Murcia, mágica y barroca

Murcia se ha hecho merecedora de la gratitud paraguaya, porque a través de su Centro Unesco ha donado a nuestro país seis escuelas para niños indígenas en ambas regiones: Occidental y Oriental. En un proyecto que se inicia en el año 2007, estas entraron a formar parte de las 430 escuelas para indígenas, que requieren un acompañamiento pedagógico especial en el marco del respeto a las lenguas maternas. El objetivo de la educación incluyente fortalece la democracia, el respeto a la diversidad cultural y finalmente a los derechos humanos universales.

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La promotora del proyecto, señora Mary Carmen Hidalgo, estuvo de visita en Paraguay entre julio y agosto, recorriendo los centros. Particularmente emotiva fue su presencia en la localidad de Caroa’i, donde la escuela lleva el nombre de su esposo, el MAESTRO DIEGO RABAL, estudioso de las comunidades indígenas del Chaco paraguayo, que falleciera en un accidente estando todavía el trabajo de investigación en plena elaboración.

Murcia, capital de la provincia del mismo nombre y de la comunidad autónoma de la Región de Murcia, está situada en el sudeste de la Península Ibérica, a orillas del río Segura. Con un poco más de 400 mil habitantes, ocupa el 7.º puesto en la lista de municipios de España.

Se trata de una importante ciudad de servicios en la que el sector terciario ha sucedido a su antigua condición de exportadora agrícola gracias a su célebre y fértil territorio, por el cual era conocida con el sobrenombre de la Huerta de Europa.

Murcia es también un importante centro de gran tradición universitaria desde que fuera fundada la primera universidad, en 1272.

Actualmente, es sede de dos universidades: la pública Universidad de Murcia y la privada UCAM, que atraen alrededor de 50.000 estudiantes al municipio.

La misma historia de Murcia es un viaje por la diversidad cultural y el respeto a las tradiciones ancestrales. De orígenes inciertos, hay constancia de que fue fundada en el año 825 con el nombre de Madina Mursiya, por orden de Abderramán II, probablemente sobre un asentamiento anterior de origen romano.

Durante la Edad Media, Murcia llegó a ser capital de la cora de Tudmir (siglo X); posteriormente, fue cabeza de distintos reinos de taifas de creciente importancia en los siglos XI, XII y XIII, y entre 1243-1266 se incorporó a la Corona de Castilla como capital del Reino de Murcia, siendo además ciudad con voto en cortes y sede episcopal desde 1291.

De su patrimonio histórico-artístico destacan su célebre Catedral, de fachada barroca e interior principalmente gótico; el afamado Casino, de suntuosos interiores; el denso patrimonio escultórico de Francisco Salzillo, y un gran conjunto de edificios barrocos. En el ámbito cultural es conocida por su rico folclore, especialmente vistoso durante las Fiestas de Primavera y las procesiones de Semana Santa, declaradas de Interés Turístico Internacional. El Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, ejemplo de tribunal consuetudinario de regentes del Mediterráneo español, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la
Unesco.

La Universidad de Murcia es una universidad pública. Tiene su origen en 1272, aunque su fundación definitiva fue en 1914.

La UCAM es una universidad privada católica fundada en 1996. Tiene su campus en un imponente Monasterio de Jerónimos, en la pedanía de Guadalupe, entre esta localidad y la de La Ñora.

Murcia cuenta con una gran cantidad de museos. También acoge la celebración de varios festivales de distintos ámbitos culturales, como el Festival Internacional de Folclore en el Mediterráneo y el Festival Internacional Murcia Tres Culturas, que tiene lugar en mayo y se creó con la idea de superar la barrera del racismo y la xenofobia, buscando el encuentro, el entendimiento y la reconciliación entre culturas y pueblos. La denominación tres culturas alude a la convivencia entre judíos cristianos y musulmanes que habitaron la Península Ibérica hasta el año del descubrimiento de América, en que judíos y musulmanes fueron expulsados por los reyes católicos.

En Semana Santa, sus procesiones son famosas por las imágenes de Salzillo, del siglo XVIII, y por su tipismo único, del que son exponente las procesiones de Los Moraos y Los Coloraos. En las procesiones de estilo tradicional, los nazarenos llevan un atuendo huertano y regalan caramelos y habas a la gente que acude a las procesiones, las cuales están declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Las Fiestas de Primavera se celebran la semana siguiente al Domingo de Resurrección. Durante toda la semana, se suceden conciertos y desfiles y las peñas huertanas se instalan en los jardines de la ciudad, las llamadas «barracas», en las que se puede degustar la gastronomía local. Entre los múltiples actos destacan, el martes, el Bando de la Huerta y, el sábado, el Entierro de la Sardina, que es una ceremonia con la que se anuncia el fin del Carnaval en diversos puntos de España. Los entierros suelen consistir en un desfile carnavalesco que parodia un cortejo fúnebre y culmina con la quema de alguna figura simbólica, generalmente representando a una sardina. El entierro de la sardina carnavalesco se celebra tradicionalmente el Miércoles de Ceniza y en él se entierra simbólicamente al pasado, para que surja una nueva sociedad transformada, ambos declarados de Interés Turístico Internacional.

Habla dialectal

El dialecto murciano es el dialecto romance tradicional e histórico de la Región de Murcia, que tiene sus orígenes en el Reino de Murcia en los siglos XIII y XIV, cuando diversas variantes lingüísticas (romance andalusí, árabe, provenzal, castellano, catalán, aragonés, etcétera) se fundieron para dar lugar al dialecto murciano.

Algunos lingüistas lo clasifican como dialecto del español; por otro lado, la Real Academia Española, hasta hace poco, consideraba al murciano como un dialecto del aragonés, mientras que fuentes catalanas sostienen que el murciano es un dialecto de transición entre el castellano y el catalán.

La variante comarcal del dialecto murciano, típica de los valles del Segura, es la que popularmente se ha venido denominando como panocho, de la que participa el municipio de Murcia a pesar de la estandarización creciente del castellano normativo que se habla en él.

EL LEGADO ANDALUSÍ

Del libro de José María Galiana, Carlos Moisés García y José Hernández Pina, una edición del Ayuntamiento de Murcia, Concejalía de Turismo y Congresos.

Señalan los autores que “es probable la existencia de algunas villas romanas en el valle de Segura, cubierto de zonas pantanosas”.

En el año 825, por orden del Emir Cordobés Abderrahman II, se estableció en el barrio un campamento militar con la intención de pacificar la zona y edificar la nueva capital de la provincia en un lugar propicio para la implantación de sistemas hidráulicos que potenciasen el desarrollo de la agricultura de regadío.

La llegada de Abderrahman III generó una época de prosperidad económica y de esplendor político cultural consolidándose como una de las ciudades más prósperas e importantes de al-Andalus durante los siglos XII y XIII, con los gobiernos de Ibn Mardanix e Ibn Hud.

De ese periodo se cita la existencia de poetas, místicos, filósofos y juristas de prestigio en una Murcia poblada de jardines, huertos y feraces tierras de cultivo, destacándose entre ellos el sufi Abenarabi (1165-1240), el ‘vivificador de la religión’. La entrada de los almohades en Murcia llevó consigo la huida de su familia a Sevilla. A los 25 años era tal su fama que Averroes y el famoso sufi Musa el Baidarani se trasladaron a Sevilla exclusivamente para conocerle.

A lo largo de 30 años escribió su obra más trascendente: Las iluminaciones de La Meca.

El conjunto de sus escritos comprenden todos los campos de la filosofía, la teología la mística y la poética. Su capacidad y esfuerzo intelectual le llevó a escribir más de 400 obras; un encendido llamamiento hacia la fe de Mahoma. Murió en Damasco a los 75 años y sus restos reposan en la Mezquita Xeij Mohidin.

Con Ibn Mardanis, Murcia se convirtió en capital de Al Andalus, señor de Murcia, Valencia, Jativa y Denia; resistió durante 25 años el empuje africano gracias al apoyo de los reyes cristianos y sometió a los reyezuelos andalusíes. Conquistó Jaen, Ubeda, Baeza, Baza, Guadix, Ecija y Carmona y sitió Córdoba Sevilla y Granada. Murcia fue lugar estratégico por la imperiosa necesidad de disponer de una salida al Mediterráneo. Se firmó el Tratado de Carzola en 1179 entre Castilla y Aragón. Jaime I recuperó el reino y estableció la soberanía de Castilla.

En el siglo XIV, la ciudad estaba habitada por nobles castellanos, moriscos y judíos. Ceramistas, tintoreros, herreros talabarteros y muy particularmente agricultores. Confinamiento de mudéjares en el Barrio de Arrixaca, instalación de comunidades religiosas formaban un cinturón periférico que con el transcurso de los años se convertiría en focos de atracción urbana. A mediados del siglo XVII, Murcia padeció la riada de San Calixto, que acusó muchos muertos.

Señalan los autores que pese a las sequías, inundaciones, epidemias, expulsión de judíos, moriscos y guerra de Sucesión, la consolidación de la industria de la seda, las especias, el salitre la orfebrería, y las obras de la Catedral del Aludí y del Contraste alentaron un incremento demográfico que en el siglo XVIII con el apoyo del conde de Floridablanca, que impulsó la construcción de nuevas comunicaciones, obras públicas y un acelerado proceso de urbanización que se fue acrecentando. El derribo de las murallas a mediados del siglo XIX significó una desordenada expansión urbana.

Francisco Cascales describe la muralla como “muy alta y muy fuerte, hermosa con muchos torreones levantada para la defensa de ataques enemigos y protección de riadas y epidemias”.

Tras la reconquista, las mezquitas que se alzaban en la ciudad se convirtieron en parroquias, cada una con su respectiva iglesia. Dentro del recinto amurallado se podían contar las de Santa María o de la Catedral, Santa Catalina, plaza principal donde tenían sus oficios los escribanos, Santa Eulalia, San Bartolomé, San Nicolás, San Pedro y San Lorenzo. “El casco antiguo guarda un rumor de recodos y angosturas, adarves o azucaques que se estrechan buscando el frescor de la umbría”.

“Hay voces y gestos de los primeros pobladores: horno moruno, ajuar, alpargata, almajara, aliacán que pronuncian los últimos hortenses sentados en cuclillas junto al quijero de un azarbe o a la sombra de una higuera”.

ALFONSO X, FILÓSOFO Y POETA

Alfonso X, que mereció entre los reyes de España el nombre de sabio, creía en la influencia de las piedras y los astros. Señalan los autores que “de infante pertrechado de ballesta y armadura, cabalgaba de anochecida por las estribaciones de España a la caza de rebecos y jabalíes”. Existen sorprendentes testimonios de partidas de caza por las sierras de Lorca, y en las muy nobles fieras de Al-Andalus, un antiguo texto árabe que confirma la presencia de osos que los notables musulmanes mataban con lanza, junto a las playas de Águilas. De Alfonso X nos llegó a América las famosas leyes de las siete partidas, que en el Paraguay siguieron siendo utilizadas hasta la conclusión de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).

ÁGUILAS

Un mar Mediterráneo repartido en caletas, nos recibe en Águilas, ciudad costera privilegiada que nos sorprende con un busto de Carlos III en su plaza principal frente al Ayuntamiento. A pesar de su belleza natural, de pedregosa geografía, nos dio la sensación de que Águilas no cayó en la tentación del ostentoso turismo arrasador de las tarjetas de crédito y de hoteles de superlujo que proliferaron en algunos lugares de España. En Águilas convive la naturaleza con la sencillez de las costumbres, los visitantes, que más bien parecen invitados que turistas, comparten esta sobriedad disfrutando su rica gastronomía, la calidez de su gente en un ambiente exento de lujos superfluos.

Semana intercultural español-paraguaya

La razón del viaje a Murcia significó una participación activa en esa semana dedicada al Paraguay.

La festividad en plena primavera no solo demostró aspectos bilaterales entre los gobiernos, sino que se justificaba ampliamente por la presencia de seis mil compatriotas, que habitan la región y que con su trabajo logran ayudar al desarrollo de esta zona de España, y a la vez con las remesas aportar a la economía nacional. Estos forman parte de los 200 mil paraguayos que migraron a España.

En el lanzamiento de la Semana Hispano-paraguaya compartimos con la concejala de Murcia doña Alicia Barquero, la Prof. Mary Carmen Hidalgo, los miembros del Centro Unesco Murcia y otras autoridades.

Cabe destacar la visita a universidades. A la UCAM Universidad Católica San Antonio de Murcia, Campus de los Jerónimos, donde hemos presentado algunos libros paraguayos :

Las Culturas Condenadas, de Augusto Roa Bastos, con reseña de vida y obra del autor, del Premio Cervantes de Literatura del Paraguay; Pensamiento Paraguayo del Siglo XX, compilación de Beatriz G. de Bosio, de la Universidad Católica de Asunción, y Eduardo Deves Valdés, de la Universidad de Santiago de Chile; Enseñanzas del Bicentenario ante los desafíos globales de hoy: Repensando el cambio para nuestra América, Anales del IX Encuentro del Corredor de las Ideas del Conosur, Asunción, 2008; La Cultura en el Aula con CD-ROM, Manual de apoyo didáctico para docentes, entre otros.

Durante las visitas a las universidades, se establecieron bases para futuros intercambios de docentes y alumnos, algo de mucho interés para nuestro país.

Se llevó a cabo un taller en guaraní y sobre la realidad de la mujer indígena, con participación de compatriotas paraguayos que viven en Murcia y los representantes del Ministerio de Educación presentes.

Hubo exhibición de artesanía hispano-paraguaya, música, danza, y zarzuela por artistas-alumnos de la escuela de Arte Escénico de Murcia. Participación de la guitarrista compatriota Daiana Ferreira y la cantautora Silvia Vargas, funcionarias de la Embajada paraguaya en Madrid. Se sumó posteriormente el embajador paraguayo ante el Reino de España, don Oscar Cabello, que lanzó el libro La Mesopotamia de America Latina, cuya presentación estuvo a cargo de la Prof. Beatriz G. de Bosio.

La visita a Águilas fue para contactar con empresas especialistas en riegos y cultivos. Sebastián Rabal Ros, del Departamento Técnico, nos hizo un recorrido de fincas para exhibición del sistema que pudiera ser aplicable en el Chaco paraguayo, en el marco de huertas para las escuelas en esa región.

Conclusión

El descubrimiento de Murcia, una zona que a pesar de tener una gran migración de paraguayos sigue siendo relativamente desconocida en nuestro medio, tuvo lugar gracias a la misión encomendada por las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura para intentar evitar que un proyecto de cooperación internacional favorable a nuestro país fuese enviado a otra región latinoamericana por falta de contraparte.

La visita a Murcia, a parte de ser gratificante, fue al mismo tiempo didáctica y ganancial desde el punto de vista de la cultura y la cooperación por el gran sentido de Americania, muy vigente en España, y sobre todo a partir de los festejos del quinto centenario del viaje de Colón, y últimamente con el redescubrimiento del relacionamiento iberoamericano en ocasión de la celebración del Bicentenario de la Independencia política, que nunca significó ruptura cultural o de tradiciones.

Murcia, mágica y barroca, una sorpresa con invalorables posibilidades de entendimiento y apoyo recíproco. Su historia de tres culturas fue como un campo de experimentación de convivencia en la diversidad, como único camino luego de la experiencia de enfrentamientos, guerras y persecuciones de orígenes religiosos y étnicos. En esa celebración de la diversidad en la vida cotidiana, Murcia, Unesco y el Paraguay encuentran un destino compartido y un futuro esperanzador.

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