El joven 'Mariscal' de Rubio Ñu

Tiene apenas 20 años y ya jugó 100 partidos en Primera División. Con una capacidad de liderazgo casi insólita para su edad, Robert Piris Da Motta es el pequeño gran 'Mariscal' que tiene Rubio Rubio Ñu y el volante de mayor potencial del fútbol paraguayo.

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No tiene mucha prensa; él mismo afirma que prefiere un perfil bajo, pero sin dudas el joven mediocampista de Rubio Ñu, Robert Ayrton Piris Da Motta, merece una atención muy especial por sus tremendas condiciones que demuestra en un club sin demasiado potencial.

Rudo cuando hay que serlo, ordenado para cubrir espacios, buen manejo de balón y un pulmones “anormales” para correr más de 90 minutos son algunas virtudes que han hecho de Robert un jugador casi completo, que ya está siendo codiciado por clubes grandes de nuestro país y del exterior.

Con 19 años, el año pasado, tuvo la valentía de ponerse el equipo al hombro y el Albiverde sobrevivió a una sombra de la que no puede escapar desde hace dos temporadas: el temible descenso. Como él mismo cuenta, tuvo que madurar más rápido de lo normal y ante la falta de líderes en el campo se puso la cinta de capitán y convirtió el gol que le dio nuevamente vida a Rubio Ñu, en la “final” aparte ante el 3 de Febrero.

Su relación con Rubio Ñu fue como amor a primera vista. Llegó un día proveniente del club Nanawa de Ciudad del Este, probó, fichó y, tras jugar 8 meses en la categoría Sub 14, con la que salió campeón, ya fue promocionado por Francisco Arce y debutó en la Primera División de nuestro fútbol. “Con 'Chiqui' Arce debuté en Primera, aprendí muchísimo con él, pero con el técnico que realmente me consolidé fue con Hernán Lisi”, confiesa el mediocampista estrella de la entidad de Trinidad.

Con 20 años, Piris Da Motta ya lleva cinco temporadas en la categoría máxima y el miércoles pasado, en la goleada 5-1 de su equipo ante el Deportivo Capiatá, cumplió 100 partidos con la camiseta albiverde, a la que le tomó enorme cariño.

El momento más difícil, sin dudas, el temor más grande de un equipo y de un jugador es el descenso. Rubio Ñu viene gambeteando desde hace dos temporadas a la Intermedia; el año pasado, su permanencia fue dramática y recién a falta de un par de fechas pudo sellar su continuidad en Primera. “Fue un momento horrible, de lo peor que pasé, no le deseo a ningún jugador. Es terrible, me moría de ansiedad. Esa semana que íbamos a jugar contra 3 de Febrero no quería comer y no podía dormir. De repente me despertaba de madrugada y no podía dormir más porque no dejaba de pensar en eso. Por cosas de la vida me tocó ser capitán ese partido y encima convertí el gol más importante de mi carrera”, relata el volante recordando el juego ante el “3”.

Por ahora, su concentración plena está en el Albiverde, pero Piris confiesa que su sueño a final de temporada es conseguir una transferencia, pues su ciclo en Trinidad está muy cerca de llegar a un tope final. “Rubio Ñu me dio muchísimo y creo que yo también le devolví algo. Espero que pronto pueda conseguir una salida al exterior, desde hace como dos años que hablan de que voy a ir aquí, allá, pero al final no pasó nada. No me desmotiva eso, al contrario, significa que debo trabajar el doble”, aseguró.

Robert ya tuvo la posibilidad de vestir la Albirroja Sub 20, con la que jugó el Sudamericano y Mundial de la categoría que se disputó hace dos años en Turquía. “Tuve la bendición de estar en varias selecciones menores. Muchos decían que yo jugaba porque era jugador de Rubio Ñu y "Puchi" Ruiz Díaz, pero creo que en la cancha demostré porqué me convocaron, nunca nadie me regaló nada. Gano o pierdo algo en el campo de juego”, afirmó.

Ahora, su gran meta es integrar la selección paraguaya absoluta, que le ha sido esquiva hasta el momento. “No me obsesiono, pero es algo que tengo que conseguir. Trabajo duro en mi club y espero ser llamado cuando el técnico crea que lo merezco”, finalizó.

Piris Da Motta tiene una gran atracción por los tatuajes, es más tiene doce diseños pintados en todo el cuerpo, que según él, seguramente se irán extendiendo con el tiempo. “Me gusta y mucho el tema de los tatuajes, tengo doce en total, pero todos tienen un significado. Tengo la cara de mi abuelo que ya está en el cielo, también los nombres de mis padres y así. Por ahora no voy a hacerme más, pero cuando encuentre algún motivo seguro continuaré”, explicó.

Ante la consulta de qué iba a ser si no llega a convertirse en jugador profesional, el joven mediocampista sorprendió y respondió: “Si no era futbolista creo que iba ser 'pesoka'”, cuenta entre risas. “Me atrae mucho eso de ser musculoso, creo que competiría en esos torneos de fitnes algo así, estoy seguro”, sentenció.

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