Una actriz con carácter

En solo cinco años, Lali González se ha convertido en una de las actrices más destacadas del panorama local. Desde que empezó no ha parado de actuar. Entre el teatro, cine en el exterior y, ahora, rostro de una conocida línea internacional de cosméticos va sumando éxitos.

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Todavía no llegó a los 30 años, y la actriz Lali González (Asunción, 1986) ya tiene una sólida carrera sobre sus hombros. Y no por corta su trayectoria –empezó a los 19– ha sido menos intensa. Primero, protagonizó el segundo capítulo del unitario La Herencia de Caín, dirigido por Agustín Núñez. El mismo año debutó en el cine en el rol de Liz, en la multipremiada película 7 cajas, de Tana Schémbori y Juan Carlos Maneglia. En el 2012 interpretó a Irma, en la realización de Lectura Según Justino, de Arnaldo André.

No pasó mucho para que la convocaran a incursionar en el cine internacional. En el 2013 participó en la película argentina La otra orilla, de Daniel Gagliano. Antes de culminar ese año, fue tentada nuevamente para trabajar en el extranjero; esta vez, en Colombia, donde formó parte del elenco de la cinta Fábula de una conspiración, de Carlos Varela.

A la par, la actriz siguió actuando en nuestro país. Y, también, se animó a participar como productora en la comedia Recién Casados, de Hugo Robles, y en Rostros Sagrados. Luego siguieron Toc Toc, en teatro, dirigido por Pablo Ardissone, y las películas Luna de cigarras y Mangoré. Actualmente, está embarcada en la obra Viudas, con Hugo Robles nuevamente, que se estrenó el 17 de abril en el Teatro de las Américas.

En su tercera participación en un filme internacional, González está en plena filmación de las escenas de la película hondureña Un lugar en el Caribe, realizadas en locaciones de Los Ángeles (EE. UU.), Honduras y el Caribe. Dirigido por Juan Carlos Fanconi, la actriz comparte elenco con José Zúñiga, Daniel Zacapa, Gabriela de la Garza, Gastón Pauls y Rodrigo Guirao Díaz, con quien filmó las escenas en Los Ángeles.

“Es un placer volver a trabajar en el exterior; conocer a profesionales del cine y tener la oportunidad de realizar un intercambio cultural. En esta ocasión, tengo la posibilidad de trabajar en el cine hondureño, una industria más joven que la nuestra, pero estoy muy contenta de colaborar con el desarrollo de su cine”, comenta.

El rodaje de Un lugar en el Caribe continuó la primera semana de mayo, ya en Roatán, una isla caribeña, y en Honduras, donde se reunió todo el elenco, un sitio turístico muy conocido. “Vamos a trabajar todo el resto del mes”, señala. El joven director hondureño Juan Carlos Fanconi la invitó a formar parte de su proyecto. “Lo conocí en Costa Rica, durante un festival de cine en el 2013; tiene una interesante forma de trabajar”.

La actriz aceptó participar del filme porque le pareció muy interesante la manera de tratar de aglutinar el grupo heterogéneo que se había armado. “Y, además, es una linda oportunidad para los actores latinos, a los que, a veces, nos limita mucho el acento”.

Destaca que ese contacto entre todos y la forma de trabajar hace que se aprecie el ritmo y cómo es la forma de cada uno de llevar adelante la película. “Es lindo hacer cine afuera.

Desde el año pasado que tenía en mente este proyecto, pero no se concretaba”.

¿Aceptó enseguida? “No; primero, el director me envió el guión, ¡y me encantó, porque es una historia romántica! ¡Y ni qué decir de la locación! También me llamó la atención trabajar en Los Ángeles, con un equipo americano”.

González interpreta a Sofía, una de las coprotagonistas. En el filme hay varias historias entrelazadas. El protagonista es el actor hondureño José Zúñiga. “Es muy conocido. Trabaja en Los Ángeles desde hace mucho tiempo. Participó en Crepúsculo”.

Enfatiza en que no se enfoca mucho en comparar nuestra industria cinematográfica con otras, porque considera que tenemos que ser conscientes de que la industria del cine paraguayo recién se está iniciando. “Lo interesante es ver cómo ellos trabajan para traerlo acá, cómo las leyes los protegen. Lo que sí encuentro en común son las ganas y el amor por el cine, siempre es el mismo, igual que en cualquier parte del mundo”.

Respecto a proyectos futuros, señala que tiene otra propuesta de cine en el extranjero. “Pero mi idea es seguir haciendo cine y teatro, tanto aquí como afuera. También, en poco tiempo, espero poder dedicarme a realizar mis pequeños proyectos de cortometraje que es lo que tengo ganas de hacer desde hace mucho, pero ya como guionista”. Actualmente, es el rostro de una importante marca de cosméticos (Maybelline), cuya campaña publicitaria se filmó en Panamá.

¿Se mudaría de país en busca del éxito? “Para mí, el éxito está en hacer lo que a uno le apasiona”, responde sin dudarlo y agrega que no cree que se lo deba buscar afuera. “Se siente en el corazón cuando uno es feliz al hacer lo que ama y le va bien. Y que el papel llegue al público, sin importar el rol que uno interprete. Para mí, eso es el éxito y es lo que voy a seguir buscando: llegar al corazón del espectador”.

Así es Lali González, tan inquieta que no ha parado ni siquiera para tomar conciencia de sus logros. En definitiva, una actriz con carácter.

mpalacios@abc.com.py

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