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El documento resultante del estudio se denomina “Prevalencia de consumo de drogas. factores de riesgo y prevención en jóvenes escolarizados de 12 años y más”, llevado a cabo en el año 2015 por el Observatorio Paraguayo de Drogas (Senad, CICAD, ONODC, MEC y MSPBS).
Señala que 9 de cada 100 alumnos, en colegios públicos o privados, empiezan a fumar, y para cuando terminan el colegio, 31 lo habrán consumido; y lo llamativo del caso es que en los colegios privados se fuma más que en los colegios públicos.
El análisis destaca que las niñas fuman “un poco menos” que los varones, y que entre los 14 y 17 años la prevalencia de consumo se cuadruplica. Un elemento importante es que 6 de cada 10 fumadores manifiestan problemas de comportamiento frecuente o “muy frecuente” en el colegio.
En cuanto a la percepción del riesgo, el 67% de ellos considera que fumar frecuentemente es de gran riesgo para la salud, pero el 33% restante o no sabe, o cree que fumar frecuentemente no tiene riesgo o el riesgo es leve o moderado.
La mercadotecnia del cigarrillo apunta “inescrupulosamente” a adolescentes y jóvenes para iniciarlos cuanto antes en esta nociva adicción que será un factor de riesgo importante para numerosas enfermedades crónicas, aseveró el Dr. Édgar Giménez Caballero, magíster en Salud Pública.
Añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda introducir medidas de control fiscal, entre ellas impuestos de 70% sobre el valor del cigarrillo y otras medidas como la prohibición de todo tipo de publicidad y promoción de cigarrillos, advertencias claras y con imágenes sobre el daño a la salud, así como espacios libres de humo de tabaco.
Dijo que solo la combinación de estas medidas puede ser eficaces para proteger a adolescentes y jóvenes de los daños del consumo de tabaco. Alertó que las regulaciones vigentes en Paraguay son insuficientes y que el Ministerio de Salud Pública es la entidad rectora para liderar una lucha decidida para su control sin conflictos de intereses.
El doctor Giménez manifestó asimismo que a causa de innumerables intereses, la industria tabacalera y los importadores de tabaco han tenido gran influencia para impedir un control efectivo en el consumo. “La OMS señala que los intereses de las tabacaleras y la salud pública son irreconciliables y que hay que seguir avanzando sin contar con ellos”, indicó.
Remarcó que en nuestro país, siendo el propio presidente de la República, Horacio Cartes, un propietario de tabacalera y a la vez financiador de grupos de poder, “es evidente que los avances son más complicados, puesto que en los países donde hay más avances son aquellos donde los propios presidentes lideran una agenda para fortalecer el control de tabaco”.
El profesional, exviceministro de Salud durante el gobierno de Fernando Lugo, argumentó que en Paraguay el tema se ha instalado y recientemente en casi todas las sociedades científicas de medicina se han expresado a favor de un mayor control y regulación del consumo de tabaco, debido a los daños a la salud.
El médico dijo que lo más preocupante de todo esto es que, aparentemente, existe un "conflicto de intereses" en el propio Ministerio de Salud, que lo hace incapaz o incompetente para liderar un proceso que es su obligación.
“Las declaraciones del (ex) ministro de Salud, Dr. Antonio Barrios, han tenido una amplia difusión y una contundente respuesta por parte de las sociedades científicas de medicina: el tabaco hace daño a la salud y es un problema de salud pública que hay que controlar”, enfatizó.
El experto mencionó que estos conflictos de intereses, o bien la falta de carácter para sostener argumentos técnicos ante presiones políticas o de sectores interesados, han llevado incluso a intentar minimizar el problema del tabaquismo entre los jóvenes.
Giménez afirmó que la reciente aprobación en el Senado sobre un incremento de la tasa impositiva de 20% a 40%, y de manera complementaria un impuesto fijo de G. 1.500 por cajetilla, es un “avance importante”. “Queda todavía su aprobación por la Cámara de Diputados y que el presidente no vete la ley”, advirtió.
Con relación a las denuncias divulgadas en su contra, Giménez aseveró que el hecho se da en coincidencia con una agenda legislativa muy importante que vienen trabajando en el Senado.
“Creo que el objetivo es desacreditar este trabajo o tratar de politizarlo. Pero más que denuncia, ha sido la difusión de información errónea por algunos medios de comunicación, aparentemente vinculados a grupos de interés de esta agenda, al más alto nivel”, señaló.
Al respecto, señaló que desde el 2006 viene participando en la difusión e incidencia política para fortalecer el control del tabaco, con distintos grupos impulsores. Acotó que trabajó en el Ministerio de Salud entre el 2008 y el 2011, y posteriormente, como asesor en las Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
Agregó que mediante una resolución de Diputados y de Senadores, fue trasladado a la Cámara Alta, donde cumple funciones desde julio, en iguales términos que otros asesores. “El perfil profesional que tengo avala el trabajo que vengo realizando y dispongo de todas las documentaciones que respaldan esta labor”, recalcó.
Mientras en Paraguay, el exministro de Salud Dr. Antonio Barrios se opuso descaradamente a la implementación de una ley antitabaco en nuestro país, la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Brenda Fitzgerald, fue obligada a dimitir el pasado 31 de enero de 2018 tras revelarse que había adquirido acciones de una compañía tabacalera pese a que esa agencia federal es la encargada de fomentar programas contra el consumo del tabaco.
La doctora Fitzgerald posee ciertos “intereses financieros complejos” que han impuesto una amplia recusación, limitando su capacidad para cumplir con sus obligaciones como directora de los CDC, indicó el Departamento de Salud y Servicios Humanos en un comunicado. Este señaló que el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, aceptó la dimisión de la directora.
La salida de Fitzgerald, quien había accedido al cargo en julio del pasado año, se produce después de que el diario político revelase que había adquirido acciones de la tabacalera Japan Tobacco, según informó la agencia de noticias española EFE, apenas un mes después de asumir su nueva responsabilidad.
La CDC, con sede en Atlanta, es la agencia responsable de reducir el consumo de tabaco y alertar de sus efectos perjudiciales para la salud entre los estadounidenses.
Fitzgerald, ginecóloga de formación, había recibido críticas por no haberse deshecho de otras inversiones en compañías que realizó antes de asumir la dirección de la CDC, como la aseguradora Humana o la farmacéutica Merck, y que suponían potenciales conflictos de interés. Previamente, había sido la directora de Salud Pública del estado de Georgia.