El trompo resiste al olvido

Un artesano encontró en las redes sociales una herramienta de vital ayuda para promocionar y rescatar del olvido a este tradicional juguete, prácticamente desconocido por las nuevas generaciones.

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En tiempos donde Internet era una mera ilusión y la televisión llegaba a unos pocos, la diversión infantil consistía básicamente en el giro de un curioso objeto hecho de madera y metal, que por mucho tiempo llevó alegría y hasta inspiró composiciones folclóricas, con el paso del tiempo fue desplazado por las distracciones que trajo la modernidad para los niños.

Tratando de llenar este vacío y recordar a las nuevas generaciones de su existencia nace Don Trompo, idea materializada por Francisco González en el año 2006, cuando se decidió a fabricar uno con herramientas básicas para enseñárselo a su hijo de 9 años, “Quería mostrarle como eran nuestros juguetes cuando éramos niños, ese mismo día lo terminé y lo hice girar con sus amiguitos en el barrio Trinidad y fue tanta la novedad porque estos niños nunca lo vieron o lo tuvieron en la mano”, recordó González.

Esta anécdota fue lo que motivó al artesano residente hoy en Loma Pytá a continuar, principalmente por tratarse de un objeto olvidado y porque cada vez hay menos artesanos dedicados a este rubro, desde el 2006 hasta la fecha llevan fabricados 14.000 trompos, con la colaboración de su hijo a quien logró transmitir la vocación y también colaboró en la elaboración de los juguetes.

González señaló que en los primeros tiempos la única vía de publicidad de su nuevo negocio era a través del boca en boca, o llevando directamente a los almacenes, algunos compraban al contado y otros a consignación, sorprendentemente tuvo una gran acogida en personas de edad promedio de 30 años para arriba, es decir de todas aquellas personas que supieron alegrar sus jornadas con el giro tambaleante del popular trompo. Además, halló un nicho de compradores en personas que los prefieren como objetos decorativos.

“Esto fue de suma ayuda para acrecentar las ventas, pero también nos obligó a diversificar el producto, hacerlo más moderno, ponerle colores más vivos, darle diferentes formas o hacer que resalte la madera natural, para que además de llevar diversión también tenga un valor agregado artesanal”, destacó el fabricante.

El artesano encontró en las redes sociales una vía de difusión de sus piezas, a tal punto de que la considera como su brazo derecho, puesto que le permite compartir sus imágenes e intercambiar experiencias con los más 2.000 seguidores que tiene en su página de Facebook y el efecto multiplicador que traen las redes sociales.  También destacó el envión que significó la elección de un trompo como símbolo del Bicentenario de la Independencia en 2011.

González tiene como objetivo inmediato seguir produciendo y potenciar la difusión a través de internet y de esa manera llegar a más gente, en tanto que el objetivo a largo plazo es la realización de un torneo nacional que fue ideado hace ya bastante tiempo, pero aún no concretado por falta de apoyo y la logística que ello implica.

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