Cómo Brasil se apropió de Itaipú

Cuando concertado el Tratado de límites complementario de 1927, que determinaba los límites la región Occidental de Paraguay con Brasil, el Gobierno brasileño cayó en la cuenta que en el anterior Tratado de 1872, que dividía la Región Oriental de Paraguay con el Imperio, permanecían en territorio paraguayo las cataratas del Salto de Guairá. Esta maravilla de la naturaleza, de un enorme potencial hidroeléctrico correspondía a Paraguay.

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En el mismo documento limítrofe de 1927 Brasil hizo arreglos, improvisando el Protocolo de 1930 para exigir a Paraguay la revisión del trazado limítrofe pactado en 1872. Todo ello, con el propósito incluir en territorio brasileño las cataratas del Salto del Guairá.

El protocolo de 1930 no fructificó, nació nonato. En efecto, la redemarcación limítrofe, al no haber acuerdo entre las partes, se detuvo a unos veinte kilómetros antes de llegar al Salto.

Al fallar la vía diplomática para apropiarse del Salto de Guairá, el nuevo Gobierno militar de Brasil, en junio de 1965, invadió Paraguay ocupando con su ejército Sagaraná (población brasileña en territorio paraguayo, luego Puerto Renato), región fronteriza contigua a las cataratas del Salto.

Fracasado todo intento de devolución del Salto de Guairá, Paraguay pidió ayuda norteamericana para desalojar a las tropas brasileñas de su territorio.

Dean Rusk, canciller del presidente Lyndon B. Johnson, juntó a las partes, aunque Brasil no estaba dispuesto a negociar el desalojo de los batallones ocupantes. La tesis de su canciller, general Juracy Magalhaes, tenía como objetivo principal implementar la explotación hidroeléctrica del río Paraná que era obstaculizado por el Salto del Guairá.

El 22 de junio de 1966, la reunión concluyó con la rúbrica del Acta Final de Foz de Yguazú por los cancilleres Raúl Sapena Pastor y Juracy Magalhaes. El Acta Final permaneció oculto a la opinión pública, especialmente durante el debate en el Congreso para aprobar el Tratado de Itaipú de 1973. Muy pocos lo conocían.

En el Acta Final de 1966, no figuraba el desalojo de fuerzas militares brasileñas aunque luego, por una nota, Brasil declaraba el retiro de su tropa que solo aconteció en 1982 como consecuencia del embalse de Itaipú. Hasta entonces Brasil seguía ocupando Paraguay.

También en el documento, en su tercera conclusión, de golpe y porrazo, aparecía como en condominio el Salto de Guairá, lo que allanaba el camino para implementar, sin odiosas interferencias, el plan brasileño de explotación energética del río Paraná. Brasil, una vez más, por medio de la diplomacia se salía con la suya.

Básicamente, la explotación equitativa del río Paraná quedó escrito en el Acta final de Foz de Yguazú (derecho de preferencia para la adquisición del excedente y precio justo). No obstante, todas las conclusiones del Acta fueron borradas en el Tratado de Itaipú de 1973, excepto el condominio de las cataratas del Salto de Guairá. El Tratado de Itaipú entregó nuestra soberanía energética al socio condómino: 97% para Brasil y 7% para Paraguay, lo que demuestra que Brasil sigue siendo dueño de Itaipú.

juanantoniopozzo@gmail.com

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