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Según el ingeniero Guillermo López Flores, exconsejero y luego director de Yacyretá, el proyecto avanzado en noviembre de 1973 se presupuestó en US$ 3.444.240.000. Un poco más de dos años después, en enero de 1976, el presupuesto final de la obra quedó en US$ 5.851.650.000. El proyecto preliminar, cuando se firmó el tratado, difirió bastante del proyecto ejecutivo final.
En 1978 se decidió aumentar a 18 el número de las máquinas, cada una de ellas con 700 MW de potencia. Más adelante, serían 20 las unidades instaladas.
Completada las 20 turbinas en el 2007, con 14.000 MW de potencia instalada, a un costo unitario de US$ 1.000 por kW la inversión total contabilizada rondaba los US$ 14.000 millones.
El valor referencial actualmente para centrales de este tipo estaría en unos US$ 2.500 por kW instalado.
Para iniciar la obra, aparte de los US$ 100 millones como aporte de capital de ANDE y Eletrobrás, en 1975 la Eletrobrás concedió un crédito de US$ 3.566 millones en moneda brasileña, compatible con el cronograma original de obras, ocho años de gracia, hasta 1983, con un interés del 10%, más corrección monetaria y otras tasas.
Itaipú registró deudas vencidas entre 1979 y 1996. También antes y hasta 1983, causadas principalmente por los préstamos complementarios de corto y mediano plazo.
La deuda vencida después de 1983 se debió a la falta o insuficiencia de ingresos en los años en que vencían cuotas importantes del servicio de la deuda que tuvo que ser refinanciada.
Los principales factores que originaron la deuda vencida fueron el atraso en el cronograma de entrada en operación de las unidades generadoras en relación al previsto al contratarse los préstamos; la concentración de vencimientos en los primeros años de la explotación, mayormente los préstamos internacionales; déficit tarifario entre 1986 y 1990 a causa de la tarifa por debajo del costo del servicio de electricidad que transgredía el Anexo “C” (Costo del servicio de electricidad) del tratado; la morosidad de las empresas brasileñas que, en 1992, sumaba US$ 5.378 millones.
A fines de 1996 se iniciaron las conversaciones para solucionar el problema de la deuda, porque ésta crecía en forma exponencial y su proyección para 2023 se estimaba en unos US$ 60.000 millones. El objetivo era cancelar totalmente las deudas en el año 2023.
Es importante señalar, en todos los casos, las “negociaciones” servían solamente para avalar las decisiones brasileñas.
a. Renegociaciones
1) Deuda Itaipú renegociada 1990 en millones de dólares (gobierno del general Andrés Rodríguez)
–Eletrobrás: US$ 9.336
–Otros US$: 7.552
Total: US$ 16.888
2) Deuda Itaipú renegociada al 31 de diciembre de 1996, en millones de dólares (gobierno ingeniero Juan Carlos Wasmosy)
–Eletrobrás: US$ 16.225
–Finame: US$ 91,5
–Otros Brasil: US$ 1.068,4
–Deuda Externa: US$ 1.559,2
–Fondos de pensiones: US$ 91,2
Total: US$ 19.035,3
Al pasivo de US$ 12.031,1 se le adicionó una deuda vencida, más tarde conocida como “espuria”, de unos US$ 4.193,5. En total la deuda con la Eletrobrás se ajustó en US$ 16.225 millones.
La deuda vencida o “espuria” se origina en la venta por debajo del costo del servicio de electricidad a las empresas compradoras, 98% brasileñas. De este subsidio de facto, calificado de ilegal por la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso y la Contraloría General de la República, se hizo cargo Itaipú. No debe extrañarse los subsidios en beneficio de la margen izquierda, que no mide la energía generada en la barra de la central hidroeléctrica. Las pérdidas de energía cuantificadas en millones de dólares americanos, en más de treinta años, absorbe la entidad binacional.
Según cálculos conservadores “la tarifa social”, entre marzo de 1985 y febrero de 1990, cincuenta y nueve meses, arrojó una pérdida de US$ 525,5 millones, un 12,5% de la deuda vencida. El resto, el 87,5%, está constituido por los saldos y retazos o los efectos del Plan Real que se le añadieron hasta completar las friolera de US$ 4.193,5 millones.
Respecto a las escandalosas cargas impuestas a Itaipú, la dirección brasileña, comentando sobre el informe de Vale Columbia Center (VCC) de julio de 2013, dice 17: “Se pagaron en este periodo, julio de 1994-diciembre 94, cerca de US$ 1,7 mil millones de corrección monetaria y US$ 1,2 mil millones en variación cambiaria”. De golpe y porrazo, un total de US$ 2.900 millones encajados a la entidad binacional.
3) La deuda con la Eletrobrás al 31 de marzo de 1997.
La Eletrobrás se había transformado en una empresa de capital mixto, cotizaba en los mercados internacionales y se presentaba como única propietaria de Itaipú. Evitaba exhibirse con una deuda de crecimiento exponencial. Tampoco tenía en cuenta los cuestionamientos de la Contraloría General de la República, que declaraba ilegal la inclusión de la deuda vencida como pasivo de Itaipú.
El 85% del total de la deuda de Itaipú era con la Eletrobrás.
Por el acuerdo de 1997 el pasivo de US$ 16.225 millones en moneda local, a una tasa de interés del 10% y saldo deudor corregido respecto a la inflación brasileña fue convertido en moneda americana. Indexada a la tasa de inflación de los Estados Unidos con un Factor de Ajuste se dividió en tres partes:
–Línea A: US$ 4.193,5 millones deuda vencida, más conocida como “deuda espuria”, a ser pagada a partir de enero/97 hasta septiembre/2001; interés 4,1%.
–Línea B: US$ 10.250,480 millones deuda a vencer, a ser amortizada a partir de abril/2001 hasta el año 2023; interés 7,5%.
–Línea C: US$ 1.781 millones deuda a vencer, a ser amortizada a partir de enero/2007 hasta el año 2023; interés 4,1%.
Durante cuatro años, desde 1997, no se amortizó ni capital ni intereses de la Línea B. La capitalización al 2001 elevó la deuda de US$ 10.250.480.774 a US$ 15.024.903.624.
La capitalización de la Línea C, al final del periodo de gracia de 10 años, ascendió de US$ 1.781 millones a US$ 3.105.085.730.
Debido a este cronograma de pagos, al final del 2006, el monto renegociado aumentó, por intereses capitalizados y ajustes monetarios, en US$ 6.098,5 millones.
4) Deuda Itaipú al 31 de diciembre de 2007 (Gobierno Duarte Frutos)
Abonadas las cuotas correspondientes a 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, un total de US$ 14.819,5 millones (ABC 2 octubre 2011), el saldo deudor, conforme a la ingeniería financiera de la binacional, al 31 de diciembre del año 2007, insólitamente quedó en ¡US$ 19.482,7 millones!
–Eletrobrás US$ 17.037,5 millones (ABC 2 octubre 2011)
–Otros US$ 2.445,2 millones
Total Itaipú US$ 19.482,7 millones (ABC 31 diciembre 2007)
El 85,7% de la deuda de Itaipú seguía siendo con la Eletrobrás.
Existen dos préstamos más:
–para la “conclusión de obras” US$ 181.577.200 y
–para la instalación de las “unidades 9A y 18A” US$ 190.099.600. En total US$ 371.676.800.
5) Evolución del pasivo con la Eletrobrás en millones de US$
–Año 1975: US$ 3.566
–Año 1990: US$ 9.336
–Julio 1994: US$ 10.837
–Diciembre 1994: US$ 15.420
–Año 1996: US$ 16.225
La deuda de Itaipú con la Eletrobrás, a ser cancelada en el año 2023, quedó en US$ 45.631,5 millones según contratos 1480/97; 1627/97; 1628/97 (datos del Ing. Ayala Báez, publicados en ABC, 2 octubre 2012).
6) Factores exógenos cargados a la deuda en millones US$:
–Deuda espuria (1997) US$ 4.193,5
–Factor de Ajuste (1997-2005) US$ 5.683,2
–Moratoria Líneas B y C (1997) US$ 6.098,4
Total: US$ 15.975,1
7) Deudas ¿Son también del Estado paraguayo?
En opinión de algunos técnicos, Paraguay como país no adeuda por las centrales de Itaipú y de Yacyretá al no asumir compromiso alguno ni siquiera como garante.
Sin embargo, la Contraloría General de la República es de otra opinión.
La CGR solicitó a las más altas instancias pertinentes que definan el estado de las deudas que dejaron la construcción y funcionamiento de las entidades binacionales. También advirtió sobre la tesis oficial que afirma que las deudas de las binacionales no son del Estado paraguayo.
El Ministerio de Hacienda, por su lado, declara que “en base a la ley, las deudas de las binacionales no son del Estado paraguayo”.
No obstante, argumenta la Contraloría, “el Estado es copropietario genuino de ambas represas y percibe de ellas también rentas genuinas”. De lo que se infiere que el Estado paraguayo como copropietario es también codeudor. El hecho de que no hizo compromiso financiero alguno para la construcción de las obras no le exime de la responsabilidad sobre la mitad de la deuda. La prueba de ello es la participación paraguaya, aunque para cubrir las apariencias, en la reestructuración de la deuda con la Eletrobrás en 1990, Gobierno de Rodríguez y después en 1997, Gobierno de Wasmosy.
Para no inflar la Deuda Externa (US$ 2.219,8 millones en diciembre de 2012) y aparecer como muy endeudados, los gobiernos no incorporan como pasivo del Estado la deuda de las hidroeléctricas binacionales.
8) Abuso desmedido
Respecto a que no se cede ni se vende energía sino lo que se cede es el derecho a la opción de adquisición, es un sofisma que pretende esconder la realidad. Los teóricos de la seguridad de Estado, que el Paraguay solo aportó el agua y que la binacional no es negocio sino desarrollo, son de la misma especie.
No existe ninguna cesión del derecho de adquisición cuando no hay opción alguna. Se repetía, solo que en tiempos de paz el tratado de límites impuesto en 1873 con la tropa de ocupación rapiñando Asunción.
El derecho de adquisición se escribió en el Artículo XIII del Tratado para que los beneficiarios sean ambas márgenes. El artículo, al reconocer a cada uno de los países “el derecho de adquisición”, precisaba una suerte equidad pero en la práctica era inexistente.
El destinatario de la energía no utilizada por Paraguay era evidentemente la margen izquierda, pero lo notable es que, además de entregar su energía, también debía pagarse a sí mismo la compensación como copropietario de la binacional. Este adefesio se corrigió en 1986 al conseguirse que se haga cargo el Estado brasileño del minúsculo pago.
Recién el 25 de julio de 2009, en la Declaración Conjunta entre presidentes, Lula da Silva decidió reconocer, oficialmente, ciñéndose a los términos del Tratado, la potestad de la ANDE para comercializar su excedente en el mercado brasileño. Un cuento más, hasta ahora sin final.
Este tipo de abuso no es inédito. Lo sufrió Panamá desde 1914. No obstante, los sostenidos reclamos del general Torrijos a los EE.UU., reivindicando la propiedad del canal, condujeron en 1977 al Pacto Torrijos-Carter. Desde su vigencia en 1999 Panamá recuperó la soberanía sobre su canal.
Lo mismo ocurrió con el gas boliviano, controlado por Petrobras, hasta que Bolivia decidió nacionalizar en el 2006 las exploraciones y los negocios del petróleo y del gas.
¿Y Paraguay?
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