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La producción agrícola
Con 151.000 habitantes en 2012, la población departamental crece lentamente, tendencia que experimentan todos los distritos que lo conforman. La población se encuentra distribuida de manera relativamente homogénea en el departamento. Sin embargo, es importante señalar que las políticas de colonización rural de las décadas de 1980 y 1990 condujeron a una puesta en equilibrio de la distribución poblacional en beneficio del este y de los distritos de San Juan Nepomuceno, Aba’i y Tava’i. Asimismo, la población de los dos últimos distritos se habría triplicado en los últimos treinta años. Como es evidente, la agricultura se desarrolló en estos suelos del este, más aptos para esta actividad, mientras que los del oeste tenían una vocación más ganadera.
Desde hace una década, el frente agrícola de producción intensiva hace su irrupción en el este de Caazapá, proveniente del Alto Paraná y de Itapúa. Si bien la calidad de los suelos actúa como un factor facilitador, los relieves a menudo aparecen como un inconveniente para la mecanización. No obstante, la geografía accidentada de esta zona del departamento también permite la explotación forestal, de gran importancia en la economía departamental.
Los cultivos de la agricultura empresarial han tenido un crecimiento muy significativo, principalmente la soja que pasó de poco más de 110.000 a más de 170.000 hectáreas entre 2008 y 2013. Es el arroz sin dudas el cultivo de mayor crecimiento en los últimos cinco años. La cuenca del río Tebicuary es aprovechada para convertir antiguas explotaciones ganaderas, casi siempre extensivas y por lo tanto poco productivas, en campos de arroz. En el caso del arroz se trata de una expansión en sentido contrario a la de la soja. En efecto, si la soja se expande y llega a Caazapá desde el este, el arroz lo hace desde el sur y desde el oeste, como resultado de un vertiginoso crecimiento pilotado principalmente desde Itapúa.
En el caso de los rubros de la agricultura familiar se aprecia que solo la mandioca y la caña de azúcar incrementan mínimamente el área cultivada, donde el primer cultivo se destina casi en su totalidad al consumo local, mientras que la caña de azúcar se destina a las industrias regionales, ubicadas en Guairá. El cultivo de caña de azúcar en Caazapá debe afrontar dos serias limitaciones: el contrabando de azúcar que afecta a la demanda y consecuentemente a los precios y sobre todo el cierre de la Azucarera Iturbe, la más próxima del departamento.
El algodón, otrora cultivo emblemático, no puede volver a los niveles de años anteriores y su superficie cultivada desciende progresivamente. El cultivo del mburukuja, vinculado a la cadena productiva de los jugos, constituye una opción y oportunidad de relevancia para los agricultores familiares. Una vez más, Caazapá aprovecha su ubicación y proximidad, a veces relativa por el mal estado de las rutas, con los centros industriales, esta vez situados al norte de Itapúa. Con la misma orientación comercial el cultivo de cítricos parece reemplazar al algodón como fuente de ingreso.
El departamento de Caazapá tiene una larga tradición ganadera basada en pasturas naturales, sin mayores innovaciones tecnológicas. En los últimos años, el hato ganadero del departamento creció, pero a niveles muy bajos, que no pueden compararse con el resto de los departamentos. El ingreso de la agricultura, definitivamente, compite con la ganadería por el espacio productivo y al tratarse de sistemas ganaderos muy extensivos, los mismos no pueden resistir a los cultivos intensivos y de mayor nivel de productividad.
Nuevas ciudades en Caazapá
Desde la década de 1980, un proceso de urbanización es claramente perceptible en el departamento. Efectivamente, todos los pueblos vieron incrementarse su población, a veces de forma considerable, duplicando o incluso triplicando su peso demográfico. Se trata de una tendencia general, que interesó tanto a los distritos de activo crecimiento demográfico (al este) como los de dinamismo moderado (al oeste).
Sin embargo, a lo largo de los últimos años, la ciudad de San Juan Nepomuceno se destacó de manera particular, no solo respecto de su peso demográfico, sino sobre todo a través de la diversificación que experimentaron sus actividades comerciales y de servicios. De este modo, la llamada “capital económica” del departamento cambia de configuración y adquiere elementos atractivos que dotan a la ciudad de un amplio espacio de influencia.
Así es como san Juan Nepomuceno adquiere una vocación de “ciudad de relevo” al constituirse como una nueva plataforma de bienes y servicios anteriormente accesibles solo en las ciudades más importantes, como Villarrica y Encarnación. Es el caso de las cuatro universidades de la ciudad, que permiten retener un segmento de la población joven. Si bien las universidades no garantizan la inserción de los jóvenes al mercado laboral, estas se presentan como faroles que deslumbran un nuevo espectro de oportunidades urbanas.
El despertar de este centro urbano llama incluso la atención de actores lejanos, que identifican las nuevas oportunidades comerciales que se generan: así es como una multitud de villarriqueños emprenden una actividad comercial en San Juan Nepomuceno.
La llegada de la Ruta VIII que une Coronel Oviedo con Coronel Bogado, pasando por Caazapá y Yuty, actuará sin dudas como una válvula de escape para el departamento, y permitirá nuevas vinculaciones productivas con el sur del país. Coincidentemente, es previsible que la llegada de este nuevo eje asfaltado se acompañe de una diversificación de las actividades urbanas, en particular en las ciudades de Yuty y de Caazapá. La construcción de otras rutas de relevancia regional está prevista, en particular el tramo que unirá a San Juan con la Ruta VI, Ciudad del Este-Encarnación. Entre otras cosas, esta agilizará los intercambios de bienes y productos entre los complejos agroindustriales de Itapúa (como el complejo Frutika o las fábricas de producción de yerba mate) y los pequeños productores del este caazapeño.
Más allá de la llegada del eje estructurante de comunicación, es todo un sistema de infraestructuras viales el que hay que diseñar e instalar. En un departamento donde el mal estado de los caminos vecinales es un obstáculo constante al crecimiento productivo y al acceso a servicios, será fundamental concentrar la oferta pública en puntos estratégicos y conectar estos puntos con una red vial de todo tiempo. El carácter disperso que caracteriza la distribución de la oferta pública en las zonas rurales de nuestro país es ciertamente más acentuado en el departamento de Caazapá.
Vocación productiva y económica de Caazapá
La estructura económica actual del departamento indica que varias de las potencialidades productivas ya están siendo actividad, con la soja y el arroz, así como con los cítricos y el mburukuja. No obstante, las posibilidades de crecimiento económico de Caazapá no deben concentrarse exclusivamente en el sector primario, sino que también deben explorarse el comercio y los servicios, presentes estos en las ciudades del departamento. De igual forma, por su ubicación, Caazapá puede aprovechar los crecientes flujos de productos que “pasan” por su territorio, generando servicios para los mismos, generando al mismo tiempo una mayor oferta logística, atendiendo la construcción de nuevas rutas que terminaran por vincular más y mejor a Caazapá con el resto de la región.
Lentitud
Con 151.000 habitantes en 2012, su población crece lentamente, tendencia que experimentan todos los distritos que lo conforman.
Ganadera
El departamento de Caazapá tiene una larga tradición ganadera, basada en pasturas naturales, sin mayores innovaciones tecnológicas.
Hato ganadero
En los últimos años, el hato ganadero caazapeño creció a niveles muy bajos, que no pueden compararse al resto de los departamentos. El ingreso de la agricultura, definitivamente, compite con la ganadería por el espacio productivo y al tratarse de sistemas ganaderos muy extensivos, los mismos no pueden resistir a los cultivos.
Frente agrícola
Desde hace una década, el frente agrícola de producción intensiva hace su irrupción en el este de Caazapá, proveniente del Alto Paraná y de Itapúa. Si bien la calidad de los suelos actúa como un factor facilitador, los relieves a menudo aparecen como un inconveniente para la mecanización.
La cuenca del río Tebicuary es aprovechada para convertir antiguas explotaciones ganaderas, casi siempre extensivas y por lo tanto poco productivas, en campos de arroz. En el caso del cultivo de arroz en la zona, se trata de una expansión en sentido contrario a la de la soja.
La llegada de la Ruta VIII, que une Coronel Oviedo con Coronel Bogado, pasando por Caazapá y Yuty, actuará como una válvula de escape para el departamento. Coincidentemente, es previsible que la llegada de este nuevo eje asfaltado se acompañe de una diversificación de las actividades urbanas.
En un departamento donde el mal estado de los caminos vecinales es un obstáculo constante para el crecimiento productivo y el acceso a los servicios, será fundamental concentrar la oferta pública en puntos estratégicos y conectar estos puntos con una red vial de todo tiempo.