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El estudio se titula “Comportamiento vial de la población paraguaya en relación al uso de elementos de seguridad, cumplimiento de las normas de tránsito y factores de riesgo” y fue liderado por la doctora Mercedes Maldonado Banks, en compañía de otros investigadores.
El trabajo fue elaborado con la ayuda de varias instituciones, entre las que resaltan el Ministerio de Salud Pública, la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial y financiado por el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología.
Los datos corresponden a 2016 y 2017. Los resultados arrancan con el interesante dato del recuento del parque automotor del país, que en 2016 sumó 386.016 autos, 136.026 camionetas y 623.454 motocicletas.
El periodo de recolección de datos de este estudio se hizo entre abril y junio de 2017. En ese lapso fueron observados 23.708 (6,14%) de autos, 12.511 (9,21%) camionetas y 41.859 motocicletas y motocarros (6,71%).
Del total de vehículos y biciclos observados, 62.773 fueron varones y 15.263 mujeres como conductores. En todo el país hubo 49 puntos de observación en 26 ciudades seleccionadas. La observación se hizo en esquinas con semáforos. Fueron además entrevistadas 80 personas: 40 varones y 40 mujeres.
La infracción más frecuente cometida por los conductores de los vehículos, ya sean autos o camionetas, es no tener el asiento especial para bebés y niños que debe estar ubicado en la parte posterior del rodado. El 98,45% de los vehículos no tenía este cuidado. La falta de uso de cinturón de seguridad en acompañantes y conductores fue la segunda infracción más frecuente en base a las leyes que regulan la vialidad.
En cuanto a las motocicletas, el principal problema es la falta de uso de chalecos reflectivos tanto en conductores como en acompañantes. El no uso de cascos se da menos en los acompañantes y luego en los conductores de los biciclos. Un gran porcentaje (76,19%) no tenía las luces encendidas y el 57,75% usó algún tipo de distractor.
En el caso de los automóviles, las conclusiones del estudio apuntan a un conocimiento más concreto de las señalizaciones que hay en los caminos. En cuanto al uso del cinturón de seguridad, la mayoría de los sujetos de investigación confesó que lo usa más en rutas y no dentro de las ciudades.
Sobre las sillas especiales traseras para niños y bebés, conocidas técnicamente como Sistema de Retención Infantil (SRI), la mayoría respondió que no saben qué es eso y los que sí saben qué es dijeron que no lo tenían porque es “muy caro”.
Otros de los conductores de vehículos reconocieron que utilizan el teléfono móvil y que circulan a velocidades no permitidas. La seguridad es lo que menos les importa a los ocupantes de un vehículo: la mayoría respondió que usa el cinturón solo para no ser multado y que no lo usan porque van a corta distancia. En ese contexto, el uso es más frecuente en los asientos delanteros que en los traseros.
Los departamentos en donde más se utilizó el cinturón en los asientos delanteros fueron Central, Asunción y Alto Paraná. El uso de cinturón de seguridad en los asientos traseros se observó en mayor porcentaje también en Central, en Alto Paraná e Itapúa.
Un punto llamativo también fue que los conductores no respetan el semáforo rojo por las noches, por la inseguridad en los cruces. Algunos de los encuestados también reconocieron haber conducido bajo efectos de alcohol en algún momento de su vida.
Las motos se compran más por la facilidad de adquisición, el desplazamiento más rápido y económico, porque es mejor para el trabajo y se puede estacionar fácilmente, dijeron los entrevistados.
Los motociclistas respondieron además que no usan casco porque les molesta, les da calor, no les deja ver ni respirar bien. Una mayoría reconoció además que no tiene el casco reglamentario y que transportan a familiares y menores sin casco porque no los tienen.
Los motociclistas conocen las normas de seguridad del uso de casco, cinturón y señaléticas, pero admiten que no las cumplen. Algunos reconocen que utilizan el celular y que circulan a velocidades no permitidas para llegar a destino mas rápido o a hora.
La mayoría usa el casco solo para no ser multado y no lo usan cuando circulan distancias cortas. En ese sentido, los cascos se usan menos en Paraguarí, Caaguazú, Caazapá, Amambay y Concepción y se usan más en Itapúa, Alto Paraná, Boquerón, Central y en Asunción. El uso de chalecos reflectivos es prácticamente nulo en todo el país.