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Este agosto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó su informe anual, La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017. El reporte destaca una reducción en los saldos de Inversión Extranjera Directa (IED) en todos los países de Sudamérica en 2016 con la excepción de Colombia, Brasil, y Paraguay, que han experimentado aumentos.
En esta entrega profundizamos algunos aspectos del informe de la CEPAL y articulamos estos resultados con algunas de las políticas de promoción de inversión vigentes en el país. Los flujos netos de inversión extranjera directa siguen siendo relativamente bajos, a pesar de la existencia de varias herramientas de incentivos a la inversión.
En toda la región, los flujos netos de IED se han reducido gradualmente desde el 2011, año en que alcanzaban el máximo valor de US$ 207 mil millones. Los países con mayores niveles de saldos de inversión son Brasil, México, Colombia, y Chile, cuyas participaciones en los flujos netos de inversión son 47%, 19%, 8%, y 7,3%, respectivamente. En este sentido, la participación de Paraguay es pequeña, representando el 0,2% de los flujos.
Los flujos netos de IED se componen del saldo de ingresos y egresos de capital al país. Dicho capital puede ser: aportes de dinero de no residentes, ganancias reinvertidas en el país, y préstamos recibidos de la casa matriz.
Tendencias en los flujos de inversión extranjera directa
En términos generales, los mayores flujos netos de IED en Latinoamérica y el Caribe se dieron entre los años 2010 y 2012 y luego bajaron desde el 2014 hasta el 2016. El informe de la CEPAL destaca la existencia de varios factores que incidieron en estos patrones. Primero, los precios relativamente altos de productos de materia prima como el petróleo, rubros agrícolas, y los metales, contribuyeron a incentivar importantes inversiones en el sector de recursos naturales en muchos países de la región. La reducción de precios en estos productos desde el 2013 en adelante, influyó en mitigar el flujo de inversión a la región. En 2016, el flujo de IED en la región se redujo en 7,9% con respecto al 2015.
Segundo, las economías desarrolladas del mundo continúan en una etapa de recuperación desde la crisis de los mercados financieros mundiales del 2008-2009. En 2009, el momento de menor actividad económica, el PIB de la zona euro cayó en 4,5%, Japón 5,4%, y EE.UU 2,7%. En total, el PIB mundial se redujo en 0,11%.
Actualmente, la recuperación económica continua con cierta firmeza y la proyección de crecimiento en países como EE.UU y la zona euro es de 2,1% y 1,9% en 2017, respectivamente. Por último, las tendencias políticas en EE.UU con la elección del presidente Donald Trump y la salida del Reino Unido de la Unión Europea mitigaron los incentivos para invertir en economías en vías de desarrollo. Ambos hechos se han interpretado como una resistencia a la apertura comercial internacional. En el caso de EE.UU., se ha cuestionado el acuerdo de libre comercio que este país mantiene con México y Canadá (NAFTA - Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica), y se ha retirado de la Asociación Trans-Pacífica (TPP en inglés), el acuerdo de libre comercio que el presidente Obama gestionaba con países de América y Asia. Estos hechos, entre otros, han tenido una influencia importante para cambiar el rumbo del flujo de inversiones desde las economías emergentes o en desarrollo, como las de Latinoamérica, hacia las economías avanzadas.
A pesar de esta tendencia, la evolución de los saldos de IED ha variado en forma importante según el país. Utilizando el año 2010 como año base, los flujos netos de IED muestran una tendencia a la baja en países como Chile, Paraguay, Argentina, y Uruguay. El 2012 fue el de mayores flujos netos en estos países. En cambio, Brasil y Colombia han tenido una tendencia más equilibrada, donde Brasil se destaca en 2011 y 2014. Por su parte, Colombia ha tenido niveles de inversión prácticamente en aumento desde 2010 hasta el 2014.
Entrando más en detalle a los valores de Paraguay, los flujos netos de IED aumentaron progresivamente entre el 2010 y 2012, cuando alcanzaron US$ 697 millones en el último año. Desde entonces los flujos netos de inversión se redujeron en forma importante y promediaron US$ 292 millones entre el 2013 y 2016.
De acuerdo a datos del Banco Central del Paraguay (BCP), uno de los sectores con gran participación en los valores de Inversión Extranjera Directa entre el 2010 y el 2012 fue el de la industria aceitera vinculada a la producción de granos de soja. Entre el 2013 y el 2015, los saldos en este sector fueron negativos y el de mayor participación fue la intermediación financiera.
¿Cuáles son los principales determinantes de la inversión extranjera directa?
La literatura económica ha investigado el impacto de varias características en la IED. Generalmente, se encuentra que los principales factores determinantes de la IED incluyen: el tamaño del mercado, la calidad de las instituciones y regulaciones, el nivel de apertura comercial, la infraestructura y servicios, la estabilidad económica, la estabilidad política, el costo y la capacidad de la fuerza laboral y finalmente, la disponibilidad de recursos naturales (Attracting FDI, BM 2011).
Entre los rasgos mencionados, el tamaño de mercado es importante, por lo que si se trata de una economía pequeña como la de Paraguay la capacidad para exportar se vuelve fundamental. Además, la carga tributaria del país puede ser considerado un aspecto de la calidad de la instituciones y regulaciones, por lo que Paraguay se destaca en ese sentido por tener tasas impositivas relativamente bajas y ser una economía abierta al comercio internacional. Es decir, los impuestos a las importaciones y exportaciones son bajos. Otro aspecto en el que se destaca Paraguay es por su estabilidad macroeconómica, principalmente debido a sus tasas de inflación controladas y una política fiscal conservadora.
Herramientas de promoción de la inversión
En Paraguay existen varias políticas de promoción de inversiones. Algunos de los regímenes utilizados incluyen las inversiones bajo el régimen de la Ley N° 60-90, la Maquila y las Zonas Francas. Las inversiones realizadas bajo cualquiera de estas políticas de promoción pueden ser nacionales o extranjeras por lo que son más amplias que las IED.
La Ley N° 60/90 fue una de las primeras políticas de promoción de inversiones desarrolladas en Paraguay. Uno de sus principales objetivos es el de promover las inversiones de capital independientemente de su origen, a través de beneficios fiscales para aumentar la producción de bienes y servicios, la creación de fuentes de trabajo, fomentar las exportaciones, e incorporar tecnologías. Los beneficios fiscales incluyen la exoneración de aranceles sobre la importación de maquinaria e insumos vinculados al proyecto como también del IVA, entre otros (Análisis de los instrumentos de promoción de inversiones: el caso de Paraguay, BID – 2016).
La inversión en proyectos aprobados bajo este régimen desde el 2010 no es un flujo neto y no se limita a la inversión extranjera. Se muestra que los años de mayor inversión foránea fueron el 2011 y 2012, los mismos años de mayores IED. Los planes de aprobación luego se redujeron en 2016, a la par que las inversiones nacionales.
La Ley de Maquila (N° 1064/97) y sus reglamentaciones fueron creadas con el objetivo de promover la producción de bienes industriales y servicios, con la expectativa de tener un impacto positivo en la integración regional y global, el fortalecimiento de la Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), la transmisión de tecnología/conocimiento y la creación de empleo. Las empresas participantes deben tener un contrato de maquila con una empresa domiciliada en el exterior. Ésta contrata a la firma nacional para que provea servicios o un proceso industrial. Los beneficios fiscales incluyen exoneraciones de tributos de importación de insumos para realizar la actividad maquiladora, entre otras. Las actividades de la maquila se encuentran gravadas por un tributo único de 1% sobre el valor agregado en territorio nacional o el valor de ventas a la matriz.
El mercado de Brasil se ha destacado como un destino importante de las actividades realizadas bajo el régimen, por lo que la recesión en 2015 y 2016 podrían haber afectado el nivel de inversiones en esos años, pero con una recuperación importante en 2017 (ver gráfico). Las inversiones bajo este programa son relativamente menores a aquellas vinculadas con la Ley 60/90.
Finalmente, consideramos importante evaluar los niveles de inversión extranjera directa en relación al tamaño de la economía. El gráfico de Flujos Netos de Inversión Extranjera Directa como % del PIB resalta la importancia de éstos en algunas economías. Chile se destaca por ser un país con importantes políticas de promoción de inversión y flujos netos de IED como porcentaje del PIB relativamente altos. Estas variaron entre 11,4% en 2012 y 4,9% en 2016. En un segundo orden, Uruguay, Colombia, y Brasil, han tenido saldos de inversión como porcentaje del PIB muy similares entre sí, cerca de 4% del PIB en 2014. Esta relación aumentó levemente en Brasil y Colombia en 2016. Mientras que Paraguay y Argentina han sido los países con menores niveles de inversión con relación al PIB. Entre el 2013 y el 2016, el promedio de flujos netos de IED en Argentina fue de 1,3% del PIB, en tanto que en Paraguay fue de 1,0%.
Las políticas de promoción de inversión de nuestro país son importantes para fomentar la inversión, pero el saldo de inversiones extranjeras ha sido relativamente bajo. La economía cuenta con una estabilidad macroeconómica importante. En este sentido, los desafíos estarían principalmente en continuar con el fortalecimiento de la infraestructura, el capital humano y la capacidad institucional que se traducirían en mayores niveles de eficiencia y productividad en futuros proyectos de inversión.
* En 2016, la inversión extranjera directa en Paraguay ascendió a US$ 274 millones, representando un crecimiento del 5.4% si se lo compara con 2015, según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2017.
* Pese a que la inversión foránea se incrementó en nuestro país, el valor aún se encuentra por debajo de los niveles registrados entre 2010 y 2012. A las bajas tasas impositivas existentes en Paraguay se suman una serie de otros incentivos fiscales.
* Países con mayores niveles de saldos de inversión son Brasil, México, Colombia, y Chile, cuyas participaciones en los flujos netos de inversión son 47%, 19%, 8%, y 7,3%, respectivamente. La de Paraguay es pequeña, representando el 0,2% de los flujos.