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Llorar es un acto humano que incluye las áreas psicobiológicas, cognitivas y sociales; en el recién nacido este acto le sirve para lograr el apego de su madre, según expertos en el tema. Las lágrimas protegen al ojo de las infecciones microbianas, y se producen incluso antes del nacimiento, por lo que no es una conducta aprendida, sino influenciada por la socialización, el contexto, las relaciones, patología, etc.
La Dra. Ida Esquivel Liedtke, presidenta de la Sociedad de Pediatría del Paraguay, explica acerca del llanto en los infantes y sus significados.
–¿Por qué llora el bebé?
–El bebé es muy perceptivo y el llanto es su forma de comunicarse. No solo obedece a la necesidad de recibir alimento, sino también a otras situaciones como frío o calor excesivo, necesidad de caricias, cansancio, sueño y muchos otros. También puede ser por dolor abdominal o de oído.
Es su manera de comunicarse, gracias al llanto y la succión un niño sobrevive ya que son los seres más desvalidos al nacer.
–¿No siempre tiene una connotación negativa?
–El llanto al nacer es lo más sublime que uno puede escuchar cuando es enérgico y vigoroso, nos tranquiliza tanto a la madre como a los profesionales.
Además el llanto no siempre es reclamo de alimento, puede sentir frío porque tiene una superficie corporal muy grande por su tamaño y un panículo adiposo muy delgado –capa debajo de la piel–, o calor por inmadurez de su sistema termorregulador.
El niño en edad preescolar pasa de un estado de ánimo a otro. A veces es alegre, otras triste o amoroso, agresivo y violento. Puede deberse a una falta de tolerancia, a una frustración ya que su lenguaje es inadecuado para explicar lo que le ocurre o por molestias físicas.
–¿Por qué algunos son llorones y otros no derraman lágrimas casi nunca?
–Que lloren mucho o casi nada depende de la seguridad que reciben mediante la educación en la casa, el grado de desarrollo del lenguaje al expresar sus sentimientos o que consiga sus deseos llorando.
En la educación debe haber coherencia en las respuestas, siempre amables, firmes, no violentas de sus cuidadores.