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Se trata de Luis César Carballo Amarilla, quien junto a otros cuatro celadores de la penitenciaría regional de Pedro Juan Caballero fueron acusados de haber permitido el ingreso de una pistola calibre 9 mm a dicho correccional para el asesinato del sicario Emiliano Rojas Giménez. Este hecho se registró en enero del 2014 y tanto Carballo como el resto de sus compañeros que ese día estaban de guardia fueron detenidos, encarcelados y procesados por asociación criminal, por la fiscala Katia Estela Uemura Cabañas.
Es más, por seguridad los mismos fueron trasladados a la cárcel de Concepción. Sin embargo, de alguna forma Carballo logró sortear el proceso judicial y nuevamente fue restituido en su puesto. Más todavía cuando una de las víctimas del sicario ejecutado en el interior de su celda era el responsable del atentado contra el senador liberal Roberto Ramón Acevedo Quevedo, registrado en abril de 2010 en pleno centro de la ciudad de Pedro Juan Caballero. El político se salvó del tiroteo, pero murieron su chofer y un custodio.
Bueno, este mismo señor era el único custodio del presunto miembro de la organización criminal brasileña PCC Víctor Hugo García Medina, quien el martes pasado era trasladado desde el penal regional para una audiencia en el Poder Judicial de aquella localidad fronteriza.
En un tramo del camino, el reo, quien estaba esposado, abrió la puerta del furgón penitenciario a patadas y saltó a la calle. A pocas cuadras un automóvil lo rescató. El guardiacárcel supuestamente alegó que no se percató de lo ocurrido hasta que ya fue demasiado tarde. El prófugo fue ubicado 24 horas después en un bar de la línea fronteriza, donde observaba el partido disputado entre las selecciones de fútbol del Brasil y Serbia por el campeonato mundial.
Víctor Hugo García Medina fue recapturado y derivado a la sede policial, donde declaró que pagó para escapar; finalmente el reo fue devuelto a la penitenciaría regional.
Se dedicaba a robar autos para traficar
De acuerdo con los investigadores, Víctor Hugo García Medina formaba parte de una de las células de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), que opera en la capital de Amambay. Su trabajo en la estructura criminal consistía en el robo de vehículos tanto en el territorio paraguayo como el brasileño, para luego ser utilizado para el tráfico de drogas, marihuana y cocaína, a más de armas y municiones hacia el vecino país.
Desde fines del 2017 sus actividades fueron descubiertas y seguidas muy de cerca por la Policía del Brasil y agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). Estos últimos efectuaron cuatro allanamientos simultáneos en la mañana del 16 de enero último en Pedro Juan Caballero para capturarlo. García Medina cayó con un poco de macoña y varios vehículos, por lo que fue imputado por narcotráfico y asociación criminal y remitido a la penitenciaría regional de Pedro Juan Caballero.
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