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Tempus fugit es una expresión proveniente del latín y significa «El tiempo se escapa».
La obra ha sido editada por el Círculo Cultural de Valdediós. En el texto, a manera de prólogo, pueden leerse poemas de Pai Chu Yi versionados por José Luis García Martín. Quienes integran esta pequeña antología son José Manuel Feito, Aida Masip, Pablo Núñez, Saray Alonso Sierra y el poeta paraguayo residente en España Cristian David López.
El gran vate José Manuel Feito impone su sello personal en el libro. Cultivador de sonetos, observa la realidad de la existencia desde unos prismáticos que convierten a menudo los colores vivos en tonos grises. La poesía de Saray Alonso Sierra rezuma amor, pero un amor que se encuentra prisionero, a veces, de su propio sentido de imposibilidad.
Por su parte, Pablo Núñez escribe en torno a la fragilidad de la vida y también de los pensamientos, con un elevado manejo del lenguaje lírico. Su temática es bastante variada y da cuenta de su visión analítica de cuanto se desliza ante sus ojos.
La poetisa Aida Masip nos hace reflexionar en torno a la levedad del ser a través de sus "Haikus de ciudad". Sus diversos poemas buscan un nuevo lenguaje de comunicación o incomunicación barroca, así como descripciones sobre detalles de la vida cotidiana. El poeta paraguayo Cristian David López trae en sus sentidos y nostálgicos versos los latidos de su tierra guaraní. A pesar de su juventud, la obra de este artista residente en España tiene un trazado de madurez que refleja fielmente su compromiso con la poesía y el ser humano.
MANDIOCA
Alma blanca, cuerpo de indio
de sangre dulce y sagrada.
Yo, infante me escondo
bajo tus ramas frescas y apacibles.
Con luz sombría me abrigas
y con el viento que viene de tus hojas yo sueño.
No soy tan pobre si te tengo a ti.
¡Dulce mía! Si brillas en la mesa de la cocina.
¡Si purificas mis manos de agricultor!
¡Yo solo te aclamo a ti!
¡A ti te amo silenciosamente!
Si enmudezco en tu presencia
es porque rezo al que te creó (y es porque
pensó en nosotros).
Si la luna nueva te sonríe
te arrugas y mueres.
Aun sueño que corro y me escondo
bajo tus ramas, manos nodrizas que oran.
¡Todo me falta!
Me faltan las fuerzas para surcar,
me falta la oración, si faltas tú,
tú que eres mis pasos, mis huellas, mi sudor.
El buey que al arar
arrastrándose bajo el yugo piensa en ti.
El caballo que al tensar
su gran fuerza en las colinas piensa en ti.
Y yo pienso en ti
como si fueras el hermano que descansa bajo la tierra.
Que no faltes en la mesa del niño y del paisano,
del sano, del enfermo,
que te vea en el horizonte al amanecer
porque eres esperanza
enviado del tupá del buen indio
para ablandar al corazón.
Pura es tu desnudez,
dulce ambrosía madurando bajo la tierra,
eres consuelo en el hogar del buen campesino.
CRISTIAN DAVID LÓPEZ