Viajar con propósito

Sembrar hábitos de higiene mental y dental es el propósito que se pusieron Jessi y Wojtek para viajar por el Paraguay sin límite de tiempo. A bordo de sus bicicletas llegan hasta las escuelas más recónditas, disfrutan de los paisajes, la gente y esparcen amor.

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Cuando Jessi Marpartida (27) decidió crearse una cuenta en Couchsurfing —una red social de intercambio de alojamiento— no se imaginó que el primer “extraño” al que recibiría en su casa terminaría sacándola de su Santa Cruz natal y su país. “Nos enamoramos el segundo día”, cuenta con una sonrisa. Por su parte, Wojtek Ganczarek (29) salió de Polonia hace ya cuatro años para internarse en el continente americano a bordo de su bicicleta. Su viaje empezó en México y su ruta nunca antes dependió de nadie más hasta que llegó a esa casa cruceña.

En un primer viaje más corto decidieron que debían hacerlo mejor, Wojtek vino al Paraguay y, un par de semanas después, Jessi renunció a su trabajo como odontóloga y se montó, con bicicleta incluida, a un bus que la trajo hasta Asunción. En ese tiempo habían armado la estrategia: no viajarían solo por viajar. Él escribe libros y reportajes desde que inició su travesía, pero debían encontrar un nuevo propósito que los hiciera sentir que daban algo al mundo. 

Así nació el proyecto Higiene Mental, Higiene Dental. Unieron lo que sabían hacer para dar charlas en las escuelas humildes de los pueblos por los que pasaban. A Jessi le ayudaron con elementos para enseñar a los pequeños a cepillarse. Su padre, a pesar de la sorpresa por su repentina decisión, la apoyó y le compró un lote de cepillos de dientes para que repartiera a los niños.

La primera impresión que tuvieron del Paraguay fue que no es un país tan pobre como se imaginaban. “Encontramos escuelas ciertamente pobres, pero todas las que visitamos estaban bien cuidadas aun siendo públicas o estar en zonas alejadas. Los alumnos, a pesar de su timidez, son hospitalarios, y a la pregunta de si tenían cepillos de dientes, todos respondían que sí. “Eso indica que, en realidad, el país no es tan pobre como nos imaginábamos; algo que ciertamente nos alegra mucho”, explica Jessi.

Hablaron sí sobre el pésimo estado de las rutas, ya que son estructuras muy poco amigables con motociclistas y ciclistas. “Son caminos muy angostos y los vehículos pasan muy cerca de uno”, dice Wojtek. La pareja también relató lo curioso que les parece que tan poca gente consuma verduras. “La mayoría de los niños a quienes preguntábamos, nos decía que no consumen casi verduras y muy pocas frutas a pesar de la abundancia que hay en todas las zonas. Yo misma, cuando encontramos árboles con mandarinas en el camino, me quedo a recogerlas y nos llama la atención la cantidad de frutas que se pierde”, comenta Jessi. 

Durante las estadías en las escuelas realiza también inspecciones dentales y procedimientos muy básicos, mediante el equipamiento con el que cuenta, pero que, a veces, es mucho más de lo que está en las posibilidades de las familias locales. Durante la charla, incluso, montan un pequeño show de títeres para captar la atención de los niños del nivel inicial.

Por su parte, Wojtek es el encargado de la higiene mental. Con los alumnos más grandes habla sobre los sueños, la importancia de fijarse metas y esforzarse para cumplirlas. Les cuenta sobre su experiencia y comparte con ellos, en un español muy bien logrado, los secretos para animarse a luchar por lo que anhelan sin importar cuán imposibles parezca.

Las zonas que recorrieron hasta ahora fueron Paraguarí, Guairá y, luego, emprendieron rumbo a Alto Paraná. Como viajan en bicicleta es muy difícil llevar un plan fijo y cumplir con plazos, pero tienen el objetivo de subir hasta Bolivia por el Chaco, recorriendo más escuelas y brindando, sobre todas las cosas, amor que —según afirman— es la única arma con la que se puede luchar por un mundo mejor.

mbareiro@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Celso Ríos/Gentileza.

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