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A lo largo de su creación el EPP ya mató a 53 personas; los civiles suman 32 víctimas, policías 18 y militares 3 cierran la negra estadística que hasta el momento tiene este seudogrupo guerrillero en su haber.
Primero se dio la responsabilidad de acabar con este grupo a la Policía Nacional que solo cosechó fracasos, por esa razón involucró a las Fuerzas Armadas a la tarea y se creo la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que tendría que trabajar en coordinación con las fuerzas del orden, pero esa unión nunca se dio y los roces hasta la fecha se dan.
Una total inoperancia es la que demostraron los uniformados en su tarea de detener a los líderes del EPP, solo algunos hechos de detenciones aisladas se dan de vez en cuando y siempre los capturados son miembros de la supuesta logística del grupo criminal.
Mientras, sus principales líderes como Manuel Cristaldo Mieres, Magna Meza, Osvaldo Villalba y otros nunca estuvieron en peligro de ser capturados. Operativos inconclusos y otros fallidos son los que más suman en el tablero de la FTC, que tiene grietas en todas sus filas.
Cada vez que al EPP se le antojó atacar alguna estancia o matar a inocentes civiles o uniformados lo hizo sin tener contemplación alguna, y tras cometer sus fechorías huyeron sin ser detenidos en ninguna ocasión. La endeble labor de la FTC hizo que siempre los delincuentes puedan escapar sin mayores apremios.
De un tiempo a esta parte estos criminales fueron siendo más crueles en sus actos, asesinando a sangre fría a policías, quienes a decir de ellos tienen “sentencia de muerte”.
La FTC monta operativos en rutas y caminos vecinales de los departamentos de Concepción y San Pedro, cuando es sabido que ningún miembro del EPP va a utilizar estos trayectos. Se sabe que los miembros de esta gavilla se mantienen por los montes, lugares que nunca son inspeccionados a fondo.
Debido a la inacción de las fuerzas del orden, el EPP de a poco está imponiendo su régimen de miedo y terror en la región. Con sus constantes panfletos y comunicados hacen saber a los dueños de estancias que ellos prohíben el cultivo con maquinaria, la tala de árboles y el uso de agrotóxicos; a los que no se adecuan a sus requerimientos sencillamente los asesinan de la forma más cruel.
Ahora en el último ataque que se dio el miércoles pasado dentro de la estancia “El Ciervo” en el departamento de San Pedro, los miembros el EPP retuvieron a ocho peones, mataron a dos y liberaron al resto, no sin antes decirles que comuniquen a las autoridades que ese establecimiento ya les pertenece y no van a salir del mismo.
El vocero de la FTC, Amílcar Vera, dijo tras enterarse de la retención de los trabajadores de la estancia que ellos comenzaron a realizar operativos y debido a la presión que ejercieron, los miembros del EPP se sintieron acorrolados y se vieron obligados a liberar a seis de los retenidos, al mismo tiempo que lamentó la muerte de dos personas.
Sin embargo, los liberados al declarar ante la fiscalía confesaron que los dos hombres que los detuvieron fueron los que los dejaron libres y nunca tuvieron apuros para hacerlo; es más, dijeron que por sus propios medios llegaron hasta el casco de la estancia y que nunca los agentes de la FTC ingresaron a los montes a buscarlos.
Este tipo de “cortinas de humo” son las que lanzan a través de sus voceros la FTC, para hacer creer que están realizando trabajos en la zona, cuando queda al descubierto que son inoperantes.
Se quiere creer que no ingresan a las zonas boscosas por temor o falta de preparación y no por un desinterés de dar con los miembros de la banda criminal, ya que de ser esta última la razón verdadera vendría a comprobarse los rumores que señalan que no existe una intención clara de detener a los miembros que componen esta gavilla de asesinos y secuestradores, porque sería matar la “gallina de los huevos de oro”, ya que es bien sabido que existe mucho dinero destinado a la lucha contra el EPP, y de acabar con estos criminales también se acaba el dinero extra que están cobrando los uniformados destinados en el norte del país.
Es demasiado el dinero destinado al combate al EPP en consideración a los escasos logros que hasta el momento se tienen.
El grupo criminal marcó 44 veces la agenda de Cartes
El 15 de agosto de 2013, día de su asunción al cargo de presidente de la República del Paraguay, Horacio Cartes lanzó la frase que sobresalió en su discurso y fue que ningún grupo criminal iba a marcar su agenda, haciendo referencia al EPP.
Sin embargo, pasaron dos años de gobierno cartista y los delincuentes atrincherados en el norte del país no solo marcaron la agenda presidencial, sino que la mancharon de sangre inocente las veces que quisieron.
Durante su gobierno este grupo de forajidos cometió 44 ataques. En estos hechos fueron asesinados 13 civiles, ocho policías y tres militares. También se dieron tres secuestros, dos de los cuales siguen en curso.
El gobierno de Horacio Cartes está marcado a sangre y fuego por el EPP. A los dos días de haber asumido y pronunciado su frase, el grupo criminal en el departamento de San Pedro asesinaba a cuatro guardias privados.
Todo hace suponer que la bienvenida y la despedida del gobierno de Cartes serán marcadas con criminalidad desde el norte del país. La banda está creciendo y expanden sus “dominios”, aparte de ser criminales y secuestradores, ahora el EPP tiene un fuerte lazo con grupos de narcotraficantes que operan en la región. Los delincuentes con su accionar sanguinario ofrecen custodiar las plantaciones de marihuana y también las rutas de tránsito de la droga en la zona de la frontera.
Los secuestros
Los organismos de seguridad no le encuentran la vuelta a este problema y actualmente tienen en sus manos dos secuestros, uno es el del suboficial de Policía Edelio Morínigo, quien fue secuestrado el 5 de julio de 2014 en los montes de Arroyito, departamento de Concepción, y no hay pistas de su paradero a más de un año. En este caso los secuestradores no piden dinero, sino que quieren canjear al uniformado por seis de los miembros de su banda criminal presos en diferentes cárceles. Sin embargo desde el Gobierno no hubo respuesta positiva.
El otro caso es el del colono menonita Abrahán Fehr, quien fue llevado por el EPP el pasado 8 de agosto y por su liberación solicitan el pago de US$ 500.000.
Anteriormente, Arlan Fick también fue víctima de secuestro y su familia tuvo que pagar más de medio millón de dólares para que liberen al menor. En este caso como en otros el Gobierno y las fuerzas de seguridad no lograron avanzar en nada para el rescate del retenido.
A la endeble labor que cumple la FTC en su lucha contra el grupo criminal también se suman las críticas contra el ministro del Interior, Francisco de Vargas, cuya actuación al frente de la referida cartera es muy cuestionada.
Desde diferentes sectores de la sociedad y de la política se pidió la destitución de De Vargas, pero por más grave que haya sido la situación, el presidente Horacio Cartes nunca oyó los pedidos de cambio de ministro.
Muchos fueron los cambios que se dieron ante la inacción contra el EPP. Policías, militares y hasta jefes de la FTC fueron removidos por los flacos resultados obtenidos, sin embargo la única persona que parece tener “comprado” el cargo es el ministro del Interior, quien tras cada ataque o asesinato llama a una conferencia de prensa, para repetir el mismo discurso y repudiar los sucesos que cada vez enlutan a más familias. Sin embargo los argumentos y promesas de este Gobierno ya no son creíbles.
La gente que vive en la zona de influencia del grupo criminal está cansada de los encendidos discursos y reclaman más acción, sobre todo resultados positivos.
Esta inseguridad hace que mucha gente no quiera más trabajar en las estancias por temor a caer en manos de los criminales y terminar asesinados, como se dio en casi todos los casos. Esto afecta a la economía de la región y es por eso que los pobladores de San Pedro incluso solicitaron a sus autoridades que declaran estado de emergencia.
victor.franco@abc.com.py