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“Recuerde que las dosis de fertilizantes recomendadas están sujetas al tipo de suelo que tengamos en casa. Si levantamos con la mano un pedazo de suelo y apretamos, podemos ver dos situaciones. Si queda como una masa plástica y se puede moldear significa que tiene un alto contenido de arcilla y limo (barro arcilloso fino), entonces se trata de un suelo ‘pesado’, que no permite una buena penetración del agua y a las raíces les costará desarrollarse por falta de oxígeno suficiente”, resalta el profesional.
Enfatiza que “si, al contrario, el suelo se desliza y cae de nuestra mano, es muy arenoso, tiene muy poco porcentaje de abono y no posee mucha capacidad para retener agua. A mayor suelo arenoso, mayor cantidad de abono orgánico y necesidad de riego. Entre ambas características muy extremas, hay muchos suelos intermedios”, finaliza.