Emboscada

La mayoría de la población de Emboscada vive de la explotación de la piedra, aprovechando que el 100 % de su territorio se encuentra asentado sobre suelo pedregoso. De a poco van llegando a la localidad otros tipos de emprendimientos privados.

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En Emboscada viven 17.800 personas, de las que el 60 % está en zonas urbanas y sus ingresos se dan por la explotación de la piedra en las canteras ubicadas en propiedades privadas. La explotación se hace en forma artesanal principalmente, exponiendo a los “cantereros”, como se les llama, a enfermedades respiratorias como la silicosis. Solo hay un par de canteras empresariales que pagan patentes a la comunidad. “Es muy forzoso el trabajo que hacen los cantereros como para cobrarles impuestos, porque ni siquiera tienen atención a su salud o seguro de vida, como deberían”, opina el intendente Jacinto Peña. La Comuna no maneja con exactitud la cantidad de canteras y personas relacionadas a estas.

Los picapedreros pagan una renta al dueño de la propiedad en la que trabajan. La mayoría son hombres mayores y algunos jóvenes, aunque estos últimos cada vez se interesan menos por la actividad.

Hay quienes preparan piedras trabajadas para pisos, revestimientos de paredes, entre otros. La artesanía en piedra mejoró gracias a constantes capacitaciones realizadas.

Aunque es común ver en la ruta a chiperas, ellas ofrecen un producto proveniente de Eusebio Ayala; son muy pocas los chipás producidos en la localidad.

También hay miniindustrias dedicadas a la cría de pollos, engorde de animales y granjas que emplean a lugareños.

El tratamiento del agua potable es un proyecto municipal para atraer inversores y generar mayor dinamismo en su economía. Para ello, también se empezó a trabajar en el ordenamiento territorial.

Existe un proyecto de puerto granelero. Los inversionistas pretenden conseguir 50 ha e invertir USD 4 millones. Del total, mediante un convenio con la Comuna, el 30 % será para la Municipalidad, de cara a convertirla en una zona comercial y turística.

El engorde es otro rubro presente. Mojal Group es la empresa de Carlos Mojal, un español dedicado al engorde en un sistema de confinamiento. Tiene capacidad para 700 cabezas, con la idea de crecer a medida que los precios internacionales vayan mejorando.

Otro emprendimiento que toma vuelo es el condominio Valle Tucán, que tiene 84 lotes a la venta, en 30 ha. Son predios desde 600 m2 hasta 3.400 m2, a USD 16 el m2. Los propietarios del lugar pueden optar por el diseño de viviendas bioclimáticas, que ayudan a ahorrar energía eléctrica para su climatación, que cuestan 20 % más que una construcción normal.

Sombrereras. 37 socias tiene la Cooperativa Sombrero Porã. Lo que comenzó como comité de producción de sombreros se perfeccionó y hoy comercializan sus trabajos en Limpio. Los sombreros sin terminar se venden a G. 3.750 y terminados a G. 15.000, con decoración. La ganancia depende de la producción, ya que hay quienes hacen de seis a diez sombreros por día, mientras que otras llegan hasta a 20 sombreros, cuenta la presidenta Patricia Delacruz.

Está en proceso de instalarse en Emboscada una ensambladora de paneles para la construcción de refrigeradores, que dará empleo a 30 personas aproximadamente, anunció según el intendente municipal, quien busca que más inversiones lleguen a la localidad.

G. 200 el kg cuesta el pasto Camerún picado para ensilar. Una ha rinde hasta 80.000 kg, según Carlos Mojal, dedicado al engorde de ganado.

G. 150.000 pagan los cantereros al mes a los propietarios de las canteras por trabajar en ellas. A G. 120.000 se vende una carga de piedra bruta.

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