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Después de ocurrir erosiones catastróficas en los años 30 en los EE.UU., el presidente Roosevelt plasmó la célebre frase: “La nación que destruye su suelo se destruye a sí misma” y dio inicio a un programa nacional de conservación de suelos. El desnudamiento del suelo debido a la preparación convencional es una de las principales causas para que se produzca la erosión y degradación de los suelos en áreas de uso agrícolas. En su libro Dirt, the Erosion of Civilizations (El suelo y la erosión de las civilizaciones) David Montgomery demuestra que no pocas civilizaciones desaparecieron debido a la erosión del suelo. La condición fundamental para garantizar la sobrevivencia de las civilizaciones es el mantenimiento de la fertilidad del mismo (Montgomery, (2007).
AGRICULTURA SUSTENTABLE
Sin duda, el suelo es uno de los principales factores a ser considerados con relación a la sustentabilidad agroecológica. Es la base de la producción de alimentos para la humanidad. A corto plazo, el suelo es un recurso natural no renovable y que se encuentra disponible solo en cantidades limitadas. Sin él no pueden existir las plantas y sin las plantas no pueden existir los animales, inclusive el hombre. Por eso, es necesario no permitir que sea arrastrado a los arroyos, ríos, embalses y lagos, si es que se desea alcanzar una producción agrícola sostenible. La preparación del suelo por métodos tradicionales, que deja su superficie desnuda, constituye una de las principales causas del proceso de erosión.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Es un deber de todo agricultor y cada ciudadano asegurar que el suelo no sea destruido y que mantenga su capacidad productiva a través del tiempo. En otras palabras, se debe asegurar la sustentabilidad de la producción agrícola y de la producción de alimentos. Sustentable o sostenible significa para siempre, es decir, una agricultura que promueve una regeneración perpetua.
Una agricultura sustentable o sostenible mantiene producciones altas indefinidamente, sin dañar el suelo y el medioambiente. Con ello, se procura mantener y/o mejorar la productividad, de manera a que las generaciones futuras puedan obtener económicamente producciones iguales o superiores a las que se obtienen actualmente mejorando la calidad de vida.
Practicando la agricultura de conservación, mediante el sistema de siembra directa, la cobertura permanente del suelo con una buena cantidad de residuos de cosecha, y mediante el uso de la rotación de cultivos, se consigue alcanzar el objetivo de la sustentabilidad agrícola.
(*) Especialista en sistema de siembra directa