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Pocos lo conocen en nuestro país, pero Luis Páez ha jugado en el fútbol europeo por muchos años y a una corta edad. Cuando tenías apenas 17 años debutó en el Sporting de Lisboa, no solo jugó la Liga de Portugal, sino incluso tuvo la posibilidad de ser partícipe de un partido de la Champions League.
En la temporada 2007-08 fue partícipe del torneo más importante de clubes, la Liga de Campeones de Europa. Ingresó algunos minutos con el club portugués ante el Dinamo Kiev de Ucrania. El juego terminó con goleada a favor del Sporting por 3-0.
Tras la experiencia en Primera, la joven promesa guaraní fue cedido al Fátima de la segunda división de Portugal, también tuvo un paso por la serie B de Italia.
Al tener continuidad en esos clubes, Luis fue llamado a disputar el Sudamericano y el Mundial sub 20, disputado en Egipto en el 2009, por Paraguay.
Junto a una generación que hoy comienza a brillar en varios clubes de Europa y América, Páez asomaba como uno de los futuros “9” de la selección, de a poco iba teniendo la consideración de los entrenadores albirrojos.
Compañeros suyos de aquella camada, que pudo haber hecho más historia en Egipto, son Hernán Pérez en el Olympiakos de Grecia, Iván Piris del Sporting de Lisboa de Portugal, Celso Ortiz del AZ Alkmar de Holanda, Derlis Orué de Nacional y Jorge Moreira de Libertad, entre otros.
Luis Páez visitó la redacción de ABC Color y contó cómo fue engañado por personas que se hacían llamar “empresarios del fútbol”, que casi terminan con su carrera de futbolista.
A inicios del 2010, Luis volvió de Portugal a su club de origen, Tacuary. Ahí comenzó lo que sería un “infierno” para él. Apenas jugó algunos partidos y tuvo una rotura de ligamentos cruzados, que lo dejó fuera más de seis meses.
Ese recién era el inicio de su calvario. Tras la operación, realizó un proceso de recuperación largo, pero su obsesión y deseo de volver a sentir el golpe de la pelota y lo que era disputar un partido de fútbol aceleraron su recuperación.
“Demasiado ya quería jugar, ya no quería esperar más. Aparentaba estar bien, pero tres partidos después volví a sentir. Me dijeron que era una distensión nomás y así pasó el tiempo”, explicó el atacante.
Contó que justo en ese momento se encontró con quienes le decía que serían los encargados de llevarlo a los clubes más importantes del continente.
“Le conocí a los empresarios (argentinos) y me comenzaron a llenar la cabeza. Me peleé con Francisco (Ocampos), incluso comencé una demanda. Los empresarios me prometían que iba a estar de lo mejor, que me iban a llevar a todos lados”, agregó el jugador.
Hasta ahí todo parecía bien encaminado en la carrera de Paéz, lo que no sabía era es que todo sería un engaño.
Si bien es cierto se fue tanto a Argentina como a Uruguay para intentar unirse a algún club, nunca salía de los hoteles.
“Me decían que ya estaba todo, que solo faltaba la firma. Después llegaba el tiempo y no pasaba nada. Así quedé colgado por muchísimo tiempo. Vivía en hoteles, entrenaba en cualquier lado. Me iba a correr por los lugares más cercanos a los hoteles, pues no conocía nada en esos países”, siguió contando.
Tras casi un año y medio de “tragarse” el cuentito de las ofertas de clubes importantes, Páez se cansó “de todo”, incluso llegó a pensar en lo peor: dejar de jugar al fútbol.
“Ya estaba como a para dejar, ya no encontraba más nada. Siempre quise jugar, pero por cansancio me decepcioné y quería bajar los brazos. Ellos me daban una remesa mensual, pero yo lo único que quería era jugar, poco y nada me importaba la plata”, explicó.
Para no dejar lo que tanto ama: el fútbol, Luis Páez tuvo que tragarse el orgullo y volver a hablar con Tacuary y Francisco Ocampo, a quien había demandado.
Páez, quien había desaparecido de sus excompañeros, amigos, escondido incluso del propio fútbol, admitió que se equivocó por la ignorancia que tenía en ese entonces y por mi juventud.
El delantero de 24 años volvió hace cuatro meses a Tacuary, se realizó unos nuevos estudios en la rodilla y el resultado fue lo que menos quería, volvió a romperse los ligamentos cruzados.
Según Luis, dentro de tres meses ya volverá a jugar en Primera y gracias a su perseverancia, el fútbol le da otra oportunidad para cumplir el sueño de chico: ser un futbolista profesional y jugar en la selección mayor.
“Mi meta ahora mismo es volver a jugar, todas mis energías están puestas en volver a jugar. Pasé mucho mal y eso es lo que me da fuerza. Yo tengo la capacidad, y me siento bien para alcanzar mi máximo nivel en un año más”, aseguró.
Luego de haber prácticamente decidido dejar el deporte y la profesión que ama, Luis Páez tiene el camino claro. Confesó que todo estos años de males le dejaron muchas enseñanzas y recomienda a todos los jóvenes que no piensen demasiado en el dinero, porque no lo es todo.
“Cualquiera puede decir te voy a dar dos millones de dólares, no caigas en eso. No todo lo que brilla es oro. En el fútbol y en la vida las cosas son por etapas. Aprendí que es más importante tener una casa donde te cuiden y te valoren, que creer en promesas de gente desconocida, que nunca cumplirán contigo”, sentenció.
Con 24 años, Páez intensifica su recuperación con fisioterapias y sigue siendo una de las esperanzas de la renovación albirroja, por más que haya quedado “borrado” del mapa por unos años.