“Libre disponibilidad de nuestra energía”

En 50 años, la renegociación debe hacer posible la libre disponibilidad de nuestra energía junto con la cogestión paritaria, apunta en esta entrevista con ABC Color el general Juan Antonio Pozzo Moreno, estudioso del Tratado. El martes, el Tratado cumple 50 años y 50 años de vigencia en el 2023.

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–¿Cómo debe prepararse nuestro país para encarar las negociaciones que deben iniciarse en el 2023, año en que el Tratado de Itaipú cumple 50 años de vigencia?

–Convocando, en un centro de pensamiento independiente a los más calificados, un Thing tank, con la suficiente pujanza como para influir y orientar la política exterior del país en función a la problemática. Todos con conocimientos, de comprobado patriotismo, honestidad intelectual y con genuina vocación en la defensa de los intereses nacionales. La experiencia de la mesa de negociaciones del 2008 fue frustrante. Ninguno de los seis puntos reclamados en el tratado y sus anexos fue reivindicado. Itamaraty pasó como una aplanadora sobre los nuestros repitiéndose la historia de los negociadores paraguayos que convalidaron el Tratado de 1973.

–La experiencia de nuestros negociadores en la negociación de Yacyretá con los argentinos deja alguna enseñanza que debe aplicarse, no solo en las futuras tratativas con Brasil, sino también en la formación de los futuros negociadores?

–El análisis atento y cuidadoso que implica una revisión se basa en documentos válidos, conforme a los términos del acuerdo. En su oportunidad, en julio de 2007, cuando nuestro contralor viajó a Buenos Aires para revisar los papeles relacionados con el Anexo “C” se encontró con las puertas cerradas. En 2016, la historia se repite. No hay condiciones para cuantificar la deuda, una formidable barrera que nos impide asumir como copropietario, libre de compromisos. Excusa perfecta que impide la recuperación de nuestra soberanía energética, lamentable experiencia debe servirnos para la formación de los futuros negociadores. Mientras, es responsabilidad del Gobierno se cumpla el cronograma de pagos para cancelar la deuda de Itaipú en 2023.

–Supongamos que en 2023 aún quede un saldo deudor a favor de Electrobras, entenderán nuestros negociadores de turno la relevancia del segundo requisito que establece el numeral VI-Revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú, a la hora de finiquitar las cuentas? Nos referimos a:... teniendo en cuenta, entre otras cosas, la... y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países.

–Con Itamaraty no se tiene certeza. La peor hipótesis no se puede desdeñar. No obstante, en 50 años la renegociación debe hacer posible la libre disponibilidad de nuestra energía junto con la cogestión paritaria. Son los principales objetivos que se deben trabajar y que de no conseguirse se debe recurrir, inexorablemente, a los Tribunales Internacionales. Sin embargo, según la tesis De Gásperi, de feliz memoria, se puede demandar a la Eletrobrás, conforme al Código Civil, desde Paraguay. Hará falta un dictamen favorable de la mala fe del Tratado, de la Convención de Viena sobre del Derecho de los Tratados.

–¿Cómo deberá encararse la implícita prohibición que figura en el Art. XIV del Tratado, de que vendamos nuestro excedente a un tercer país e incluso una empresa brasileña, pero a precios de mercado?

–El derecho de adquisición del excedente energético es válido para ambos socios. No obstante, desde sus inicios la Eletrobrás lo adquirió gratis de Itaipú. Recién en 1986 el Tesoro brasileño se hizo cargo de pagar una irrisoria compensación, que en 31 años no supera la media de US$ 2,5 el megavatio hora. El presidente Lula prometió en 2008 que en breve el derecho de adquisición de la ANDE sería factible y la venta a un tercer país en 2023, hay que insistir en el tema. Es hora de que la ANDE se ponga los pantalones largos y sea la que adquiera su propia energía para revenderla, no cederla al mercado brasileño. Nuestros gobiernos nunca tuvieron la fortaleza suficiente para hacer prevalecer nuestros derechos en Itaipú, mismo en Yacyretá, que a través de Garabí intercambia energía con Argentina violando el Tratado. Aunque no faltan compatriotas obsequiosos que aceptan como válido este intercambio, es necesario pedir cuentas sobre esta repetida violación del acuerdo que lamentablemente le costó su puesto a un consejero de Yacyretá.

–¿Cómo evalúa la posibilidad de que nuestro país, finalmente, ventile el caso ante el Tribunal Internacional de La Haya?

–Cerradas todas las puertas, no nos deja alternativas. Lo mismo ocurrió cuando Brasil, en 1965, invadió Puerto Renato para apropiarse del Salto del Guairá. No obstante, en un escenario diferente solo requirió la oportuna intervención del canciller norteamericano Dean Rusk para que el Gobierno de facto brasileño retire su tropa y negocie el Acta de Foz de Yguazú en 1966.

Los gobiernos democráticos, terminada la Guerra Fría, están amparados por el Derecho Internacional y en su propia legislación. Gustavo de Gásperi nos señaló en Paraguay el camino para hacer prevalecer nuestro derecho tanto en Itaipú como en Yacyretá. Todo depende del patriotismo de nuestros gobernantes que pagan millonarios sueldos sin resultado alguno a los órganos de administración de las binacionales. Verdaderos planilleros de lujo que se siguen mofando del Paraguay.

Entrevista de Ramón Casco Carreras

juanantoniopozzo@gmail.com

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