Los superdotados

La escuela es para ellos un paseo, más bien se aburren y se inquietan. Muchos niños superdotados tienen una claridad mental y capacidad de lenguaje superior. No se cansan de preguntar y leer, y llegan a las soluciones a gran velocidad.

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“Aún no existe un acuerdo sobre lo que se entiende por superdotación, pero sí varias teorías; nos centraremos en dos definiciones, la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define a una persona superdotada como aquella que presenta un coeficiente intelectual (CI) igual o superior a 130; y la otra definición de Marland, la primera que no solo se basaba en el coeficiente intelectual (CI), aplica el término superdotado a quienes poseen un CI de 130 o mayor pero además con determinadas características: habilidad intelectual generalizada, aptitud académica específica, pensamiento creativo, habilidad para el liderazgo, habilidad para las artes visuales y habilidad psicomotriz”, según dice la licenciada Nathalia Torales Cabrera, psicopedagoga.

Entre los rasgos de un chico superdotado los profesores y padres pueden distinguir, por ejemplo, que es observador, muy curioso, tiene memoria prodigiosa, es atento, razona con capacidad para conceptualizar, es capaz de relacionar ideas, objetos y hechos. Es una máquina para resolver problemas y tiene una imaginación a prueba de libros. Por eso es tan importante impulsar el hábito de leer buenos libros, consultar sitios de internet útiles.

“La superdotación de niños y jóvenes puede ser detectada entre los 4 y 8 años de manera precoz, pero para ello necesitamos docentes y equipos técnicos educativos capacitados en dicha área, que puedan realizar una prueba diagnóstica (educativa) y posterior a esto la derivación a un profesional tratante (psicopedagogo, psicólogo, neuropsicólogo) para la intervención multidisciplinaria”.

Estos consejos le pueden ayudar a manejar y motivar a los superdotados: hablar y jugar con ellos, conversar sobre lo que ocurrió en el día y dar su opinión. Es necesario descubrir sus gustos por el arte, las matemáticas, incluso los deportes, para aprovecharlos y realizar estudios extraescolares. Para chicos curiosos e inteligentes nada mejor que potenciarlos con visitas a museos, bibliotecas y lugares históricos que puedan descubrir.

Los padres y maestros pueden hacer mucho por estos chicos para potenciar sus conocimientos. En el hogar deben hallar la tranquilidad y el ambiente de amor que necesita todo niño.

La especialista comenta que “la Ley 5136, de educación inclusiva, en el artículo Nº 5 señala: ‘se considera que un alumno presenta necesidades específicas de apoyo educativo por alta capacidad intelectual cuando maneja y relaciona de manera simultánea y eficaz múltiples recursos cognitivos diferentes’”.

(*) Presidenta de la Sociedad Paraguaya de Psicopedagogía Clínica (Sopappc). Docente universitaria (UAA).

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