento va deteriorando la base y, con el paso de los autos, se destruye con mayor velocidad”.
De hecho, la capa asfáltica de la capital está constantemente dañada debido a que no se cuenta con un sistema de desagüe pluvial, lo que hace que la durabilidad del pavimento disminuya considerablemente. El agua es el peor enemigo de las calles.
Esta demanda surge por la no preferencia de los ciudadanos por el transporte publico de pasajeros. A esta altura tendríamos que contar ya con varios troncales como los del metrobús, de sistemas masivos de pasajeros.
Una de las posibles soluciones a mediano plazo, sobre todo pensando en el bienestar de los ciudadanos, es un sistema de transporte masivo de pasajeros como el metrobús. Proyectos como este permitirían que las personas que provienen de ciudades vecinas reduzcan el uso de sus automóviles.
A su criterio, sistemas de transporte como éstos oxigenarían algunos puntos críticos de la ciudad, especialmente aquellos de ingreso, aunque reconoce que se necesita más troncales para que sea una solución a mayor escala. “Ya deberíamos haber tenido toda una red, lo que podría haber contenido un poco este crecimiento del parque automotor de vehículos privados”, refirió.
Sostiene que, en los horarios establecidos, su carril exclusivo convierte al metrobús en un servicio de transporte público más rápido y confiable en comparación con el que existe, pero los retrasos en el avance de las obras terminan por congestionar más los tramos donde se desarrollan las obras.
Aparte de un sistema de transporte público atractivo y eficiente, se necesita recurrir a medidas que disminuyan el uso del vehículo particular, como el estacionamiento tarifado, que permitirá no solamente ordenar la circulación, sino también administrar mejor los espacios de aparcamiento, expresa. “Asunción sufre porque sus calles no tienen la capacidad para recibir a todos estos autos. El estacionamiento en las calles atenta contra el transito fluido”, indicó.
¿Pero hay una solución a corto plazo que permita que Asunción se vuelva más ordenada? “Es muy difícil”, reconoce el funcionario municipal, pero destaca las tareas que se realizan para intentar descongestionar las arterias, como la habilitación de calles alternativas que sirven de apoyo a las principales avenidas de acceso a la ciudad y la inversión en tecnología para los semáforos.
Resalta que se debe crear más dársenas en las paradas de transporte público, ya que cuando los colectivos se detienen a alzar pasajeros se demoran un excesivo tiempo al cobrar y dar vueltos, lo que reduce el espacio de circulación. Cree que este problema se podría acabar con la implementación del billetaje electrónico.