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“Paradójicamente, fue la crisis económica de nuestro país (Grecia) la que nos empujó a hacer realidad nuestro sueño de salir a recorrer el mundo”, cuenta Alexandra Fefopoulou (33), quien, junto con su novio Stergios Gogos (28), pasó por el Paraguay a bordo de su inseparable motocicleta Vespa. Empezaron su aventura por separado, pero coincidieron en El Congo. La segunda vez que se vieron se animaron a juntar sus caminos y, actualmente, disfrutan recorriendo Latinoamérica.
A Stergios le cuesta un poco más el idioma, por lo que Alexandra —con un español bastante fluido— es la encargada de relatar su experiencia durante un recorrido por las calles de Asunción. Comenta que ambos están muy contentos con la hospitalidad paraguaya. “Nos hace sentir un poco en Grecia, porque nuestro país es también muy bullicioso y cordial con los extranjeros... Por lo que hemos visto en materia de vivencias y calidad de personas, el Paraguay tiene mucho en común con Grecia”, reflexiona la viajera.
Ella hace de intérprete cuando Stergios intenta contarnos que siempre quiso viajar y conocer el mundo. Anteriormente, trabajaba en hoteles, hostales, restaurantes, porque la industria del turismo en su país resultaba rentable, pero con la crisis el trabajo empezó a escasear y la paga era cada vez peor, así que decidió salir. Ella es antropóloga, pero nunca pudo trabajar en su rubro, en su país, por lo que daba clases particulares de griego moderno e inglés.
“De cierta forma, agradecemos a la crisis que nos empujó a salir de nuestra zona de confort y perseguir nuestros sueños. Sabemos que mucha gente pasa toda su vida soñando con viajar, explorar el mundo y estamos seguros de que lo único que les impide hacerlo es el miedo. No el dinero ni el trabajo, solo el miedo a lo desconocido”, dice Alexandra.
Sobre los inicios de esta aventura, Alexandra dice que empezó en octubre de 2013, cuando Stergios salió de Grecia solo, en la Vespa y viajó por toda África, desde el oeste hasta el sur. “Nos encontramos por primera vez en 2014, en El Congo, donde estaba haciendo una investigación sobre los griegos que estaban en ese país. Luego nos volvimos a ver en Johannesburgo y decidimos viajar juntos, en principio, solo por un mes, para probar. Sin embargo, hay decisiones que las tomás sin pensar mucho y resultan muy bien; ahora viajamos juntos, estamos juntos, escribimos nuestra historia en nuestro blog en inglés y griego. Lo que queremos hacer es viajar por todo el mundo en la Vespa”, dice Alexandra. Ellos van contando sus aventuras a través de su blog worldvespa.wordpress.com, en el cual se pueden encontrar sus relatos, fotografías y videos.
Recursos
Aunque existe la creencia de que para viajar hay que tener mucho dinero, demasiado tal vez, desde la perspectiva de esta pareja de viajeros eso es relativo. “Hay mucha gente que ama lo que hacemos y nos ayuda; no es que la vayamos pidiendo, sino que ellos de por sí se ofrecen cuando ven nuestro trabajo, que consiste en tomar fotografías, videos y los publicamos en internet. A partir de ahí, la gente nos escribe y ofrece ayuda”, dice Alexandra.
El presupuesto que manejan es de USD 15 diarios, entre combustible, alimentos y alojamiento, “aunque la mayoría de las veces dormimos en nuestro camping; nos gusta mucho la naturaleza, así que siempre que podemos preferimos acampar. Es posible viajar con poco dinero. No nos interesa el lujo y también hay mucha gente que viaja, visita los países y sus monumentos, pero sin conocer nada sobre la cultura ni saber nada de como vive la gente. Hay gente que prefiere los viajes en grupo, hacen fotografías de los monumentos y lugares turísticos, pero terminan sin conocer verdaderamente los países y eso no nos interesa. Nosotros queremos hablar con los locales, nos gusta la cultura y aprender a encontrar los puntos buenos de cada lugar en el que estamos”, detalla Alexandra.
Este recorrido por Latinoamérica incluye países como Argentina (de donde vienen ahora), Chile, Brasil, Bolivia “y el resto será lo que se vaya dando en el camino. El plan siempre es que no hay plan. Tal vez si nos quedamos sin recursos o forma de generar más ingresos, nos veamos obligados a volver... o tal vez llegue un momento en el que esta forma de vida ya no nos llene, pero por ahora lo único que extrañamos de nuestra anterior vida son nuestras familias y mi mascota. Viajando comprendés que las cosas materiales no tienen importancia; es lo que siempre se lee o se escucha, pero aplicarlo en tu propia realidad es lo más importante que se aprende”, finaliza Alexandra.
mbareiro@abc.com.py