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El mecánico Juan Antonio López Cantero, de 59 años, conoció a la enfermera Gladys Andrea Garay hace dos años y comenzaron una relación amorosa. No sospechaba que la mujer pudo haber participado en la muerte de su anterior marido, Gerardo Ramón Ferreira Delvalle, de 51 años, ocurrida el 2 de abril de 2015. Esa muerte le permitió a la enfermera cobrar la suma de G. 50.000.000 por el seguro de vida de la víctima.
Otro hecho del que evidentemente López Cantero tampoco estaba al tanto era que la mujer con quien pretendía compartir su vida tenía un antiguo amante, el también mecánico Carlos Ramón Ferreira, quien aparentemente ya había participado en la muerte del primer marido, lo que le permitió acceder a una parte de la póliza.
Un año atrás, López Cantero decidió formalizar la relación, se casó con la enfermera y vivieron en una casa que el hombre tenía en el barrio Achucarro de la ciudad de San Antonio, a cuatro cuadras de la ruta Acceso Sur.
Poco después del casamiento, Gladys Andrea obligó a su esposo adquirir un seguro de vida por G. 300.000.000, con una cláusula que estipulaba que el pago debía ser el doble si la muerte se registraba en el interior de la casa y en forma violenta. La pareja pagaba G. 900.000 al mes por la póliza y el hecho ya había generado suspicacias entre los familiares del hombre.
Aparentemente, Gladys Andrea y su amante planificaron desde el principio el asesinato de López Cantero para cobrar el millonario monto, Es así que un mes atrás aparentemente se registró el primer intento de homicidio.
Una madrugada, la mujer despertó a su marido y le pidió que saliera al patio para mirar, ya que había escuchado algunos ruidos. López Cantero salió y detrás de él su mujer, quien sorpresivamente cerró la puerta y lo dejó frente a frente con un desconocido que portaba un puñal en la mano. Aparentemente, el intruso no tuvo el coraje suficiente para perpetrar el crimen y escapó de la propiedad.
Este incidente fue relatado por López Cantero a sus familiares y compañeros de trabajo. El hombre también les manifestó que se había quedado con miedo y hasta quería mudarse de casa.
El fracaso inicial supuestamente obligó a la pareja a cambiar de estrategia y contratar a un verdadero sicario, por lo que contactaron con el exconvicto Joel Esteban Servián Leite, de 38 años, domiciliado en el barrio Santa Rosa de Lambaré, a quien le prometieron G. 5.000.000 por el “trabajo”.
Se llamaron varias veces por celular y mantuvieron largas reuniones para planificar y ejecutar el golpe en lugares públicos, lo que le permitió a la Policía acceder a las imágenes de los encuentros, captadas por cámaras de circuito cerrado.
Finalmente, en la madrugada del domingo 26 de febrero asestaron el golpe con la misma táctica del primer intento, la enfermera despertó a su marido para verificar ruidos, pero cuando López Cantero estaba en la sala fue atacado por la espalda por Carlos Ramón Ferreira, quien lo redujo con una picana eléctrica. Luego Servián Leite le apretó la cabeza contra el piso y en ese momento su esposa se le subió encima y con un bisturí le abrió un tajo en la garganta lo que produjo la muerte en segundos.
Las contradicciones en las primeras declaraciones de la mujer generaron sospechas de la Policía y la Fiscalía, por lo que se decidió su detención y encarcelamiento. Luego con el cruce de llamadas y las imágenes de circuito cerrado fue detenido el amante, Carlos Ramón Ferreira y finalmente el jueves último en horas de la madrugada fue capturado en Villa Hayes el sicario Joel Esteban Servián Leite, quien confesó con lujo los detalles el alevoso crimen.
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