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La tarde del pasado, domingo las autoridades policiales de Argentina detuvieron a Silverio Acosta Zacarías, alias Chivé, tras ser localizado en la villa “La Lata” de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
Su captura fue producto de un trabajo coordinado de inteligencia entre la Policía Nacional de nuestro país, la Secretaría Antidrogas de Paraguay (Senad) y la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), quienes alertaron de su paradero a la Policía Federal argentina.
Según los registros migratorios, Acosta Zacarías ingresó por primera vez a territorio argentino el 14 de mayo de 2013, cuando aún no tenía orden de captura internacional, pero no se sabe con certeza si regresó al Paraguay para después volver clandestinamente al país vecino para reunirse con su familia.
El Gobierno le atribuye una participación directa en el asesinato del teniente 1º del Ejército Mario Francisco Ávalos Cañete y del sargento 1º de la Fuerza Aérea César Antonio Fernández Carballo. El ataque ocurrió el 8 de diciembre de 2013, cuando la FTC asaltó en el asentamiento campesino Núcleo 5 de Arroyito el campamento de la célula entonces ya conocida como “II Cuerpo del EPP”
Luego de materializarse su captura, el delincuente quedó a cargo de la Justicia argentina, mientras las autoridades paraguayas iniciaron los trámites para su pedido de extradición para ser procesado en nuestro país.
La otra captura
Dos días después de materializarse la captura de Chivé, los efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) detuvieron en la Bella Vista Norte, departamento de Amambay, a Lidio Ramón López Jara, alias Alexis Rodríguez. El joven había “desertado” de las filas del ACA en agosto de 2014, tras el enfrentamiento registrado en Arroyito, en que murieron tres miembros de la banda criminal.
El Ministerio Público lo sindica como uno de los responsables de la quema de un retiro de la estancia “La Novia”, ubicada en Arroyito. Poseía imputación por ese hecho, además de contar con orden de captura por terrorismo y otros cargos, según reveló el fiscal Joel Cazal. Según los intervinientes, López Jara se encontraba en las inmediaciones de la estancia “Apa’i”, por donde circulaba constantemente. Tenía consigo un cuchillo, un aparato celular y ropas varias, explicó el agente del Ministerio Público.
López Jara fue trasladado en un helicóptero hasta la ciudad de Concepción. Ya en la Jefatura de Policía local dijo que pertenecía al grupo armado liderado por Alfredo Jara Larrea. Recordó que Alicio Florenciano Vega, quien tenía el apodo de Tupi –ya fallecido–, fue quien lo llevó en el 2014 a la ACA porque eran amigos. Aseguró que formó parte de la banda durante un mes.
Agregó que dejó el grupo de los Jara Larrea luego de un tiroteo que se registró el 19 de setiembre de 2014 en el asentamiento Núcleo 3 de Arroyito, donde fueron abatidos por la FTC tres componentes de la ACA. “Salí a una colonia, luego del tiroteo donde murieron algunos, subí a un colectivo y regresé a mi casa”, relató. Señaló que durante el tiempo que estuvo dentro del grupo nunca realizaron ningún tipo de acción criminal.
Los orígenes de la banda criminal
Los antecedentes de la gavilla criminal denominada Agrupación Campesina Armada (ACA), se remonta hacia el año 2008. Fue fundado por los hermanos Alfredo y Albino Jara Larrea, al desprenderse del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), grupo liderado por Osvaldo Villalba, Manuel Cristaldo Mieres y Magna Meza. Fue como resultado de un acto de indisciplina del anteriormente considerado “II Cuerpo del EPP”.
Ambas gavillas operan paralelamente en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay, zonas consideradas de con población predominantemente rural y de alta pobreza. La región también es cercana a la “frontera seca” con Brasil, que es un bastión del crimen organizado dedicado al narcotráfico internacional.
Informes que poseen organismos de seguridad aseguran que la Agrupación Campesina Armada (ACA) materializó entre los meses de febrero y marzo de 2015 numerosas extorsiones a ganaderos de los departamentos de Concepción y San Pedro, con lo que llegó a recaudar un total de G. 440 millones.
Sin embargo, la ACA tuvo que pagar caro el precio por su “acto de rebeldía” hacia el EPP, cuyos líderes los abandonaron prácticamente “a su suerte” y llevó a la eliminación o captura de algunos de sus miembros. Uno de abatidos fue el propio Albino Jara Larrea, quien cayó en un enfrentamiento con la FTC el 6 de enero de este año en Tacuara, distrito de Horqueta.
cazenave@abc.com.py