Gustavo Perednik diferencia el Islam del Islamismo

La tercera guerra mundial, el fundamentalismo Islámico y Occidente son algunos de los temas que el escritor y filósofo de origen argentino Gustavo Perednik (ver currículum en esta misma página) ha venido desarrollando en una serie de conferencias en nuestro país. Esta es la tercera vez que lo visita, ahora invitado por la Universidad Uninorte y por la comunidad hebrea local.

Cargando...

- Estos temas -dijo en el transcurso de una larga conversación mantenida con él- tienen que ver también con mi último libro que se llama “España descarrilada” sobre los atentados de Atocha y, a partir de ahí, es el análisis de la situación.

- ¿Cuál es esa tercera guerra mundial?

- Pues la que estamos viviendo actualmente en la que hay que distinguir el Islamismo de la religión Islámica. El Islamismo es un movimiento político que utiliza el terrorismo para imponer el Islam en todo el mundo, un ataque contra Occidente. Esto es lo que llamo la tercera guerra.

La muerte de Arafat

- La muerte de Arafat, ocurrida días atrás, ¿cambia en algo este discurso?

- Antes que nada, abre una puerta más optimista en cuanto a las posibilidades de paz. Arafat era, en cierta manera, quien controlaba todos los hilos del terror, quien lo financiaba, quien dominaba de una manera muy dictatorial, quien alentaba ese terror y lo organizaba porque tenía todas las riendas en su solo puño. Por lo tanto, su desaparición del mapa político hace más posible el surgimiento de un liderazgo que quiera la creación de un estado palestino en paz.

- ¿Es eso posible?

- No sólo es posible; es inevitable y va a ocurrir tarde o temprano.

Islam e Islamismo

- Hablando sobre fundamentalismo, usted dice que es el Islamismo y no el Islam. Pero el Islam ¿es o no es fundamentalista?

- No todo el Islam. Ellos pueden convivir con sistemas democráticos. Es más, esta corriente fundamentalista es una novedad. A partir de 1979, que triunfó la revolución de los ayatollah en Irán, se estableció el primer estado de la historia basado en el Corán. Nunca existió un estado basado en el Corán, ni siquiera el estado que creó Mahoma, en el siglo séptimo, estaba basado en el Corán. Esto es una novedad que empezó con el triunfo en Irán que luego se trasladó a Afganistán y hoy día tiene como anfiteatro al mundo entero. Entonces, el Islam es una religión respetable que podría convivir con la democracia y con la paz. El Islamismo, por el contrario, es un movimiento moderno que secuestra una parte del Islam.

- ¿Es posible un triunfo a corto plazo sobre esta línea terrorista?

- No solamente es posible, insisto, la victoria de Occidente sobre el Islamismo es irreversible. Puede durar unos meses más o unos meses menos la guerra. Pero Occidente está destinado a ganar.

- Sin embargo el Islam es una de las pocas religiones que creció últimamente.

- Pero no el Islamismo. El Islam como religión puede crecer. Pero ese crecimiento no necesariamente significa terrorismo y guerra. El Islamismo, desde la derrota de los talibán, está en retroceso. Eso no quiere decir que no puedan poner más bombas y matar. Pero ellos están colocados a la defensiva en estos momentos.

La guerra de Irak

- ¿La guerra de Irak tiene posibilidades de conseguir sus objetivos?

- Si el objetivo es el surgimiento del primer país democrático en el mundo árabe, es un objetivo por el cual vale la pena luchar, porque sería no solamente revolucionario, sino auguraría la gran posibilidad de un cambio en el mundo entero.

Entre democracias nunca hay guerras. Y el mundo árabe se caracteriza por ser violento, dictatorial. No hay una sola democracia en los países árabes. Es un mundo donde se explota a la mujer, un mundo de esclavitud, de corrupción. Si surgiera la primera democracia en el mundo árabe, creo que sería el anuncio del inicio de una época de paz global. Me parece que la guerra de Irak está encaminada en ese sentido. Ahora, en enero, están previstas las elecciones que van a estabilizar en cierta medida el país. Lo que quiere la resistencia es evitar las elecciones, evitar que Irak de democratice.

La cultura democrática

- El tema de la democracia, ¿no es también un tema que pasa por lo cultural?

- ¿En qué sentido? ¿En el sentido de que nosotros somos de una cultura democrática y ellos no?

- Exactamente.

- Allí hay derechos básicos que no pueden depender de la cultura. Es decir, yo no puedo permitir la tortura y el asesinato en algunos países con el pretexto de que esa es su cultura. La cultura es qué tipo de comidas tienen, qué tipo de religión, qué tipo de tradiciones. Y esto no tiene nada que ver con la privación de los derechos humanos básicos a toda su población. Pienso que es una suerte de soberbia la de Europa cuando dice: “Miren, de los árabes no se puede esperar más, porque todo lo que pueden hacer es un mundo violento”.

Pero aun cuando fuera un problema cultural, yo no creo que se trate de algo cultural: yo tengo el derecho a defenderme, porque no es una cultura que está oprimiendo solamente a su propia gente, sino que se desborda y comienza a atacar a los demás. Es el caso concreto de Israel que está rodeado de países que amenazan con borrarlo del mapa desde su misma creación. Entonces no se puede atribuir esta violencia solamente a un fenómeno cultural y bajar las manos.

El carro y los caballos

- Hay mucha gente que equipara la guerra a los hechos de terrorismo. Los ataques a las Torres Gemelas, por ejemplo, y el atentado a los trenes de Atocha. Así, dicen: “los americanos le llevan la guerra y ellos utilizan esos métodos para defenderse”.

- Esto es poner el carro adelante de los caballos. La pregunta debe ser quién comienza la agresión. No puedo atribuir el terrorismo a la invasión de Irak, porque la invasión vino después. Es lo mismo que cuando se habla de la guerra contra Israel se afirma que ella tiene como origen la ocupación de dichos territorios, y que si Israel no los hubiera ocupado no habría habido guerra. Pero esto es absurdo porque Israel viene siendo atacado desde mucho antes de ocupar tales territorios. Es más, los ataques árabes preceden a la creación del estado de Israel.

En 1929, toda la comunidad de Hebrón, hombres, mujeres y niños fueron asesinados por bandas de terroristas. Entonces no había territorios ocupados. No había ni siquiera estado judío y sin embargo ellos los atacaban. O sea que las excusas dejan de ser lógicas cuando ubican las causas después de los efectos. Aquí hay quien agrede y hay quien se está defendiendo.

Israelíes y palestinos

- ¿Cómo va a salir parado Israel después de estos entrenamientos de ataques y represalias mutuas que hay entre israelíes y palestinos?

- No hay ataques y represalias mutuas. Hay que fijarse en el origen de la guerra. La guerra contra Israel es una guerra asimétrica. Por un lado hay una pequeña democracia y del otro lado hay 21 regímenes que son quinientas veces más grandes, sumamente ricos en petróleo, todos ellos totalitarios, dictatoriales. Por el otro lado, hay un país que quiere vivir en paz y le propuso la paz a sus vecinos desde sus mismos comienzos. Pero esos regímenes dijeron no a todo intento de convivencia con Israel.

“Por lo tanto llamar a esto como muchas veces dice muy cínicamente la prensa europea un ‘ciclo de violencia’ no es exacto. Aquí no hay un ciclo. Sí hay una agresión directa y hay una parte que se defiende de esa agresión. Israel no siempre tiene razón ni es perfecto pero hay quien se está defendiendo”.

“Israel no tiene ninguna exigencia para con el mundo árabe que le rodea, sólo quiere que le dejen vivir en paz. Si mañana a la mañana los palestinos depusieran sus armas, en pocas semanas tendrían todo lo que quieren: un estado propio... todo lo que dicen querer: estado propio, inversiones, estabilidad, y la bienvenida en el concierto de las naciones. Si el día de mañana los israelíes depusiéramos las armas, en dos semanas no habría más Israel. Esta es una diferencia clara, que salta a la vista, y quien no la quiere ver es simplemente mal intencionado”.

“Aquí hay un país que se está defendiendo de la agresión constante. Aquí no hay un ciclo de violencia. Israel no ataca al medio que lo rodea porque quiere vivir con ellos en paz. Sin embargo recibe constantemente amenazas de ser borrado de la faz de la tierra de muchos de estos regímenes con Arafat a la cabeza”.

Antisemitismo y judeofobia

- Esa posición cínica, de la que usted habla, que han asumido los países europeos, ¿puede deberse a una corriente de antisemitismo en Europa?

- No cabe ninguna duda de que es una de las fuentes. Mi penúltimo libro se llama “La judeofobia”. Yo prefiero utilizar este término antes que antisemitismo porque se presta mucho a los equívocos. Antisemitismo es contra todos los semitas, también contra los árabes. Así pues, el problema no tiene nada que ver con los semitas porque no existió nunca. Primero que no hay semitas pero, además, una corriente contra los semitas nunca existió. Estamos hablando del odio a los judíos que ya lleva más de dos mil años en la historia europea.

“La judeofobia es uno de los factores que lleva a Europa a alinearse con los países árabes en un intento de destruir el estado de Israel. El odio que antes se volcaba contra el judío ahora se vuelve contra el judío de los países que es Israel. Hay otros factores que se registran también en Europa como es la competencia con los Estados Unidos. Europa quisiera desalojar a los Estados Unidos en su protagonismo en Medio Oriente y para eso financia una guerra contra Israel que es una cuña para penetrar en la región. Así se explica que le hayan dado tanto apoyo a Arafat que fue visible en los honores que le rindieron cuando murió”.

- ¿Será este un problema difícil de erradicar?
- Yo creo que estamos mejor ahora que antes. Es difícil de erradicar si se piensa que se podrá hacerlo en una generación. Pero estamos hablando de un odio arraigado en milenios. Por lo tanto no se puede esperar disiparlo en diez años. Yo creo que va a ser un fenómeno marginal. Soy optimista. Hay que tener cautela y no ser ingenuo. Lleva mucho tiempo desarraigar un odio tan profundo.

Quién es Gustavo Perednik

Graduado de las Universidades de Buenos Aires y de Jerusalem (cum laude), Gustavo Perednik completó en Nueva York sus estudios de doctorado en Filosofía. Cursó Humanidades en las universidades de La Sorbonne (Francia), San Marcos (Perú) y Uppsala (Suecia).

Sus seis primeros libros recibieron excelente crítica y premios literarios internacionales, y fueron traducidos a varios idiomas.

Su séptimo libro, España Descarrilada, acaba de ser publicado en España con prólogo de Pilar Rahola (lleva por subtítulo Terror Islamista en Madrid y el Despertar de Occidente)

Perednik publicó más de mil artículos acerca del judaísmo y la modernidad, muchos de ellos accesibles en Internet, en varios idiomas.

Fue distinguido como profesor sobresaliente de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en la que disertó en varios idiomas y en la que dirigió los programas Cuatrienal y Preparatorio, y creó el programa Sheli de estudios en castellano. Dirigió asimismo el Instituto para Líderes del Exterior.

Invitado a dictar conferencias a más de cuarenta ciudades en los EE.UU., China, Europa y Latinoamérica, disertó en cincuenta universidades americanas, españolas y chinas.

Dos mil estudiantes siguieron su curso La Naturaleza de la Judeofobia, que fue publicado en varias ediciones. La versión portuguesa de su libro La Judeofobia fue publicada en Brasil en 2002, y para este año se espera la publicación de versiones en hebreo y en chino.

Esta es su tercera visita al Paraguay, en donde ya ha disertado en marcos universitarios, militares, comunitarios y escolares.

La judeofobia en las Américas

- ¿Se da en América Latina esa judeofobia?

- Es mucho más marginal de lo que aparenta. Yo diría en las Américas, no sólo en América Latina. Pero el país más europeísta, que es Argentina, es donde se vive con mayor intensidad -y no casualmente- este fenómeno. La judeofobia es un fenómeno eminentemente europeo y lo exporta a distintas comarcas con mayor o menor éxito. Estos últimos años fueron más graves; si bien yo soy optimista, sé que en estos últimos cuatro años se experimentó un retroceso de la paulatina marginalidad de la judeofobia, pero soy optimista. Creo que la nueva página que se ha abierto en Medio Oriente nos empuja en una mejor dirección. Con todo, cada país es un mundo en Latinoamérica. Pero si tuviera que calificarlo en términos generales, diría que es un fenómeno menos notable que en los países europeos.

Los atentados de Buenos Aires

- Los atentados en Buenos Aires (la embajada de Israel y el edificio de la Amia), ¿forman parte de esa judeofobia o se deben a una agresión exterior?

- Las dos cosas vienen unidas todo el tiempo. Es un círculo vicioso: Europa alimenta a los regímenes retrógrados que dominan el mundo árabe, alienta en el mundo árabe estas ideologías judeofóbicas y luego estas ideologías se vuelcan contra Israel y contra los judíos aun en Europa, y Europa sale cínicamente como defendiéndose de esta situación. Pero allí está la fuente de la legitimación moral. En Argentina se vio claramente. Una sociedad entre el régimen iraní que es abiertamente judeofóbico que logró aterrorizar a la población judía de Argentina ligado con factores neonazis locales que se coaligaron para producir estos atentados.

- Hay en Argentina una larga tradición nazi, ¿verdad?

- Sí, hay una tradición nazi, lo cual no quiere decir que el país sea nazi. Es cierto, la judeofobia en Argentina comenzó con un libro publicado en 1891 llamado “La Bolsa”. Yo he escrito bastante sobre este tema. Pero no es una tradición nazi sino de judeofobia y no casualmente el régimen argentino estaba bastante cercano a los postulados del nazismo antes de la Segunda Guerra Mundial. Y después de la guerra le ofreció refugio a miles de nazis. Hay una tradición judeofóbica en Argentina que no se puede soslayar. De todos modos sigue siendo mucho menor que la vocación del pueblo argentino, que es en favor de la democracia y de los derechos humanos.

- ¿Cuál es su visión para los próximos años?

- Muy optimista. Yo creo que se abren nuevas perspectivas. Creo que el terrorismo va a ser vencido con una victoria de Occidente. Esto probablemente va a rezagar a las fuerzas más oscuras. La democratización de Irak puede terminar con una democratización que produzca un efecto dominó de los demás países árabes, y son de algún modo ellos los últimos resabios de un mundo medieval donde los derechos humanos son violados. Por lo tanto, si se empezara con estas sociedades a sacudirlas de su letargo, puede producir un cambio en el mundo entero que nos anuncie el inicio de una era en la que no habrá más guerras. No es inimaginable. Uno tiende a no verlo, pero cada vez hay menos guerras. Lo que pasa es que estos grupos tienen a su alcance una tecnología muy adelantada, lo que hace que su poder sea más destructivo. La guerra va a terminar siendo un recuerdo del pasado. Cuándo va a ocurrir esto, no lo sé; pero en algunas generaciones más va a suceder.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...