Hacer más por los jóvenes

Actualmente, el 27% de los habitantes del país (alrededor de 2 millones de personas) corresponde a la población joven. Esta realidad requiere de acciones urgentes y más significativas en cuanto a capacitación y generación de empleo para este sector.

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La semana pasada, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) llevó a cabo el Taller del Observatorio Laboral, en el que fueron analizados datos preocupantes que afectan, en mayor medida, a la población joven, tanto masculina como femenina.

Uno de los trabajos de investigación, realizado por Diego Meza, Gustavo Rivas, Ana Rojas Viñales y José Méndez, sobre los Determinantes del desempleo juvenil en Paraguay, revela, por ejemplo, que una mujer pobre de entre 15 y 19 años, que reside en el área urbana, con un nivel de instrucción primario o secundario solamente, posee tres veces más probabilidades de estar desempleada que la población joven en general.

En ese sentido, señala que en el área rural las más expuestas al desempleo son las mujeres de entre 15 y 19 años con bajo nivel de instrucción y que son pobres.

El estudio destaca igualmente que ser mujer incrementa notablemente las probabilidades de estar subocupada (personas que trabajan menos de 35 horas semanales y que están dispuestos a trabajar más horas).

Dice que si se une esta característica al hecho de pertenecer al sector secundario o terciario, las probabilidades rondan el 66%. Añade que la mujer pobre soltera es una de las más propensas a estar subocupada (46% de probabilidad en promedio).

Por otra parte, dice que las mujeres de entre 15 y 19 años, que trabajan en la informalidad, con un nivel de instrucción primario, tienen una alta probabilidad (93%) de ganar menos de un salario mínimo legal. Mientras que una mujer con las mismas características, pero que trabaja dentro de la formalidad, tiene 20% menos de probabilidad de estar en la misma situación.

Los investigadores concluyen que el crecimiento macroeconómico en Paraguay no tiene implicancias en cuanto a la reducción de la desocupación juvenil, ya que se ha mantenido a niveles cercanos al 10% a lo largo de los 10 años analizados en este estudio, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH 2006-2015).

Añade que las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres jóvenes son alarmantes en varios aspectos: de cada 10 jóvenes inactivos, 7 son mujeres, por razones familiares (ser madres) es muy alta. Además, las mujeres siguen percibiendo salarios menores que los hombres, y que la desocupación afecta más a las mujeres que a los hombres.

El estudio propone que mediante acciones públicas de “discriminación positiva” se fortalezca la participación de las mujeres jóvenes en el mercado laboral, que les permita estudiar y desempeñarse en el empleo formal, con guarderías, políticas de cuidado y acompañamiento familiar, de modo de disminuir la inactividad de las mujeres por razones familiares.

Asimismo, plantea organizar e implementar actividades de capacitación vinculadas y acordes a la realidad territorial, promovidas por los organismos existentes para que, aunando esfuerzos, brinden oportunidades de capacitación y formación de los recursos humanos disponibles en su entorno geográfico, para evitar la migración a otras localidades.

Sugiere potenciar los programas de mentoría, entrenamiento y pasantías, tanto durante la educación media como en la educación universitaria y formación profesional.

Asimismo, elaborar un cronograma de monitoreo y evaluación de impacto de planes y programas a efectos de generar una base de datos cierta, actualizadas, actualizables y disponibles al público en general, investigadores y tomadores de decisión, que permita conocer de manera objetiva los resultados de programas y políticas sociales.

Por su parte, el economista Hugo Royg, de MCS Grupo Consultor, en su “Análisis del mercado laboral para mejorar la pertinencia de las políticas activas de empleo”, indica que para cubrir los puestos, las empresas hoy día necesitan personas con competencias específicas, actitud positiva y, sobre todo, personas capaces de seguir aprendiendo y creciendo.

En ese sentido, ha detectado como barreras para cubrir la demanda laboral, actual y futura, que las personas tengan actitudes limitadas, sin proyección de futuro, baja calidad y desigualdades en la educación, educación muy teórica y poco práctica, personas con escasos conocimientos específicos y acceso limitado a las nuevas tecnologías.

Agrega que, además, falta de certificación de los oficios y combatir la cultura que no valora el trabajo en fábrica u obras: “Todos queremos ser oficinistas”, dijo. El análisis también refiere a una institucionalidad todavía en consolidación y a una alta informalidad.

Sostiene que por estas razones, las ofertas de formación deberían orientarse a proporcionar conocimientos específicos, potenciar la capacidad de “aprender a aprender”, desarrollar tecnicaturas que incorporen nuevas tecnologías, aplicar en forma práctica lo transmitido/aprendido y potenciar el razonamiento lógico.

MCS Grupo Consultor concluye que los escasos nuevos empleos de calidad y competencias limitadas de las personas generan una brecha en el mercado laboral, cuya demanda está condicionada por la estructura económica.

Dice que, por su lado, la oferta laboral está poco capacitada: enfrenta diferencias de oportunidades por área, por sexo y por edad; y muchos se ven obligados a trabajar en empleos informales. Acota que las limitadas capacidades de las personas exigen inversión en tiempo y recursos por parte de las empresas.

Por otra parte, afirma que disminuir la brecha requiere de políticas más eficientes de incentivos a la generación de empleos de calidad para todos y todas; planificar el proceso migratorio y de políticas educativas orientadas al desarrollo de las capacidades y no en la mera transmisión de conocimientos.

Destaca que igualmente requiere aumentar la oferta de programas de formación técnica y práctica: entrenados para el desafío de hacer y desarrollar capacidades personales básicas: de aprender a aprender, comunicación efectiva, razonamiento lógico y capacidad para resolver problemas.

El taller de presentación de los estudios e investigaciones, realizado la semana pasada, es el resultado de la política institucional de mejoramiento de la recopilación y producción de datos acerca de la situación del trabajo, el empleo y la seguridad social en el Paraguay, que el MTESS lleva adelante, a través de su Observatorio Laboral, explicó por su parte el titular de la cartera de Trabajo, Guillermo Sosa Flores.

Añadió que la política de mejoramiento en la toma y análisis de los datos es indispensable para mejorar también el impacto de las demás políticas institucionales, teniendo en cuenta que hasta el momento las principales fuentes de información son externas al ministerio, como la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, o de estudios realizados por universidades y organismos privados, o por la cooperación internacional.

En el caso particular del empleo, dijo que el mejoramiento de la calidad y la pertinencia de la información son cruciales para definir cuestiones como el perfil de egreso de la formación profesional, mejorando así la empleabilidad y la capacidad emprendedora.

El ministro señaló que es preciso saber, en cada momento, qué cambios se registran en los perfiles formativos que las empresas requieren e, incluso, dado el caso, tratar de anticipar dichos cambios.

Dijo que al obtener esta información se pueden introducir cambios oportunos en la oferta educativa del SNPP o el Sinafocal, con nuevos cursos, nuevos enfoques metodológicos, nuevas herramientas tecnológicas de apoyo, etc.

“Además, permite planificar la oferta formativa, no solo por sectores de actividad, sino también con criterio territorial: Es decir, dónde crece el empleo, o no; por qué; qué medidas debe introducirse en tal ciudad/departamento o región para favorecer la creación de empleo; dónde están los mayores déficit de formalidad y cuáles son las causas, etc”, recalcó.

Expresó que el objetivo final es que cada vez más las decisiones de políticas en materia de trabajo, empleo y seguridad social tengan como base estudios más precisos sobre la realidad del mercado laboral.

Subrayó que esto va a contribuir a mejorar las oportunidades de inserción laboral, o de creación de emprendimientos. “En último término, una fuerza de trabajo calificada, con pertinencia, contribuye al aumento de la productividad, la competitividad y el desarrollo sostenible”, enfatizó.

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