Música, sabor y cultura

Una fiesta de tradición e intercambio de culturas se vivió en Coronel Bogado, Itapúa. La Asociación de Inmigrantes y Descendientes Eslavos (AIDE) realizó por novena vez la Fiesta Nacional del Inmigrante, en dos jornadas llenas de música y deliciosa comida.

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Un fin de semana lleno de color, música, cultura y deliciosos platos típicos de diversos lugares del mundo es lo que se pudo disfrutar durante la Fiesta Nacional del Inmigrante, en la ciudad de Coronel Bogado, departamento de Itapúa. Delegaciones artísticas de las comunidades inmigrantes en nuestro país se sumaron por noveno año consecutivo a esta iniciativa. A pesar de la inclemencia del tiempo durante ambas jornadas, las personas concurrieron con gran entusiasmo.

El evento, que fue organizado por la Asociación de Inmigrantes y Descendientes Eslavos (AIDE), tuvo el objetivo de hacer conocer las manifestaciones culturales de las comunidades inmigrantes en nuestro país, así como de propiciar la integración y el enriquecimiento cultural mutuos, según sus representantes.

Comidas típicas, asado, shows en vivo, elección de reina y estand de exposiciones formaron parte del evento al que asistieron unas 1500 personas. El color fue la característica principal, las mujeres mayores llegaron ataviadas con sus trajes típicos, en su mayoría bordados a mano, y delicados pañuelos.

“Es una gran fiesta que disfrutamos año a año y tratamos de ir progresando, lastimosamente en esta edición el clima no estuvo a nuestro favor y no pudo llegar mucho público, pero la esencia se conserva y quienes sentimos realmente este amor por nuestra cultura, estamos aquí a pesar del frío y la lluvia”, explicó José Miller, presidente de la AIDE.

Andrea Linet Macchi Benítez (19), representante de la colectividad de italianos de Encarnación, fue elegida Reina Nacional del Inmigrante, siendo la primera representante no eslava en lograr el título. Además, participaron de la elección: María Lorena Stempen (21), representando a la colectividad polaca; Ingrid Toebe Galla (16), de la colectividad alemana de la ciudad de Natalio; Lisbette Kraviek (16), quien representó a la comunidad de ucranianos residentes en Natalio, y Paola Miller Bosek (17), por la AIDE de Coronel Bogado.

Gastronomía

La comida es uno de los aspectos más celosamente resguardados por los inmigrantes, que son mayoritariamente eslavos en esta región. En la fiesta no faltaron los golubtsis (unos arrollados de repollo, rellenos con arroz y carne de cerdo), varenky (una pasta con forma similar a las empanadas que se rellenan con ricota o papas), ambos platos típicos de Ucrania.

Un papel protagónico tuvieron las carnes ahumadas, cuya elaboración requirió de varias semanas de anticipación. Para su cocción, que puede durar varios días, se utilizó leña de árboles frutales, que hicieron que el sabor final fuera tan especial. Los colonos también prepararon chorizos artesanales ahumados y queso de cerdo.

El domingo se pudo disfrutar de un asado típico, con abundante carne de cerdo, vaca, pollo y distintos tipos de chorizos. Como guarnición, nada mejor que la emblemática ensalada rusa.

Por su parte, los representantes de la colectividad italiana prepararon deliciosas pastas y pizzas artesanales el sábado por la noche. Como postres, las socias de la AIDE prepararon piononos, galletitas, roscas dulces, buñuelos y otros.

Paraguayos de corazón

Entre 1920 y 1930 centenares de familias, alentadas por promesas de grandes extensiones de tierras para sus cultivos, decidieron dejar sus hogares y probar suerte en nuestro país, a pesar de no tener muchos datos sobre la realidad de esta región. Una de esas familias fue la de Jorge Szwako (84), quien a los 7 años llegó junto a sus padres y tres hermanos desde Bielorrusia. Los inicios fueron duros. En Asunción, su padre negoció por tierras ubicadas en Itapúa aun sin conocerlas. En principio, varias familias compartían una sola vivienda y, poco a poco, con gran esfuerzo y ayuda mutua se fueron construyendo sus propias casas.

Don Jorge recuerda que el primer rubro por el que apostó aquí su padre fue el trigo serrano, “teníamos varias hectáreas y trabajábamos todos juntos para conseguir una buena cosecha, que estábamos ya cerca de conseguir hasta que vino una tormenta que arrasó con todo. Incluso las casas estuvieron a poco de caer, nunca más vi un fenómeno tan destructivo como ese y tuvimos que empezar todo de nuevo, pero lo logramos”.

A pesar de no haber nacido aquí, don Jorge se considera un paraguayo. “Después de la Segunda Guerra Mundial incluso hubo campañas para retornar a cada país, pero mi padre se negó. Cuando era joven tampoco me llamó la atención abandonar este país que siento como mío, jamás sentimos algún tipo de discriminación, sino todo lo contrario. Recuerdo que cuando todos éramos nuevos en la zona, un antiguo hacendado local festejó el cumpleaños de su hija y sin conocernos nos invitó a todos, fue un gesto muy loable. Allí empezamos a sentirnos en casa y a forjar una gran amistad. Nos reuníamos los fines de semana, cada familia llevaba alguna comida para compartir; cantábamos y bailábamos todos juntos”.

La asociación

La AIDE agrupa a los colonos que llegaron a nuestro país entre 1920 y 1930, desde Rusia, Bielorrusia, República Checa, Ucrania, Polonia, Bulgaria, Eslovaquia y Yugoslavia (Serbia, Montenegro y otros), y a sus descendientes. La iniciativa surgió en 2001 por la necesidad que tenían de fomentar su cultura.

Actualmente cuentan con un predio de 7 ha; 5,5 de ellas donadas por los herederos de Juan Szwako, uno de los primeros colonos en llegar, que se dedicó a la agricultura y ganadería en la región. El resto de la propiedad fue adquirida con fondos propios de la asociación. En el lugar se construyeron un quincho, parrilla con mesadas y pileta, sanitarios sexados y está culminada la estructura del tinglado que planean techar para la próxima edición del festival. La AIDE también edificó una plazoleta en la intersección de las rutas I y VIII.

APORTES Y DANZA

Una moderna plazoleta fue construida por la AIDE en la intersección de las rutas I y VIII, donde flamean 12 banderas que indican sus países de procedencia además de la paraguaya, la municipal y una distintivo de la asociación. Los grupos de danza y música se distinguen por sus coloridos trajes y por su contagioso y alegre ritmo, en los cuales los varones, generalmente, muestran sus habilidades acrobáticas y las mujeres, con dulzura e inocencia, realizan pasos con excelente sincronización.

La comida

Durante los dos días del festival se pudo degustar de diversos platos, como las carnes ahumadas y quesos de cerdo elaborados por la comunidad eslava, las sabrosas pizzas italianas, el golubtsi ucraniano y los deliciosos postres.

mbareiro@abc.com.py 

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