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Pablo Medina, en ese momento conducía una camioneta Mitsubishi L-200, y a su lado iba Antonia Maribel Almada. Atrás estaba Juana Ruth Almada, hermana de Antonia.
Pablo detuvo la marcha ante una falsa barrera de militares.
Wilson se acercó al comunicador y le preguntó “nde piko la Pablo Medina”. Pablo respondió afirmativamente.
Wilson entonces abrió fuego con una escopeta calibre 122 y su acompañante, que sería Flavio Acosta, con una pistola calibre 9 mm.
Pablo murió en el lugar y Antonia quedó gravemente herida. Pese a que la auxiliaron, murió camino al hospital.
Pero milagrosamente se salvó Juana Ruth Almada. La joven contuvo su respiración y se tiró al piso del vehículo para fingir que estaba muerta. Lo más probable que ocurrió es que como esta joven fue bañada por la sangre de Pablo y de Antonia, los sicarios creyeron que también estaba muerta.
El hecho conmocionó y el atentado hizo recordar el caso de Santiago Leguizamón, el periodista de radio Mburucuyá de Pedro Juan Caballero y corresponsal del diario Noticias, quien fue asesinado por sicarios al servicio de la mafia el 26 de abril de 1991, hecho que quedó totalmente impune.
El asombro por lo ocurrido dominó los primeros minutos de la sala de redacción central de ABC.
El silencio se apoderó hasta que el periodista Eduardo Quintana a gritos pidió que los periodistas salgan a exigir justicia.
Se inició una marcha espontánea de los trabajadores de ABC, a la que se sumaron colegas de Última Hora, directivos del Sindicato de Periodistas del Paraguay y de otros medios.
La Policía Nacional, el Ministerio del Interior, la Fiscalía General del Estado y el Palacio de Gobierno fueron los puntos de protestas.
Los reclamos fueron escuchados y al día siguiente el equipo investigador conformado por los fiscales Sandra Quiñónez, Néstor Cañete, Christian Roig y Lorenzo Lezcano, junto a los agentes del departamento de Investigación de Delitos encabezado por el comisario Gilberto Fleitas y el director de Apoyo Técnico Críspulo Sotelo, actual comandante de la Policía, al día siguiente ya tenían clara la película.
Decisiva fue la inmediata declaración de Juana Ruth Almada, quien reconoció ante el juez José Benítez a Wilson Acosta como uno de los supuestos autores materiales.
A esto se sumó la bitácora de Pablo Medina en la que explicaba las amenazas que recibía de Neneco, entonces intendente de Ypejhú. Los investigadores también encontraron documentos determinantes en la municipalidad de esa ciudad.
Neneco había accedido a una entrevista a radio Uno y además envió una nota a este diario. En ambos caso se declaraba inocente.
A través de sus abogados anunció que se iba a presentar a la fiscalía. Pero antes que hacerlo huyó del país cuando, a través de sus elementos en la Policía, recibió la información de que lo iban a detener.
La investigación científica fue determinante para establecer que Neneco, con el teléfono de Arnaldo Cabrera monitoreó el atentado.
Las llamadas conectaban al lugar mismo del atentado, en el que se encontraban Acosta Marques y Acosta Riveros. A este último inclusive lo vieron haciendo un seguimiento a Pablo.
Todos ellos fueron imputados por homicidio doloso. Arnaldo Cabrera fue detenido el 8 de diciembre pasado y con su declaración no hizo más que confirmar la implicancia de Neneco.
Acosta Marques fue detenido el pasado 5 de marzo y a partir de allí se inició un juicio de extradición requerido por el juez Carlos Martínez, en el que el debate se basó en la nacionalidad de Neneco.
La estrategia de Acosta Marques fue la de declararse brasileño parar evitar la extradición. Sin embargo durante una visita que realizó a su par de Brasil Rodrigo Janot, en diciembre pasado, el fiscal general del Estado Javier Díaz Verón había adelantado de que esta iba a ser la estrategia de la defensa.
El lobby continuó a través del fiscal de Asuntos Internacionales Juan Emilio Oviedo y la embajada paraguaya en Brasilia.
La Procuraduría General de Brasil logró persuadir al Supremo Tribunal Federal de que Acosta es ciudadano paraguayo.
El fallo aun no quedó firme debido a las chicanas de los abogados de Neneco. No obstante las autoridades paraguayas tienen confianza que de que antes de fin de año sería extraditado.
A Neneco le aguarda un juicio con una expectativa de pena de 30 años de cárcel más otros diez, como medida de seguridad.
La situación actual del proceso por el atentado
La fiscala Sandra Quiñónez dijo sobre la investigación del caso de Pablo y Antonia que “se espera la extradición de Acosta Marques a Paraguay, luego de los trámites que se realizaron en coordinación con el Gobierno y junto con los pares de la justicia brasileña”.
Añadió: “Una vez extraditado, se solicitará el cese del estado de rebeldía, y con ello correrán los plazos para la presentación del acto conclusivo en momento oportuno”.
En cuanto al proceso investigativo fiscal, este sigue su curso, refirió la coordinadora del equipo de investigadores que lo integran Christian Roig y Lorenzo Lezcano.
“Continúa el proceso de análisis de pericias, entre ellas los informes sobre las comunicaciones telefónicas, las testimoniales y las evidencias como anticipo jurisdiccional de prueba y en relación al testimonio de la sobreviviente; víctima y testigo presencial del caso, entre otras diligencias” refirió.
La fiscala Quiñónez siguió diciendo: “además se había solicitado el cambio de carátula y que encabece el expediente Vilmar Acosta, Wilson Acosta y Flavio Acosta, como supuestos implicados en el homicidio doloso. En referencia a la desvinculación de las tres personas detenidas al principio de la investigación (los hermanos Ramoa), estos habían sido desvinculados del caso, al comprobarse que no tenían alguna relación con el caso del asesinato de Pablo y de Antonia. Se pidió el sobreseimiento definitivo de ellos en virtud al criterio de objetividad que rige a la actuación del Ministerio Público. En ese sentido, la causa ya está encabezada por Vilmar, Wilson y Flavio; el primero sindicado como actor intelectual y los otros dos como actores materiales del hecho”.
Finalmente manifestó que el trabajo de búsqueda de los prófugos continúa en coordinación con la Policía Nacional.
Díaz Verón insiste en que se le dará garantías
“Nosotros, desde el Ministerio Público, entendemos que la última presentación hecha por Acosta Marques para evitar su entrega solamente tiene carácter dilatorio (…) Nuestro principio jurídico desde luego fue admitido por los altos magistrados del Brasil y por ello fallaron por la extradición”, refirió.
“Obviamente, la justicia brasileña consideró convincentes y legales los argumentos que le hemos presentado, y eso se tradujo en el fallo a favor de la extradición. Él (Acosta Marques) cuando vuelva al país enfrentará las acusaciones en su contra; dentro de ese mismo debido proceso, también estarán, si son detenidos o deciden entregarse, los considerados autores materiales del hecho”, afirmó, en alusión a Wilson Acosta Marques y a Flavio Acosta, hermano y sobrino de Vilmar, respectivamente.
Díaz Verón insistió en destacar la buena labor que les cupo a las autoridades de la justicia del vecino país, en especial del procurador general Rodrigo Janot Monteiro de Barros, y de los diferentes actores de justicia tanto de Brasil como de nuestro país.
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