Desafío robótico

“Reeduca Paraguay” presenta una propuesta para la educación paraguaya. Se trata de la implementación de la robótica en las aulas, un proyecto mexicano que va creciendo a nivel mundial y creando verdaderos genios. Los impulsores sueñan con poder expandirlo en todo el suelo guaraní.

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Hace unas semanas, la noticia de que estudiantes paraguayos participarían del mundial de robótica en los Estados Unidos sorprendió a todos. Los chicos obtuvieron el puesto 81 entre los 120 participantes de su categoría, un logro muy destacado si se tiene en cuenta que su preparación fue de apenas un mes y medio, siendo que los adversarios, mínimamente, entrenan durante meses para el certamen y llevan varios años estudiando la materia.

Esta participación fue posible mediante “Reeduca Paraguay”, encabezado por Javier Viveros y Guillermo Figueredo, director y presidente del proyecto, respectivamente, quienes tuvieron la posibilidad de contactar con la organización y asumir el desafío de preparar el equipo en un país en el que el conocimiento de esta ciencia es escaso por la falta de apoyo y difusión.

Estos jóvenes emprendedores comentaron que están muy contentos con el desempeño que se logró, teniendo en cuenta el poco tiempo de preparación y la nula experiencia a nivel país.

Sin embargo, aclararon que el objetivo es seguir con el proyecto y extenderlo a todo el país, para dar oportunidad a estudiantes de todas las instituciones –públicas y privadas– que estén interesados en aplicar clases de robótica a su malla curricular.

El proyecto tuvo origen en México, actual bicampeón mundial del certamen, donde se logró implementar en instituciones de zonas de muy bajos recursos. Cientos de niños mexicanos acuden ahora con gran motivación a sus clases, y se redujo de manera considerable el nivel de violencia y consumo de drogas.

Un completo proyecto fue presentado al Ministerio de Educación, que mostró también gran interés, pero que –por el extenso proceso que conlleva– todavía no ha definido una acción clara al respecto.

Sofía Alfieri, del Colegio del Sol, que fue la primera institución en aplicar la robótica como clase optativa, indicó que no se pretende que, precisamente, todos los niños se dediquen a esto en el futuro, sino que se valoren los beneficios que pueden tener estas clases para el desarrollo intelectual de los chicos.

“El objetivo no es el robot en sí, sino ir evaluando la capacidad de resolver los problemas que van surgiendo, la aplicación de herramientas antes desconocidas para ellos, su intuición y habilidad. Los niños de hoy tuvieron todos los materiales preparados, que es lo que estila el plan de estudios actual; no están acostumbrados a diseñar ni hacer cosas como estas que, a pesar de que no haya una vasta experiencia al respecto en nuestro país, todo indica que será por demás auspiciosa. Es una manera de formar genios, porque un chico que arma un robot de la nada, algo que debe realizar una tarea específica, sorteando todas las dificultades que se presentan, será un ‘monstruo’ para el día de mañana, capaz de lograr lo que sea”, comenta con entusiasmo.

La semana pasada se realizó, en la capital del país, la primera capacitación intensiva para docentes, ya que con gran esfuerzo, y mediante apoyo del sector privado, “Reeduca Paraguay” logró adquirir nuevos lotes de materiales, puesto que solo se contaba con uno, factor que imposibilitaba la expansión del programa. Viveros comentó que fueron jornadas muy auspiciosas, en las que se notó el gran interés que despierta el programa en los maestros. “Nuestro objetivo es llegar a todos los niños del país; sería fantástico dar oportunidad a los colegios del interior, donde existe gran potencial, pero se carece de posibilidades económicas. Eso solo se podrá lograr con apoyo del Gobierno y empresas privadas. Necesitamos que noten lo beneficioso que puede ser esto para el país”, dice Figueredo.

Hasta ahora, las instituciones que ya manifestaron su interés para aplicar el programa son: San Andrés, San Ignacio, Internacional, Paraguayo Japonés, Arambé y las instituciones de la Fundación Moisés Bertoni.

“Nuestro país necesita de mano de obra calificada, profesionales capaces de resolver problemas y asumir grandes desafíos, pero esto será imposible si no se mejora la calidad de la educación desde los primeros años”, indicó Viveros.

Mundialistas

Alejandro Evreinoff (15), del Colegio Internacional, es el capitán del equipo que viajó al mundial. En su niñez realizó varios cursos de robótica que le sirvieron como una excelente base, pero no llegaban a un nivel tan alto como el que se tiene en “Reeduca”. “Durante la competencia pudimos notar el alto nivel de competitividad. En algunos casos, las delegaciones tenían robots muy buenos, pero faltó habilidad a la hora de manejarlos. La competencia sirvió como una excelente experiencia para nosotros y nuestro futuro”, señaló.

Jorge Mendoza (14), del Colegio del Sol, empezó armando robots con legos en el 2009; recién para la competencia empezó a trabajar con VEX y fue una experiencia reveladora para él. Durante el certamen le llamó la atención la tecnología utilizada para la construcción de los otros robots y ahora asegura que le gustaría estudiar Ingeniería. Explicó, entusiasmado: “Siempre supe, pero ahora estoy convencido de que quiero especializarme en robótica”.

Para Nicolás Escoz (14), la robótica se inició recién el año pasado. Estudió programación con el sistema Arduino, que es una base de proyectos populares de electrónica. Afirma que, también, le gustaría dedicarse a la robótica, ya que “si más gente se prende, se pueden crear elementos muy útiles para la sociedad, como, por ejemplo, las impresoras en 3D u otras tecnologías enfocadas a la provisión de prótesis para personas con capacidades diferentes. La masificación ayuda a bajar los costos, algo que va a ser bueno para mucha gente”.

Por su parte, para Arturo Machuca (14), el mundial fue una experiencia muy enriquecedora y diferente. “Anteriormente, había concursado en un mundial de matemática, pero en esta competencia uno puede ver dónde está el error y, también, cómo lo resolvieron los demás equipos. Eso ayuda a mejorar”, afirma. De mayor le gustaría ser ingeniero. Explica que le gusta la robótica, porque es un área muy compleja que abarca matemáticas, ciencias e ingeniería, así que a través de eso uno desarrolla su inteligencia y puede crear elementos de acuerdo a la necesidad de cada sociedad.

Estudiantes de primaria, secundaria, bachillerato y universitarios sorprenden todos los años con los elementos que desarrollan para la competencia, que es organizada por la Vex Robotics Design Systems, unidad creada conjuntamente por la Universidad Carnegie Mellon y la National Aeronautics and Space Administration (NASA).

En la competencia se miden la habilidad y rapidez de los robots para apilar la mayor cantidad de cubos en menor tiempo.

mbareiro@abc.com.py

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