Regalo de colores

Los 45 escalones de la escalinata de San Jerónimo, el barrio más inspirador de Asunción, pasaron a ser mucho más que un simple nexo entre las casas del lugar. Hoy, cada contrahuella guarda una historia motivadora y llena de belleza, luego de la intervención musiva de Moxel Atelier.

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El barrio Loma San Jerónimo sigue sorprendiendo y robándose la admiración de todos los que pasan por sus coloridas calles y pasillos. Si hay algo que distingue a la comunidad, es que todos los proyectos involucran de manera cercana a los vecinos. Llegar en una mañana cualquiera implica encontrar a los pobladores barriendo, regando las plantas y colaborando para que todo permanezca pulcro y agradable.

Una mente soñadora como la de la diseñadora Laura Godí hizo posible que, una vez más, el barrio sorprenda por su belleza y atractivo. Es así que, actualmente, la antigua escalera ―que otrora servía para conectar un lugar con otro― se convirtió en un atractivo turístico con historia propia.

Godí emprendió hace tres años el desafío de Moxel Atelier, un espacio de enseñanza sobre el arte en mosaicos. Luego de un curso de especialización que hizo en Mar del Plata, Argentina, en el 2012, ya fue formando grandes sueños. “Desde el principio, mi idea fue crear murales en espacios públicos, para que estuvieran al alcance de la gente común, que involucren a la población y participen de estas iniciativas”, comenta Laura.

Un día, viendo una foto que postearon desde la escalinata los integrantes del grupo inglés Bastille, que había venido a nuestro país para el festival Asuncionico, se le ocurrió que podría armar algo más pintoresco en ese lugar, que entonces presentaba un aspecto abandonado y la pintura ya casi se había perdido. “Me pareció un lugar ideal, porque ya tenía referencia de que se trataba de una comunidad ejemplar; sabía que ellos se empoderarían del espacio y lo cuidarían. Además consideré importante devolverle la vida a este punto turístico, que hoy ya puede ofrecer algo más a sus visitantes”.

Como primer paso, se puso en contacto con expertos en intervención urbanística. Cuando presentó la propuesta a sus alumnas del atelier, estas no dudaron en apoyarla y, tras todas las gestiones correspondientes con la Municipalidad de Asunción que concedió el permiso, pusieron manos a la obra. Fue un largo mes de trabajo en el taller, en el que cada una tuvo a su cargo la composición de las hileras. “Cada hilera y cada casita tienen su historia. En algunas hay piezas antiguas que traían las chicas de sus casas, o fueron hechas por ellas mismas representando así su propia identidad”.

Cuatro elementos

Cada una de las piezas fue encajando minuciosamente, completamente a mano.

El esqueleto quedó armado, listo para su instalación, que se desarrolló en una maratónica jornada en la que “las moxeleras” colocaron las 45 contrahuellas. La obra está dividida en cuatro elementos que son: el cielo azul, la ciudad de Asunción y, en ella, las encantadoras casitas de colores y la antigua escalinata; las rocas de la loma, que son una de las siete colinas de la capital, y, por último, el agua de los arroyos Jaén y Jardín, y del río Paraguay.

Las alumnas que hicieron parte de este desafío son: Ángela Soerensen, Cyntia Vera, Rocío Ramírez, Mirtha Soerensen, Gabriela Verón, Tabata Rodríguez, Anne Reissner, Rita Cano, Edith Díaz, Analía Caballero y Cecilia González.

El día de la instalación fue muy especial, pues el atípico sol abrazador de agosto no las abandonó durante las 10 h de la jornada, dificultando un poco el proceso. Pero no fue el único en acompañarlas, pues durante toda la jornada, los vecinos se turnaron para ponerles a disposición todo lo que necesitaran, incluso, les invitaron el almuerzo. “Cómo no íbamos a cuidarles si nos están haciendo un regalo tan especial como este”, dice doña Carmen Toledo, quien desde la habilitación del barrio como punto turístico tiene en su casa un local en el que vende tragos especiales con su familia. “El barrio adquirió un nuevo concepto y cada uno de los vecinos fuimos viendo cómo hacer para que esto nos beneficie. Todos los días llegan turistas desde distintos puntos, y con la habilitación de un nuevo atractivo estamos asegurando un bien más que repercutirá de manera provechosa en cada hogar”, expresa.

“Desde el principio, la idea era sumar gente para trabajos a gran escala, enseñarles las técnicas y distintas formas de trabajar con ellas, pero luego de mucho andar pude desarrollar este primer sueño en un espacio de muralismo público. Realmente es gracias a los pobladores, porque día a día muestran su deseo de progresar, pues se involucraron en este proyecto y se sienten orgullosos de mostrar lo que tienen. Esta obra es un regalo para la gente del barrio y todas las personas que deseen disfrutar de la misma; todo lo que pido es que se la trate con amor porque es única”, señala Laura.

Por su parte, Ángela Soerensen comenta que la experiencia fue renovadora para cada una de las que participó en este desafío. “Particularmente, estaba en un momento de mucho estrés. Decidí tomarme vacaciones en el trabajo para dedicarme de lleno al proyecto. Considero que todo lo que tiene que ver con mosaicos, por la técnica misma, tiene un efecto especial que cambia el espíritu. Además, en Moxel, el grupo de gente es fantástico. Haber tenido la oportunidad de trabajar en algo tan lindo, con tanto sentimiento y más aún siendo todas mujeres fue gratificante. Crear cada casita, poner cada azulejo en su lugar y saber que cada vez faltaba menos era emocionante. Fue hermoso, liberador; de esas cosas que te llegan al fondo del corazón. Ver a la gente tan agradecida te deja sin palabras”, sostiene.

Elementos

Los elementos utilizados en la obra fueron azulejos cerámicos de creación del taller, con cerámica nacional y argentina reesmaltada en el taller, además de la brasileña, mexicana, y con estilos español, portugués y árabe. “Realmente, cada pieza es única y creada especialmente para esto, con un gran cariño. La escalera en sí tiene su historia, pero cada casita también; el objetivo era que se vea como un todo, pero respetando las individualidades. Sería muy interesante que quienes lleguen hasta allí, se tomen el tiempo para disfrutar de cada detalle”.

Cursos

Luego de esta gran misión emprendida, Laura se prepara para recibir desde setiembre a nuevos grupos de alumnas para que esta obra sea solo el inicio. “Después de la inauguración de la escalinata nos llamaron desde distintas ciudades, como San Bernardino que estaba por iniciar ya su hermoseamiento en la escalinata del mirador. En el taller estamos muy contentas, dispuestas a asesorar y colaborar con las ideas y sueños de la gente. Más que recursos, lo que se necesita para embellecer los pueblos es voluntad”, finaliza.

Sepa más

Facebook: Moxel Atelier Escuela

Mail: moxelateliermosaico@gmail.com

Teléfono: (0991) 224-565

mbareiro@abc.com.py

Fotos ABC Color/Heber Carballo/Gustavo Báez/Arsenio Acuña.

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