Es justicia

Después de 94 años una mujer vuelve a asumir como Ministra de la Corte. La primera fue la Dra. Serafina Dávalos, y ahora fue nombrada la Dra. Alicia Pucheta Valoriani de Correa. Es justicia.

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La entrevista la mantuvimos en el Palacio de Justicia, en el 9° piso, donde tiene su escritorio. En su mesa se ven carpetas, sus lentes, bolígrafo. A un costado, las imágenes de Jesús Misericordioso y la Sagrada Familia, descansan en una mesita. A sus espaldas, la pared se ve con globos y un cartel hecho en cartulina y pincel con las palabras de felicitaciones a la Dra. Alicia Pucheta de Correa, ante el nuevo cargo.
-¿Qué compromisos asume en su labor?
-No defraudar. Mi experiencia en la magistratura va a ser mi mayor aporte.
-¿La abogacía le surgió como una vocación?
-Totalmente. Mi padre también abrazó esta profesión, pero jamás me sentí presionada u obligada a seguir sus pasos. Lo mío es, absolutamente, vocación; siempre la tuve clara... desde niña.
- ¿Cuál fue su primer trabajo como tal?
-Comencé como dactilógrafa, luego ascendí a oficial de secretaría, cargos que marcaron mi vida ya que me ayudaron en mi formación profesional. Pasando por estas labores, luego una entiende a quienes realizan estas tareas. En cuanto a la defensa pública, me tocaba representar a los trabajadores que no podían pagar un abogado de foro. Esa situación me puso piel a piel con las necesidades del país.
-Sabemos que la docencia también la apasiona.
-El abogado tiene dos posibilidades: acceder a la docencia y a la investigación. Yo elegí la primera. Realicé cursos de posgrado sobre didáctica, específicamente para la carrera de derecho, tanto en la Universidad Católica como en la Nacional.
-También escribe...
-Ya tengo cinco libros editados, y estoy a punto de terminar otro texto.
"Prestación de alimentos y protección prenatal", es uno de ellos. También trató el tema "Derecho de tenencia o de convivencia", de acuerdo al nuevo Código. Un tercer libro se ocupa del "Régimen de visitas" o "Régimen de relacionamiento". Igualmente publicó un manual sobre el "Derecho de la niñez y la adolescencia", ya actualizado, teniendo en cuenta el nuevo Código.
-Algún texto que haya leído en su juventud y la marcó.
-He leído varios libros... pero en este momento no recuerdo alguno en especial, pero más que por los libros, mi vida se vio marcada por los valores inculcados por mis padres, como la responsabilidad, respeto a la dignidad del ser humano, por ejemplo.
-Y en su escala de principios, ¿cuáles ocupan la cima?
-La honestidad, definitivamente.
-¿Cuál es su postura frente a la ordenanza municipal que restringe el horario en cuanto a la venta y consumo de bebidas alcohólicas?
-La ordenanza no solamente debe regir para la ley, sino también para la casa. Debe ir acompañada de la educación que se recibe de los padres; de esta forma los adolescentes se conciencian, se disciplinan y adquieren hábitos sanos para su vida. El Estado no puede ser un sustituto en el ejercicio de la patria potestad.
-¿Aboga por el feminismo?
-Respeto a las feministas, pero principalmente creo que la lucha no se trata de ir adelante o hacia atrás, sino de caminar juntos. Y en ese camino, las mujeres debemos demostrar talento y capacidad.
-¿Nunca sintió presión o vivió situaciones que pusieran en jaque todo esto que como mujer está ganando?
-Nunca. Llevo quince años trabajando en un tribunal y, en mi desempeño con colegas varones, nunca sentí presión ni tuve problemas.
-Su esposo es abogado también.
-Sí.
-Debe de ser difícil para un hombre estar al lado de una mujer que llena los lugares que ocupa ¿o no?
-No es mi caso. Siempre tuve el apoyo y el aliento de mi marido en todos mis emprendimientos, en mis logros...

Optimista frente a los cambios
-¿Es optimista acerca de que hay un proceso de cambio?

-¡Por supuesto que soy optimista! Hay claras señales de cambio para las mujeres, principalmente. El mismo presidente de la República, señor Nicanor Duarte Frutos manifestó la importancia de que las mujeres juristas estén en la Corte Suprema de Justicia. Este cambio no sólo se da a nivel nacional. En otros países como Uruguay, Colombia, Nicaragua, Chile, las mujeres ocupan un sitial en la Corte, y Paraguay no está ajeno a este proceso donde se da prioridad al rol que pueda desarrollar la mujer.
-Hay una frase que reza: "Ya vendrán tiempos mejores", ¿qué le produce al pensar en Duarte Frutos?
-Es un visionario que trata de sacar adelante a la patria.
-¿Cree que todavía se puede luchar contra la corrupción, la impunidad?
-¡No hay que perder la esperanza! La falta de esperanza es como la muerte. Yo tengo fe y mucha esperanza... pasa también porque cada ser humano sienta lo mismo.
-Un breve análisis de la situación del país.
-Hay que combatir la pobreza, es el primer paso. Una buena alimentación, una buena salud, una buena educación traen beneficios al país, y, erradicando la pobreza, se superan todos estos problemas.
-¿Qué lugar ocupa la justicia en su vida?
-Primero está Dios, la patria, mi familia y mi carrera.
-¿Es católica? ¿Va a misa?
-Soy católica. No voy a misa con asiduidad; no necesito hacerlo para estar en contacto con Dios. La oración, de corazón y con fe, a cualquier hora del día es muy valiosa, además de cumplir con los mandamientos de Dios.
-¿Qué le gustaría que la gente sepa de usted?
-Que soy una persona sencilla, correcta, justa, transparente, que trata a las personas como le gustaría que a ella le traten. Siempre trato de ponerme en el lugar de los demás, eso redunda en una convivencia más armoniosa.
-Su opinión de los hombres y mujeres paraguayos como ciudadanos de este país.
-Son valientes. La valentía del hombre y la mujer paraguaya es lo singular y lo que se recuerda en otros países.
-¿Y sobre la violencia intrafamiliar?
-La repudio totalmente.
-¿Algún sueño pendiente?
-Ya escribí un libro, tengo hijos y planté un árbol.

Señas de identidad
Es hija del Dr. Justo Pucheta Ortega y Beatriz Valoriani. Su padre también fue músico, formó parte del dúo Pucheta-Giménez que grabó el primer disco de música paraguaya, en el año 1926. "Después de la guerra del Chaco fue a Pilar como juez del crimen. Tenía cuarenta años de edad cuando conoció a mi madre en esa ciudad", recuerda la Ministra de la Corte. Una vez casados fijaron residencia en Asunción y de ese matrimonio nacieron: Hugo Rubén, Livio Alfredo, Víctor Ramón (ya fallecido) y la Dra. Alicia Pucheta Valoriani de Correa. "También tengo un hermano de padre, Abelardo Pucheta", confiesa.
Ella está casada, desde hace 29 años, con el abogado Carlos Alberto Correa Vera. Es madre de dos varones: Hugo Armando José quien sigue sus pasos, y Luis Arturo que escogió la carrera de medicina.


Más personal
No usa mucho maquillaje. Rímel, rouge, colores tenues en los párpados hacen al make-up de la Ministra de la Corte. Un clásico peinado reafirma su personalidad. Su investidura la obliga a vestir trajes de dos piezas, pero asegura que es una ropa que la hace sentir cómoda y forma parte de su manera de vestir. "Siempre me van a ver vestida de esta manera", expresa. Sobria en todo. No es de guiarse por la moda. Su poco tiempo libre lo dedica a escribir libros. Ya tiene un nuevo texto concluido y otro en camino, aunque no quiso adelantar los títulos antes de la presentación. "Escribir me apasiona", revela. También, cuando su tiempo se lo permite, entra a la cocina y aclara que no tiene preferencia a la hora de elaborar una receta. "Estudié cocina con Clara Benza de Garófalo, así que sé hacer de todo". Los fines de semana viaja hasta Villarrica para visitar a su hijo Luis Arturo quien sigue la carrera de medicina en aquella ciudad. ¿Alguna fragancia de preferencia? "La que mi marido me regala". Quiere que la gente sepa que es
sencilla y es así.

"Los jóvenes que eligen la carrera de derecho deben sentirse impulsados por un profundo afán de justicia; por el deseo de lograr que se dé públicamente la razón a quien la tiene; de reivindicar los derechos de quienes han sido perjudicados por error, y por el afán de resolver los conflictos de manera civilizada".


"Esta magnánima profesión es uno de los pilares y sostenes de la cultura y de la civilización; de la convivencia pacífica entre las personas, y del desarrollo de la humanidad".


Haciendo historia
"La historia de la Corte Suprema de Justicia, anterior Tribunal Superior de Justicia, está narrada en masculino por un motivo concreto: Nunca una mujer formó parte de esta instancia desde su creación, en 1870. Por supuesto, esta característica impregnaba todo el Poder Judicial. Solamente Serafina Dávalos integró temporalmente en 1910, el Superior Tribunal de Justicia".

* Fragmento de "Justicia Excluyente", artículo de Line Bareiro y Carolina Thiede, en Informativo Mujer N° 162, Centro de Documentación y Estudios, 2003.

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