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En las últimas décadas, la emigración ha sido una herramienta de regulación de las presiones económicas y políticas en el país. Desde la partida de hombres a la vecina provincia de Formosa para cosechar algodón en las últimas décadas del siglo pasado, hasta la reciente migración de paraguayos a España, el fenómeno demográfico ha tenido impactos económicos múltiples.
Desde el año 2000 la emigración paraguaya se ha incrementado significativamente, como una combinación de factores internos y externos. La crisis política de 1999, que terminó con la renuncia del presidente Cubas y la asunción de González Macchi, y la crisis financiera, tuvieron impactos sobre el empleo y la retracción de las inversiones en varios sectores. En el mismo momento, Argentina implementaba el programa de convertibilidad, en que un peso se cotizaba de forma fija en un dólar. Estas condiciones hicieron que miles de paraguayos se trasladen al vecino país para trabajar, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, desde donde los trabajadores paraguayos enviaban las remesas por distintas vías: empresas de transporte terrestre, amigos, casi sin utilizar los servicios financieros.
En condiciones distintas y con ritmos mucho más lento, los paraguayos emigraron a Estado Unidos, donde se estima que habitan más de 70.000 compatriotas.
Recientemente, en la última década, la migración de paraguayos a España, aprovechando el dinamismo económico de este país, inauguró un nuevo destino para los paraguayos, llegando a estimarse alrededor de 190.000 paraguayos viviendo y trabajando en España. Esta cifra descendió posteriormente a 170.000 debido al retorno al país de miles de trabajadores ante la desaceleración del crecimiento de la economía española.
Recién en los últimos años se ha podido registrar con mayor rigor las remesas enviadas hacia Paraguay. El Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial generan estadísticas sobre las remesas en el continente y el mundo, mientras que el Banco Central del Paraguay también dispone de datos provenientes de los registros de las instituciones financieras. Aunque las cifras de estas instituciones no son exactamente las mismas, permiten observar el incremento sostenido de las remesas recibidas en el país.
Según datos del Banco Mundial, desde la década de 1970 las remesas se mantuvieron por debajo de los 100 millones de dólares anuales. Recién a finales de esa década se llega a superar los valores anteriores y alcanzar casi los 300 millones de dólares anuales, proveniente principalmente de Argentina y Estados Unidos. En los últimos años, las remesas recibidas en Paraguay superaron los 580 millones de dólares, es decir, aproximadamente una inyección de divisas equivalente a la mitad de la cadena de la carne.