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Alentado por el inédito evento, en los años siguientes el SINP fue por más megavatios hora: año 2016, 11.227.393; año 2017, 13.454.277; año 2018, 15.043.900. Las potencias contratadas fueron: 1.210 MW (2015), 1.281 MW (2016), 1.535 MW (2017) y 1.717 MW (2018).
Así las cosas in crescendo, ABC Color publicaba no hace mucho y para sorpresa nuestra, que la potencia contratada por la ANDE en Itaipú en 2019 estaría promediando solo los 942,33 MW mensual o sea unos 8.254.810 MWh anual. Todo ello por debajo de los dígitos del año 2015.
¿A qué se debe este dramático cambio que impide seguir disponiendo de más electricidad paraguaya, generosamente cedida a la Eletrobrás para el desarrollo brasileño?
Las respuestas son varias:
-La entrega de la soberanía energética de Paraguay documentada en el Tratado de Itaipú de 1973.
-La imposibilidad de devolución de la energía cedida por Paraguay al no disponer Brasil de otras fuentes más baratas que puedan abastecer las industrias de San Pablo y el turismo de Rio de Janeiro.
-El compulsivo entreguismo de las autoridades y funcionarios paraguayos, que prosperan como comensales de Itaipú.
Es importante señalar que las líneas de 500 y 220 kilovoltios (kV) pueden transportar hasta 3.400 MW de potencia. No obstante en los últimos años, especialmente en 2018, solo llegamos a contratar la mitad de potencia en condiciones de ser transportada, unos 1.717 MW o sea 15.043.500 MWh.
La ANDE alega que debidos a defectos de la distribución interna, los apagones se suceden sin solución de continuidad. Sin embargo, los datos demuestran que a más de las tradicionales excusas de la estatal eléctrica paraguaya, que bicicletea para apagar en unos y prender en otros, el problema radica en los límites impuestos por Brasil a Itaipú.
Los patrones brasileños, cada vez más, dependen la energía paraguaya cedida y no están en condiciones de devolvernos: esa es la principal cuestión.
juanantoniopozzo@gmail.com