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¿Cuándo fue su primer contacto con la música?
Tengo el vivo recuerdo del día que llegó por primera vez a mi casa el gran maestro guaireño Herminio Careaga, quien fue contratado por mis padres para impartir las primeras lecciones de guitarra a mi hermano mayor, Gustavo. Habré tenido cinco o seis años. Rápidamente, mis hermanos y yo nos sumanos a las clases. Un día, mi padre compró un arpa y la puso en una esquina de la sala. Mi hermana Inés fue la primera en practicar con el instrumento. Muy pronto, el sonido del arpa me llamó poderosamente la atención y empecé a ejecutarla. En ese tiempo, la música ya impregnaba su marca indeleble en todos nosotros y se adentraba a nuestras vidas para no irse nunca más.
¿Imaginó alguna vez posicionarse en lo más alto?
Todos tenemos sueños, metas e ilusiones y cada día los perseguimos. A pesar de que luchamos contra viento y marea, siempre estuve seguro de que íbamos a lograr todo lo que hasta hoy logramos y, así también, llegaremos aún más lejos.
¿Qué significó estudiar con maestros como Helmuth Rilling, Armin Thalheim, Mario Benzecry, Albert Julià y Thomas Sommerville?
Fueron experiencias increíbles que marcaron mi carrera. Helmuth Rilling, quien hoy tiene 83 años, me mostró (en Stuttgart, Santiago de Compostela y Oregon) un maravilloso camino sin retorno: la música de Bach, sus secretos, la profundidad de su mensaje, ese misterio inexplicable de cada nota puesta en el lugar exacto. A Rilling también le debo los delineamientos de mi técnica gestual de director. Armin Thalheim, en Berlín, me enseñó el mundo fascinante del clavecín, así como los conceptos de la llamada “interpretación histórica” de la música antigua. Mario Benzecry, en Venezuela, perfeccionó mi técnica de dirección y me formó en las técnicas de ensayo. Y de Albert Julià nunca olvidaré sus largas clases de profundo análisis musical en Stuttgart, matizadas con extensas charlas acompañadas por el exquisito café que él mismo preparaba.
¿Qué director de orquesta contribuyó en su concepción musical?
No puedo negar que Nikolaus Harnoncourt influyó en mis conceptos musicales. A pesar de que nunca estudié con él, lo considero también uno de mis maestros. Leí todos sus libros y periódicamente lo vuelvo a hacer. En mi discoteca tengo la gran mayoría de sus grabaciones y videos de sus ensayos. Su pasión por la investigación profunda de las fuentes originales y de todo el contexto en el que fue creada una obra le da siempre una visión más completa que la de cualquier otro director. Su filosofía de la música y sus conceptos (que muchas veces son contrarios a los que se nos imponen en los centros de enseñanza) son realmente iluminadores y dan una visión de la música muy distinta de la que tiene un director con formación “tradicional”.
¿Qué hace a un director de orquesta excelente?
La claridad, calidad y creatividad de sus ideas, el conocimiento muy profundo de la obra, una técnica impecable, y dos componentes que se traen en la sangre: una musicalidad exquisita y un fuerte carisma. Todo esto, menos la musicalidad y el carisma, se adquiere solamente a través de una sólida formación.
Podría comentarnos acerca de su intensa agenda profesional.
Además de los numerosos conciertos que dirijo en el Paraguay, con la OSIC y la Sociedad Bach, también dedico tiempo a la composición e investigación musical. Y, por supuesto, a los compromisos asumidos en el extranjero. Este año ofrecí interesantes conciertos en Argentina, España y Suiza. Además de esto, varias obras mías se interpretan en diferentes países, aunque a muchos de ellos no puedo ir. Para el 2017 tengo programada una nueva gira europea (España, Suiza, Italia y Alemania), así como otros conciertos en Argentina. Están concretados estrenos mundiales de mis composiciones en Chile, Brasil y Europa.
¿Podría hablarnos acerca de la Sociedad Bach del Paraguay?
Hace tiempo me declaré “apóstol de Bach”, pero me faltaba un marco institucional para llevar adelante esta tarea. Así, en el 2008, con un grupo de jóvenes entusiastas de la música barroca fundamos la Sociedad Bach del Paraguay, que hoy creció muchísimo: tiene su propio organismo artístico: el Bach Collegium Asunción, conformado por los mejores especialistas paraguayos en la interpretación histórica del barroco. Tenemos nuestra propia temporada de conciertos, con un público entusiasta que nos sigue. Realizamos numerosas giras internacionales y nos presentamos en lugares históricos, como las iglesias jesuíticas de la Chiquitanía boliviana, el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires, el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la Catedral Magistral de Alcalá de Henares, por citar solo a algunos. Somos miembros corporativos de la Neue Bach Gesellschaft, de Leipzig, y figuramos en el sitio www.bach-cantatas.com, el portal de internet más grande referente a la música de Bach. Construimos lazos con diferentes instituciones extranjeras, como la Miami Bach Society, BachFest Cochabamba, Berliner Bach-Gesellschaft, Bach-Stiftung, St. Gallen, Bach-Madrid y otras. El año pasado realizamos una memorable interpretación de La Pasión según San Juan. Sin embargo, no todo es color de rosa. El proyecto es eminentemente cultural y no comercial, lo cual hace que sea muy difícil conseguir auspicios, principalmente de empresas privadas que siempre buscan lo “vendible”, masivo, y prefieren apoyar otros proyectos con perfiles más “sociales”.
¿Cómo valora su último concierto?
En el último concierto interpreté dos maravillosas obras del repertorio sinfónico: la Sinfonía N.° 41, de Mozart, y el Concierto para piano y orquesta en Sol, de Ravel, con la gran pianista argentina Valentina Díaz-Frénot como solista. Música realmente exquisita, con una orquesta que me responde maravillosamente y ya conoce muy bien los secretos de una buena interpretación “histórica” mozartiana. Y con Valentina es siempre un placer hacer música.
Es autor de varias piezas sinfónicas y de cámara. ¿Mantuvo siempre la misma estética de composición o busca sonar diferente?
En mis primeras composiciones fui un poco conservador, como más tradicionalista. Con el tiempo fui abordando un lenguaje más vanguardista, y creo que en este momento encontré el lenguaje con el que me expreso con mayor comodidad. Me gustan las estructuras neoclásicas y, en general, combino los rasgos rítmicos de la música de mi país con elementos de la música contemporánea. Esta fórmula me está resultando muy bien.
Para el 2017, Diego tiene un proyecto del cual hablará oportunamente y programa una breve residencia artística en el extranjero.
Diego Sánchez Haase
Director de orquesta, compositor, pianista y clavecinista. Es considerado un artista versátil de la nueva generación de la música culta de nuestro país. Recientemente, regresó de su gira por Zúrich, Winterthur y St. Gallen (Suiza), y Madrid (España).
Bach Cantatas (BCW)
Es un sitio web que abarca los aspectos de las cantatas de Bach y sus obras vocales e instrumentales. El BCW es un proyecto colectivo internacional y contiene informaciones referentes de la mayoría de discografías detalladas, biografía, debates, textos y traducciones, partituras, comentarios, referencias y ejemplos musicales acerca del compositor. También se encuentran datos de los poetas y compositores asociados al artista, melodías corales, libros, películas, conciertos y festivales de Bach.
dbattilana@abc.com.py
Fotos Celso Ríos, Luis Vera y Alejandro Held