Celos y actuación posesiva segaron la vida de Teresa Lichi

La actuación posesiva y los celos pudieron haber sido las principales causas que motivaron el asesinato de la estudiante de 20 años, Teresa Edith Lichi Rivero, cuya investigación culminó el pasado viernes con la confirmación de que el cráneo humano hallado en un paraje de Ñumí correspondía a la joven desaparecida desde el pasado 17 de abril, en Villarrica. El ex amante de la víctima, el abogado Guillermo Saúl Duarte, detenido al final de la investigación, surge como principal sospechoso en un proceso viciado de irregularidades que afectaron a jueces y camaristas.

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“La actuación posesiva y los celos aparentemente pudieron ser la causa del asesinato de Teresa Lichi, pero lo cierto y concreto es que las evidencias vinculan a Guillermo Saúl Duarte como el autor del crimen”, puntualizó el subjefe de Investigación de Delitos, Crio. Gilberto Fleitas.

“De hecho, se cambió la calificación del suceso por el de ‘hallazgo de cadáver con presunción de homicidio doloso’ y se introdujo en la carátula un documento importante de la Policía que intervino en caso, que sirvió de base con el informe pericial”, enfatizó el jefe policial.

Fleitas señaló también que se trata de una situación que se desprende de las manifestaciones del principal sindicado en la investigación, el abogado Guillermo Saúl Duarte, exnovio de la infortunada.

Conforme a los datos que maneja la pesquisa, el letrado había iniciado una relación sentimental con la joven hacía un buen tiempo y prueba de ello es la existencia de un celular habilitado a nombre de Teresa Lichi, pero que Duarte lo usaba con frecuencia para comunicarse.

“En enero aparece un celular que él usaba a nombre de Teresa Lichi, lo que indica que hace tiempo que se conocían”, reveló Fleitas.

Doble vida

Las fuentes ligadas a la investigación revelaron que cuando se inició el romance, Duarte no le reveló su verdadero estado civil, que es casado. En lugar de ello, le dijo primero que era soltero y más tarde divorciado con un hijo.

Duarte mantuvo esa doble vida hasta que una amiga le contó a Teresa Lichi que su pareja tenía una esposa y un hijo, hecho que motivó a la estudiante a romper esa relación.

La joven salió de su casa ubicada en la localidad guaireña de Coronel Martínez la tarde del 17 de abril pasado, con la intención de encontrarse con el letrado y plantearle el fin del romance. Los padres pensaron al principio que fue a su facultad ubicada en Villarrica, distante a 30 kilómetros de la ciudad donde vivía.

Al día siguiente, su amiga Romina Villalba recibió un mensaje de texto enviado desde el celular de Lichi, en la que le decía que viajó a Asunción por 15 días, por razones de trabajo, pero que no se lo contara a sus padres, Antonio Lichi y Cándida Rivero.

Sus familiares comenzaron a preocuparse y empezaron a indagar a su círculo de amistad hasta que Villalba les reveló el mensaje de texto y el 2 de mayo Antonio Lichi radicó la denuncia ante la Policía y la Fiscalía de Villarrica.

La investigación dirigida por la fiscala Mirna Rivas arrestó el 30 de mayo al abogado Duarte, tras allanar su domicilio, donde encontró los dos aparatos celulares que se usaron con el chip de Teresa Lichi para el envío de los mensajes. Sin embargo, dos días después el juez Bienvenido González ordena su liberación bajo una caución de 300 millones de guaraníes.

Indignación popular

La desaparición de las estudiante causó revuelo no solo en Villarrica y Coronel Martínez, sino también en Félix Pérez Cardozo y Ñumí. Toda la comunidad guaireña se unió en una serie de manifestaciones y cadenas de oraciones para exigir a las autoridades el inmediato esclarecimiento del caso.

La postura ciudadana obligó a los investigadores de la Policía y la Fiscalía a reforzar la investigación, con el envío desde Asunción de agentes de Homicidios para sumarse a las tareas de búsqueda.

También se agregó la asistencia de los fiscales de la Unidad Antisecuestro, Federico Delfino y Francisco Ayala.

La investigación tomó su rumbo recién a partir del 5 de julio con el hallazgo de un cráneo humano en un paraje de la compañía Potrerito de Ñumí. Una semana después se encontraron más restos óseos en una propiedad ubicada en la compañía Santa Rosa de la misma localidad.

El cráneo fue sometido a un análisis antropológico que arrojó el resultado final.

Se abstuvo de declarar

Fuentes bien informadas en Villarrica dieron cuenta de que desde un principio se manejó la información de que el abogado Guillermo Saúl Duarte acabó con la vida de la estudiante Teresa Edith Lichi Rivero y que un grupo de gente poderosa buscaba protegerle de toda investigación criminosa. Entre la lista de personajes influyentes aparecen conocidos políticos, empresarios hoteleros y dueños de medios de comunicación, jueces, agentes de la Policía Nacional y la Fiscalía local.

Se cree que fue en ese contexto que el juez de Villarrica, Bienvenido González, ordenó la liberación de Duarte dos días después de su detención, bajo caución de 300 millones de guaraníes, y que la Cámara de Apelaciones confirmó el 19 de junio la resolución adoptada por el magistrado.

Duarte se presentó el sábado pasado ante el fiscal Federico Delfino y se mostró temeroso y no quiso hacer declaraciones a uno de los responsables de la investigación del caso.

Posteriormente, Delfino decidió presentar la imputación por homicidio doloso.

Su presentación se basa en el trabajo realizado por los agentes de la División Homicidios de Investigación de Delitos de la Policía Nacional.

Los agentes a cargo del comisario César Silguero reunieron evidencias técnicas preliminares y entrevistas a testigos, que transforman en indicios la supuesta implicancia del letrado en el caso de la muerte de la joven de 20 años.

Al mediodía, bajo una fuerte custodia policial, el abogado Duarte fue llevado a Villarrica.

La Fiscalía continuará con las averiguaciones para el esclarecimiento total del hecho, manifestó Delfino, uno de los intervinientes en el caso.

Solo una investigación seria del Ministerio Público podrá despejar toda duda de la implicancia de Duarte, quien por su lado asegura que nada tiene que ver con el homicidio de su exnovia.

La asesinaron de un golpe

La estudiante universitaria Teresa Edith Lichi Rivero murió a causa de un fuerte golpe en la cabeza provocado por un elemento contundente, según explicó el antropólogo del Ministerio, Jorge Eduardo Cañete Salgueiro, luego de anunciarse que el cráneo encontrado en la compañía Potrerito de Ñumí correspondía a la joven desaparecida el 17 de abril pasado.

El antropólogo forense refirió que la víctima recibió un fuerte golpe letal que le causó un profundo sangrado en la cabeza a la universitaria, además de destrozarle la nariz y la mandíbula.

Cañete Salgueiro no determinó el arma homicida, pero apuntó que se trata de un elemento sólido como una pala, una piedra o un martillo. El especialista aclaró también que el cadáver no fue quemado ni arrojado al agua, pero que posiblemente estuvo al descubierto y que los animales se encargaron de acabar con las partes blandas.

Mediante el análisis detallado de la dentadura del cráneo, los peritos comprobaron que se trataba de la estudiante desaparecida y en base a ello elaboraron un documento concluyente, que fue presentado en una conferencia de prensa el viernes pasado.

El documento respaldatorio también permitió cambiar la carátula de la investigación de “privación ilegítima de libertad de persona” por “hallazgo de cadáver con presunción de homicidio doloso”.

Guillermo Saúl Duarte, por su parte, guardará prisión en la sede de Investigación de Delitos, mientras el Juzgado decida su lugar final de reclusión.

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