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¿Qué se ha encontrado en ellas? ¿Dónde se focalizó la observación? En el uso del tiempo y el de los materiales durante las prácticas pedagógicas, ¿cuánto de magia usa el docente para que los estudiantes permanezcan interesados y entusiasmados para aprender?
Las aulas que muestran buenas prácticas, utilizan el 85 % del tiempo correspondiente a las horas de clase. Si tomamos como parámetro las 4 h de clase en nuestro país, los estudiantes están expuestos al aprendizaje durante 3 h y 40 min; sin embargo, se ha constado que en muchos de los países solo el 52 % de las horas de clase son aprovechados y, por lo tanto, el tiempo restante se utiliza para cuestiones administrativas. Otra parte del tiempo se ha constatado que el docente se halla fuera de la sala de clase o en tertulia social con sus pares en las puertas de las aulas.
Comparando las escuelas con buenas prácticas y las de bajo perfil, las primeras tienen un 85% de aprovechamiento de horas, pero para la de los países que solo alcanzan entre el 52 y el 65%, las desventajas de trabajo en aula, con bajo perfil es del 20 % menos.
Haciendo una suma de las horas clase aprendizaje y tiempo dedicados a «otras tareas» se obtiene 20 días de clases perdidos en el año, pero si a esto sumamos días de huelga o licencia sindical, llegadas tardías, días de lluvia o suspensión por jornadas, el tiempo de horas de clases disminuye suficientemente como para afectar a los estudiantes en sus aprendizajes, lo cual revelan las pruebas de medición internacional.
Un segundo aspecto registrado en la investigación fue el uso de los recursos didácticos en el aula. Es importante señalar que en América Latina y en nuestro país los estudiantes poseen materiales que posibilitan las condiciones necesarias para aprender; sin embargo, el recurso utilizado, generalmente, es el pizarrón, aun en las aulas que tienen acceso a las TIC.
Respecto al uso de los textos que fueron elaborados y puestos en el aula en el marco de la reforma, un estudio desarrollado por Friedhelm Guttandin y otros (1999)menciona la valoración desde la perspectiva docente, directores y estudiantes del 1.° y 2.° ciclos de la EEB; sin embargo, los contenidos abordados son escasamente conocidos por los docentes, por lo cual precisan una capacitación específica para el desarrollo de los temas.
Fuentes
Banco Mundial. (2013). Forjando mejores profesores en América Latina y el Caribe.
Guttandin, Friedhelm y otros. (1999). Distribución y uso de textos escolares. Asunción. Paraguay.
Antonia Caldela; Rockwell y Col Cesar. ¿Qué demonios pasa en las aulas. La investigación cualitativa del aula. CPU-e, revista de investigación educativa, n.º 8, junio 2009. Instituto de Investigaciones en Educación. México.