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Este año celebramos el 30 aniversario del golpe militar que depuso al dictador Alfredo Stroessner y devolvió al Paraguay a la democracia. Para conocer los valorares de la democracia debemos informarnos sobre lo que representó por casi 35 años la dictadura y el secuestro de todos los poderes políticos en uno.
Alfredo Stroessner tenía el grado de coronel cuando lideró el golpe militar que puso en el poder por un mes a Tomás Romero Pereir en 1954. Tras unas elecciones en las que Stroessner fue el único candidato, logró asumir la primera magistratura y concentró el poder de todos los poderes del Estado.
Al año siguiente proscribió al Partido Comunista y comenzaron las persecusiones hacia todo aquel que pudiera convertirse en opositor. La insurgencia se organizó en columnas guerrilleras, pero quedó desbaratada y prácticamente desaparecida junto a los que conformaban el grupo rebelde quienes murieron en largas sesiones de torturas o directamente fueron ejecutados.
REELECCIÓN ETERNA
En 1967 la Constitución no permitía la reelección presidencial, por lo que se convoca a una Asamblea Constituyente que en la nueva constitución le permite la reelección (artículo 173) por un periodo más, ya sea consecutivo o alternado. Cumplido ese plazo, y ya reelecto Stroessner, en 1977 se recurre a la enmienda constitucional en la que se menciona simplemente que el presidente de la República “podrá ser reelecto”, con lo que el dictador se saca la careta y deja abierta la posibilidad de ser “reelecto” cada 5 años, ritual que se simuló sin oposición hasta 1988.
Ya en 1970, una ley (la tristemente célebre 209) prohíbe las reuniones de más de 3 personas y el estado de sitio no volvió a levantarse. Las familias debían informar a su comisaría si celebraban un cumpleaños u otro acontecimiento. La libertad de expresión ya solamente era un sueño y la delación era de lo más común. Las personas se cuidaban de hablar y de realizar actividades perfectamente normales en la actualidad como poder salir por la noche.
La mencionada Ley sirvió además para justificar la detención de miles de compatriotas. A la par, la tortura se institucionalizó, los detenidos sabían que si eran derivados a ciertos lugares era casi seguro que la sufrirían. Algunos murieron en las sádicas sesiones, otros fueron ejecutados tras las mismas y muchos de los que tuvieron la suerte de sobrevivirlas quedaron con secuelas físicas o sicológicas para toda la vida.
UN CÓNDOR EN LA REGIÓN
En 1973 se firma el tratado de Itaipú, lo que le da al dictador un respiro económico cuando se concreta la construcción de la represa homónima. En la década del 70 las dictaduras militares dominaban la región y en 1975 se oficializa el Operativo Cóndor. Esto permitía a los gobiernos militares el intercambio de información, de prisioneros y todo tipo de atropello a los derechos humanos.
En 1980 el dictador hospeda al nicaragüense Anastacio Somoza y el mismo es asesinado en un atentado sin precedentes en Asunción. Las Fuerzas Armadas y la Policía hacen operativos en toda la ciudad y sus alrededores. Un solo responsable es detenido y torturado hasta la muerte, hecho que se informó posteriormente como que el mismo cayó en un enfrentamiento con la Policía.
La maravilla natural conocida como los Saltos del Guairá desaparecen en 1982, los mismos estaban en disputa por el territorio con Brasil, pero el embalse de Itaipú los inundó completamente. El sitio era parecido a las actuales cataratas del Yguazú, pero mucho más extenso y lleno de puentes colgantes que permitían a los turistas pasear entre las enormes casacadas de agua.
En su última década, el stronismo agudizó el exilio para los opositores al régimen, clausuró varios medios de comunicación como Radio Ñandutí y el diario ABC Color (en 1984). Periodistas, directivos y trabajadores de la prensa eran detenidos, entre ellos estuvo el mismo director de ABC, Aldo Zuccolillo.
COMIENZA A DEBILITARSE
En el 87 el hasta entonces unitario Partido Colorado se divide entre stronistas y tradicionalistas. El Cuatrinomio de Oro era la denominación que se dio a los cuatro hombres de confianza del dictador, entre los que se encontraba su secretario privado y padre del actual presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
En 1988 se cumple con la última reelección, ese mismo año el Papa Juan Pablo II visita nuestro país y brinda un mensaje de esperanza al acudir al encuentro con la sociedad civil del que el gobierno ni siquiera participa.
El stronismo fue perdiendo fuerzas en sus últimos años, pero el dictador estaba seguro de su superioridad en el Partido Colorado a pesar de la fractura, y de la lealtad de los que estaban al frente de las Fuerzas Armadas. Esos pilares que mantuvieron su gobierno por más de tres décadas se fueron quebrando hasta la caída del régimen.
Lea mañana sobre la noche del golpe de 1989.