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Iván Mendes es el mismo narco que a inicios del 2000 se instaló en la zona de Pedro Juan Caballero, donde bajo la fachada de ser un próspero empresario camufló una de las más grandes estructuras del tráfico internacional de drogas.
El “zar de la cocaína”, así era cómo se conocía a Mendes Mesquita en el submundo de las drogas. Alias que se lo ganó a fuerza de envíos de más de mil kilos de cocaína al mes desde Paraguay hasta Estados Unidos y Europa. También eran conocidos sus vínculos con las Fuerzas Armas Revolucionarias de Colombia (FARC) con las que intercambiaban armas, drogas, avionetas y otras cosas más.
Sin embargo, el “reinado del zar” fue breve en Paraguay, ya que en noviembre de 2004 en un operativo conjunto de la Senad y la Policía del Brasil, se detuvo a toda la estructura de Mendes Mesquita, que estaba operando en una estancia ubicada en Alto Paraguay, Chaco.
Por casi dos años hicieron el seguimiento al clan de Iván, hasta que el 24 de noviembre de 2004 los antidrogas llegaron hasta la estancia donde debía aterrizar una avioneta con una importante carga de droga. En el lugar no iba a estar Ivan Mendes Mesquita, pero una serie de hechos hizo que el “zar” de la cocaína, desconfiara de las personas que iban a ir a dar ayuda logística a la nave y decidió acompañar al grupo.
Cuando la avioneta bajó llegaron los antidrogas, se generó una balacera, que terminó con la muerte de Clever Caires Correa, administrador de Mendes y la captura de Nelio Alves de Oliveira y Eder Pedro Ferrato, pilotos, Luis Brun Limeño, seguridad, un nativo identificado como Toro e Iván Mendes Mesquita. En ese procedimiento se incautaron 260 kilos de cocaína, que estaba siendo llevada hacia Colombia.
Rápidamente tras la captura del narcotraficante, los Estados Unidos lo reclamó en carácter de extraditado. Seis meses después de su captura el brasileño se allanó al pedido y fue llevado.
Una condena de seis años le dieron al traficante y eso fue fruto de un acuerdo al que llegó Mendes Mesquita con los antidrogas. Según se supo el narco “vendió” a mucha gente a cambio de indulgencia y también se había comprometido a ser informante.
Sin embargo, desde el 2010, cuando quedó libre, la cuestión era ir produciendo resultados y que la agencia antidrogas pueda ir deteniendo a los traficantes, pero el “zar” decidió mantenerse en la clandestinidad y una vez más las órdenes de captura en su contra comenzaron a ser impartidas.
La Policía del Brasil puso en marcha el operativo “Mosaico” que tenía por objetivo principal dar con Mendes Mesquita, quien vino hasta la frontera con Paraguay para volver a operar en el negocio del tráfico, pero como suele suceder dentro de las estructuras mafiosas del narcotráfico, la moneda de cambio siempre es la traición y al parecer alguien dio las coordenadas del prófugo y el miércoles fue detenido.
Ahora se verá que destino se le da al traficante, si es nuevamente llevado a los Estados Unidos, afrontará una condena muy larga o perpetua, por haber incumplido con la justicia. De quedarse en Brasil, también le esperan años a la sombra, pero lo que es seguro es que no volverá a ser liberado.