Promoviendo la lectura en los niños

Existen varias maneras de “mover” a los niños a hojear libros adaptados a su nivel escolar y promoverlos a que empiecen a leer y, por sobre todo, a que se deleiten con la buena lectura. Por eso, entendamos que ayudándolos a leer, los estamos educando en el amor y la comprensión.

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El amor es la base de todas las relaciones humanas que se asientan sobre el afecto y la atracción, de ahí que permee prácticamente todos los sentimientos positivos del hombre. Hay amor cuando se trabaja, ya que trabaja el que desea progresar; hay amor en el juego, porque se desea ayudar a la contraparte (o a uno mismo) a superar algún inconveniente; hay amor en el intercambio de valores, pues se pretende desarrollar en el prójimo (el próximo) las mismas cualidades legadas de los ascendientes en cada núcleo familiar.

Por lo tanto, propiciar muchas y muy variadas actividades que lleven implícitos sentimientos de afecto y comprensión en su contenido, es la vía más eficaz para ir formando a los niños en los más nobles sentimientos de amor hacia la naturaleza que le rodea: humana y ambiental.

La lectura de los cuentos de Juan Ramón Jiménez proporciona la oportunidad de suscitar el interés hacia el análisis de su contenido y de incentivar las actividades plásticas con el propósito de plasmar formas que reproduzcan pasajes de los cuentos.

Capítulo 2 de Platero y yo

Mariposas blancas

La noche cae, brumosa ya y morada. Vagas claridades malvas y verdes perduran tras la torre de la iglesia. El camino sube, lleno de sombras, de campanillas, de fragancia de hierba, de canciones, de cansancio y de anhelo.

De pronto, un hombre oscuro, con una gorra y un pincho, roja un instante la cara fea por la luz del cigarro, baja a nosotros desde una casucha miserable, perdida entre sacas de carbón. Platero se amedrenta.

—¿Ba argo?

—Vea usted... Mariposas blancas...

El hombre quiere clavar su pincho de hierro en el seroncillo, y no lo evito. Abro la alforja y él no ve nada. Y el alimento ideal pasa, libre y cándido, sin pagar su tributo a los Consumos...

Observaciones destacadas

La espiritualidad simbolizada en la mariposa aparece en este capítulo II (“Mariposas blancas”) todavía de una manera leve, pero en los capítulos finales se va manifestando con todo su valor (la espiritualidad se trasciende en la eternidad) en una interesante gradación.

En este pasaje aparece el símbolo de la “mariposa”, que representa el alma, este valor conecta al poeta con la antigüedad clásica, es la imagen de la riqueza espiritual.

Las alforjas de Platero están vacías de necesidades terrenales, el menesteroso nada encuentra en ellas, pues solo transportan espiritualidad (alimento ideal) y esta no paga tributo al consumo.

Capítulo 3 de Platero y yo

Juegos del anochecer

Cuando, en el crepúsculo del pueblo, Platero y yo entramos, ateridos, por la oscuridad morada de la calleja miserable que da al río seco, los niños pobres juegan a asustarse, fingiéndose mendigos. Uno se echa un saco a la cabeza, otro dice que no ve, otro se hace el cojo...

Después, en ese brusco cambiar de la infancia, como llevan unos zapatos y un vestido, y como sus madres, ellas sabrán cómo, les han dado algo de comer, se creen unos príncipes:

—Mi pare tie un reló e plata.

—Y er mío, un cabayo.

—Y er mío, una ejcopeta.

Reloj que levantará a la madrugada, escopeta que no matará el hambre, caballo que llevará a la miseria... El corro, luego. Entre tanta negrura, una niña forastera, que habla de otro modo, la sobrina del Pájaro Verde, con voz débil, hilo de cristal acuoso en la sombra, canta entonadamente, cual una princesa:

Yo soy laaa viudita

del Condeee de Oréé...

...¡Sí, sí! ¡Cantad, soñad, niños pobres! Pronto, al amanecer vuestra adolescencia, la primavera os asustará, como un mendigo, enmascarada de invierno.

—Vamos, Platero...

Observaciones destacadas

Platero se detiene y observa los juegos de los niños del pueblo. Presencia cómo los niños, con mucha creatividad e ingenio cambian de “formas de vida”, interpretan a personajes que no son ellos, que no pertenecen a su círculo, aunque los observan en su cotidianeidad. Mencionan elementos que conocen de haberlos visto y nada más, pero que les sirven para pasar el rato representando, actuando, imitando. Se aclara que esos elementos, precisamente, no sirven para mejorar la vida humana. Platero es invitado por su dueño para seguir el sendero que los llevará a su hogar.

Actividades

1. Les leemos a los niños cada cuento a su turno y dialogamos con ellos acerca de su contenido.

2. Acompañamos esta página con la correspondiente actividad de vocabulario que aparece en la revista Tarea para la Casa, en la página 13, y aclaramos todas las dudas con relación a los significados de palabras nuevas o de escasa comprensión para el texto.

3. Explicamos las expresiones propias del decir del pueblo que presenta alguna característica propia de pronunciación y esto nos sirve para ampliar la información de los regionalismos fonéticos en cada idioma.

4. Ensayamos la lectura en forma individual y pedimos la colaboración de voluntarios para llevar el cuento a una narración cooperativa como teatro leído.

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