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Cada vez se ven menos en las calles, pero cada tanto reaparecen con un aire más vintage. Es que los amantes de las scooters cuidan sus vehículos como a ellos mismos. Y así se mostraron en el evento organizado por la Asociación de Scooteristas del Paraguay, junto con el Shopping Mariscal: impecables.
El encuentro reunió a más de 90 motos. “Fue una gran fiesta familiar”, cuenta Raúl Proenza, secretario de la Asociación de Scooteristas del Paraguay. El presidente es Marcos Javier Villaba, y el vice, Diego López Dendia.
El paseo urbano se inició en el Gran Corazón de Asunción y tuvo dos etapas cumplidas en dos días. El primer día llegaron hasta el aeropuerto, luego fueron al Jardín Botánico y, nuevamente, al Shopping Mariscal. El domingo 3 de setiembre recorrieron la costanera de Asunción, para luego regresar sobre la calle Quesada, en la que continuaron con diversas actividades. “Actualmente, unas 35 personas componemos la asociación. Nos reunimos una vez a la semana y una vez al mes organizamos paseos por diversos puntos del país. Está agendado un paseo a Villarrica”, afirma Proenza.
Y poseen un mensaje: “Todos tienen alguna Vespa escondida”. Entonces, es cuestión de desempolvarla y sacarla a pasear. “A los propietarios les esperamos el año que viene para disfrutar de otro gran encuentro, que pensamos repetir en setiembre del 2018”, anuncia.
Fueron jornadas divertidas, a decir del secretario de la asociación. “Contamos con el apoyo de la Policía Municipal, que nos escoltó; fue increíble y agradecemos el apoyo del intendente de Asunción, Mario Ferreiro. ¡Pasábamos todos los semáforos en rojo gracias a los escoltas! Al día siguiente queríamos hacer lo mismo, pero volvimos a nuestra realidad”, bromea Proenza.
Ya más serio, insiste en todo el apoyo recibido, aunque esperan mayor patrocinio para el año próximo. “Es un gran encuentro. Tuvimos visitas de São Paulo, Campinhas (Brasil), Uruguay y Argentina. Sin querer, pasó de ser un encuentro nacional a uno internacional, que reunió a las familias principalmente. Vimos muchos niños con sus padres, también a mujeres manejando una scooter. Todo salió como lo esperado y eso nos anima a un segundo evento”.
Por las calles “rodaron” scooters Bajaj, Vespa, Lambretta. “Llamaron la atención las Rat y Rusty; nuevos modelos, al igual que la viuda negra de Chiche’s Vintage Cars. Estuvo Javier Abbate, un loco de las Vespa; en fin, todos los propietarios de scooters. Se vieron motos en perfecto estado, con pinturas relucientes. Está de moda la tendencia de mantener la moto en las condiciones en que se encuentra, es decir, rayadas, con la pintura gastada, pero con los accesorios de última, elegantes”, cuenta Proenza.
Para él, manejar una scooter representa absoluta libertad. “Uno se siente joven y cree que no hay límites para nada..., al menos en ese momento”, expresa y ríe fuerte.
Añade que la scooter es un ícono que sobrevivió “y hay que darle el lugar y respeto que se merece. Los que tenemos amamos a ese bicho”.
Proenza califica la experiencia como un gran encuentro de amigos. La gente se acercaba y disfrutaba de las motos, en un espacio dispuesto especialmente para que todos pudieran observar o tomarse fotos, emulando un paseo. En la calle Quesada concluyó todo con una carrera, en la que ganaba el que llegaba último. “Nos divertimos un montón y sin una gota de alcohol encima”, asegura.
Definitivamente aman las scooters. Quedaron fascinados con sus curvas de la parte trasera y diseños futuristas. Se sintieron atraídos por sus líneas y, como dice Proenza, con ellas se sienten jóvenes y sin límites. Si tenés una, sumate a la Asociación de Scooteristas del Paraguay para vivir la próxima experiencia, en setiembre del 2018. Promete ser un evento sensacional.
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Facebook: Asociación de Scooteristas del Paraguay
Fotos: Gentileza.