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Tiene 24 años y una energía avasallante. A su corta edad, participó de ocho series televisivas —Esperanza mía (2015-2016), la última de ellas, fue su primer protagónico—, cinco películas y ocho temporadas de teatro. Sus programas de televisión —Casi ángeles (2007-2010) y Chiquititas sin fin (2006)— dieron vueltas por el mundo, ubicándola entre las artistas juveniles de la Argentina con mayor proyección internacional. Su nombre de pila es Mariana Espósito, pero ella simplemente se siente “Lali”. “Me decís Mariana y no voy a saber de quién me estás hablando”, bromea. “Cuando nací, a mi hermano no le salía mi nombre, y empezó a decirme Lali y yo tuve uso de razón siendo Lali”, cuenta.
Si bien más de una docena de bandas sonoras incluyen su voz, su carrera solista se inició en el 2013 cuando editó de manera independiente su álbum debut A bailar. Dos años después —ya con el apoyo de Sony Music—, presentó al mundo su segundo disco: Soy. Para la artista, estas 13 canciones suponen un crecimiento musical. “Hay canciones muy distintas unas a otras. Musicalmente es un disco que va variando mucho en el sonido, más allá de que –por supuesto– el espíritu es el pop. Y eso lo traspasamos a lo visual también. La cantidad de luz y la cantidad de fuego que hay en la luz, para hablar del mismo pop, ¿no?”.
-Soy implica un concepto y una identidad. ¿Tuviste alguna vez algún problema de identidad durante tu crecimiento frente a cámaras?
-No. Un problema de identidad no. De hecho, lo llamativo es que siempre tengo una esencia de cómo fui siempre. Si bien trabajo de muy chica y uno crece, muta y va cambiando, siempre hubo como una cosa muy presente de cómo fui de toda la vida en mi casa, con mi familia y antes de dedicarme a esto. Y todo eso formó este disco. Todo lo que soy y lo que considero que he aprendido; lo que pienso que me falta aprender, las cosas en las que me he equivocado y aquellas en las que no están en este material. Las cosas que me molestan tienen que ver con estar siendo quien tengo ganas de ser en este momento de mi vida, con todo lo que me pasa.
Lali regala su mejor sonrisa durante su primera entrevista en el Paraguay en el lobby de un hotel. Afuera, varias decenas de niñas gritan su nombre. La emoción es evidente: pocas horas después, la artista les firmará sus discos en un evento de Sony y el 12 de noviembre próximo presentará su primer espectáculo en el país, con un concierto en la Conmebol. Lejos de sorprenderle la euforia, Lali lo toma natural.
-El disco es como un gran álbum de fotos que revela una faceta de modelo también. ¿Te sentís cómoda explotando tu imagen?
-Sí. Todo el material visual del disco tiene que ver con este estilo musical que permite ser un montón de personajes en algún punto, más allá de que soy Lali, ¿no? En esa tapa se ve mi cara, es mi nombre, soy yo, pero adentro se juega mucho. Hay looks distintos, y a la hora de hacer música, yo me considero todo eso. De hecho, mi música tiene un poco esa fusión.
-En cierto punto, las letras tienen un toque místico… Textos como Cree en mí o versos como Soy mi religión tienen cierta carga de metafísica. ¿Fue consciente?
-Sí, consciente. Leo mucho sobre eso. Es en la única cosa que creo. Me refiero a la energía universal, ¿no? Creo que es lo único que somos. Somos energía, y cada vez afirmo más que uno es el dueño del mundo para esa energía y de aprender a buscarla, para tomarla y hacer algo con eso. Tengo la suerte de tener un lugar y dedicarme a lo que más me gusta hacer, y creo que toda la energía llega para ponerle algo original, distinto, y a la hora de escribir soy libre.
-¿Creés en Dios?
-Soy católica de crianza, pero no practicante en cuanto a la Iglesia. Soy como libre. Siempre que he necesitado, por ejemplo, de más chica —de hecho, iba a un colegio católico—, un momento de reflexión, iba a la capilla, pero nunca me obligué a seguir la religión porque sí.
-También hay un título bastante fuerte en el disco: Ego. Me imagino que, a lo largo de tu carrera, lidiaste con gente con un ego desmedido...
-Sí, te cruzás todo el tiempo con personas así. Esta es una profesión en la que el ego está como muy por delante. Todos; yo tengo el ego muy por delante, vos seguramente también y no está mal. El ego no es algo malo, pero, a veces, es objeto de miedo. Yo considero que es bueno, nos ayuda a ir hacia adelante. Lo único que tiene que pasar es que lo puedas regular, y no te olvides nunca de que sos igual al resto y equilibrarlo con tener fuerza para hacer lo que te gusta.
-Algo también muy interesante en tu carrera es tu proyección internacional en países como México y España. ¿Te ves enfatizando tu carrera musical en estos países?
-Sucede algo con la música y esta globalización, que capaz no todos los proyectos de series o televisión, o lo que sea, llegan a todos lados, pero la música tiene esa magia, y más como nos movemos hoy con las descargas e internet, que podemos escuchar música de cualquier parte del mundo. Es muy fácil. Entonces hay como una especie de expansión más rápida; tengo intenciones supermusicales, sobre todo en el exterior, y siempre voy a querer actuar. Me encanta. Siempre estoy buscando un proyecto para volver a actuar. Ahora es una película que se estrenará el 4 de agosto en Argentina (Permitidos, de Ariel Winograd), entonces siento que me divierte poder actuar. Estoy pensando qué cosas hacer de actuación el año que viene, pero siempre como encontrando el momento para actuar; el resto es puro trabajo y expansión musical.
-A vos te vemos muy femenina, pero también hay un lado masculino marcado: el fútbol.
-(Risas). ¡Ayer jugué al fútbol! Como a todos los argentinos, creo, me gusta mucho. Mi padre y mi hermano jugaron muchos años. Entonces, el fútbol estaba muy presente en mi casa. Siempre me gustó jugar, pero a medida que fui creciendo, empecé a abandonarlo, porque temía lastimarme la cara, el cuerpo, una ‘gamba’ (pierna) o lo que sea. Y empecé a dejarlo, aunque cada tanto me agarra la locura. Voy y juego un partido con amigas, y eso me divierte.
-¿Cómo es hoy tu relación con Cris Morena?
-Divina. Hace poco me escribió. Siempre está presente. Cuando salió el primer disco, nos juntamos y me dio su devolución. Siempre estamos ahí, presentes, sobre lo que está haciendo la otra. Si bien no nos volvimos a cruzar en el trabajo, he crecido con ella al lado, pegadas, años enteros —casi 10—. Trabajando con ella en todas sus series he aprendido. Además, siempre me dio lugar para explicarme y enseñarme. Siempre estaba ahí, pululando alrededor para que me explique o cuente algo. Tuve muy buena relación, hasta maternal, de mucha protección. Siempre me daba un lugar para que me luzca. Hoy en día, que aunque no nos cruzamos camino en lo profesional, siempre estamos ahí.
-En tu primera aparición en televisión, con solo siete años, interpretaste una canción de Natalia Oreiro. Años después trabajaste con ella en Solamente vos (2013). ¿Hasta qué punto te influyó como imagen y figura?
-Natalia es como una gran ídola de mi infancia. La recuerdo mirando sus novelas, cantando sus canciones y me parece de las pocas que hizo esto, ¿no? Que se animó a sacar su propia música, a la par de ser una figura muy fuerte de la televisión. Siempre la admiré mucho. Y cuando empecé a trabajar con ella, lo primero que le conté la primera semana que trabajamos juntas fue: “¿Vos sabés que la primera vez que aparecí en televisión fue bailando un tema tuyo? Me había pintado el lunar, todo”. Se reía, no podía creer... Ella tiene una cosa como muy natural y muy compañera que la vuelve muy agradable, y te das cuenta de que todos los número uno también tienen sus cosas que les suceden.
-Se viene el primer concierto en el Paraguay. ¿Qué podés adelantar de este show?
-Es un show totalmente nuevo. El Soy Tour arranca en setiembre en Buenos Aires y tiene muchas sorpresas. Igual que me sucedió musicalmente, vamos a sorprender. No pude venir con el A Bailar Tour, entonces va a ser como todo junto, una ola de energía. Los músicos son increíbles, unos dancers (bailarines) tremendos.
- Y ya que este disco busca definirte... ¿quién es Lali?
-¡Una loca bárbara! (bromea). Lali es una niña que cumplió su sueño y es una trabajadora incansable para buscar su destino, hacer sus cosas y sentir verdadera cada cosa que hace. Este disco es un ejemplo de que hago de verdad lo que amo, lo que quiero, como lo quiero hacer. Soy muy feliz con el trabajo que tengo. Me encanta realizar una armonía con buena gente alrededor (sea actriz, cantante o abogada). Le agradezco al público y a todo el Paraguay, que me ha recibido tan bien.
Lali Espósito en el Paraguay
12 de noviembre de 2016. Centro de Convenciones de la Conmebol.
Entradas de G. 160.000 a 1.200.000, en la Red UTS.
Texto: @jorgecoronel - jorge.coronel@abc.com.py •
Fotos: ABC Color/Gustavo Machado.