Pensar la vida

Este año se cumple el primer medio siglo de fecunda vida y de intensa producción intelectual del primer centro de investigación sociológica creado en nuestro país, el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES), y se cumple también medio siglo de vida de la Revista Paraguaya de Sociología (RPS). La fundación, en 1964, del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, y la apertura, en la Universidad Católica, de la facultad de Sociología, en 1972, que producirán, respectivamente, la Revista Paraguaya de Sociología (RPS) –que se sigue publicando hasta hoy sin interrupción desde el primer número– y la revista Estudios Paraguayos, son los primeros grandes hitos del proceso de institucionalización de la sociología en nuestro país. El CPES impulsó desde el comienzo básicamente cuatro cosas: la investigación, la formación de investigadores, la creación de un archivo documental y la actividad editorial.

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El CPES y la RPS nacieron cuando tenía una década el gobierno de Stroessner, que estuvo en el poder treinta y cinco años durante los cuales la universidad se vio afectada, pues los puestos de los profesores expulsados o exiliados pasaron a gente leal al régimen. En tal contexto, del interés de un grupo de personas de analizar la sociedad paraguaya surge el CPES como centro independiente, fuera del ámbito universitario.

Al vincular sus proyectos de investigación a fuentes económicas (como la Fundación Ford) y centros académicos (Flacso, Clacso, Cepal) del exterior, el CPES tuvo un cosmopolitismo que actualizó la sociología en Paraguay. En la RPS se tocaban temas de interés mundial; eso atraía el apoyo de instituciones extranjeras y permitía el desarrollo de una escritura y una investigación con nivel de «ciencia». Así, el grupo del CPES pudo prescindir del respaldo económico que el Estado brindaba a la historiografía nacionalista y renovar la investigación local con instituciones internacionales de su lado. Y aunque el régimen alentaba los discursos aptos para conformar un imaginario afín a su posición, el CPES ni siquiera tuvo que ocuparse de las guerras, el objeto de estudio estronista por antonomasia.

Flacso formó a varios sociólogos del CPES, y Clacso brindó al CPES salidas al exterior y atrajo investigadores de fuera. Estas relaciones dieron a la sociología en nuestro medio ese tipo de prestigio que –con razón o sin ella (que es otro tema)– conquista a veces incluso el respeto del poder. En otras palabras, publicar en la RPS pasó a ser parte de lo que definía la calidad intelectual de un individuo y parte de los mecanismos de legitimación de la sociología en tanto actividad «seria», con «estatuto científico». Y es probable que las alianzas con instituciones de renombre mundial expliquen en parte el hecho (rarísimo) de que las ciencias sociales se hayan desarrollado bajo el estronismo.

Pero no bostece, feroz lectora, sádico lector: no todo fue prestigio para el CPES: hubo debates y ataques. En la década de 1970, la Católica (su facultad de Sociología, sobre todo) fue un ámbito contestatario, quizá por confluir allí dos sectores sociales crecientemente politizados en conflicto con el régimen: los estudiantes y la Iglesia. ¡Ah, aquellas aulas agitadas por los deseos de cambiarlo todo! La Católica publicó desde 1973 Estudios Paraguayos; allí, en su artículo «Producción sociológica sobre el Paraguay. Relevamiento bibliográfico de los últimos años» (Estudios Paraguayos, Vol. III, Nº 1, octubre, 1975), dicen Tomás Palau y Bartomeu Melià: «En la producción sociológica de Paraguay no se encontrarán, por supuesto, análisis que utilicen la categoría de materialismo dialéctico ni que estudien los procesos sociales en términos marxistas de lucha de clases sino rara o tangencialmente (…) Nada extraño, pues, que la sociología en Paraguay se haya hecho en parte –y no sin méritos y con buenos aciertos– desde campos no específicamente sociológicos». Y reseñan textos a su juicio centrales en la producción sociológica para probar que, desde otras áreas, ya se hacía sociología en Paraguay antes del CPES, y añaden que la sociología del CPES «se encuadraba dentro de esquemas puramente descriptivos y solía ofrecer estudios de carácter censal-demográfico. Un gran número de esos estudios se mantienen a nivel de informe». Por supuesto, esto no quedó ahí. El CPES fue defendido por Lorenzo Livieres Banks en «¿Para qué las ciencias sociales en el Paraguay?» (Estudios Paraguayos, Vol. V, Nº 2, diciembre, 1977): «Dado que hoy cualquiera sabe de ciencias sociales, no parece que la búsqueda de una respuesta correcta sea tarea reservada a especialistas. Pero conviene recordar que tal “saber” (…) se trata de un conocimiento aparente que denuncia su verdadero carácter arriesgado, en definición ostensiva, una serie de nombres como los de Sociología, Ciencias Políticas, Antropología Social y Cultural, Historiografía, Económica, Derecho y quizás algún otro. Difícil será, sin embargo, que entre ellos figuren la lingüística o la psicología» (¡La última frase dispara a quemarropa contra el lingüista Melià y el psicólogo Palau!) Disputas como estas son parte de los procesos de institucionalización del conocimiento; amargas para los contrincantes, son quizá lo más amena de la historia para nosotros, distantes espectadores de los aspectos emocionantes y alevosos del pasado.

En 1890, la Universidad Nacional abrió sus puertas con tres facultades: Derecho y Ciencias Sociales; Medicina; y Matemática. En 1900 se creó la primera cátedra de sociología como parte de la carrera de Derecho; su primer profesor fue Cecilio Báez (más tarde rector, y presidente de la República). Dos cátedras más de sociología, una en Ciencias Económicas y otra en Filosofía, se crearon en 1946 y 1948. La Conferencia Episcopal Paraguaya terminó en 1960 con el monopolio de la enseñanza universitaria por parte de la Nacional al crear la Universidad Católica, con las facultades de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Filosofía y Ciencias de la Educación. Aunque estos son los antecedentes universitarios de la institucionalización de la sociología en Paraguay, este proceso fue externo al campo de la universidad, y cuando, en 1964, un grupo de profesionales de diversas áreas fundó el CPES, el campo de la sociología quedó definido en nuestro país como independiente y multidisciplinario.

«El CPES se distinguió por un cosmopolitismo que actualizó la sociología en Paraguay, y pudo prescindir del respaldo económico estatal a la historiografía nacionalista y renovar la investigación local con instituciones internacionales de su lado».

Juliansorel20@gmail.com

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