Zona infestada de marihuana

La colonia Crescencio González, en Canindeyú, donde nuestro compañero Pablo Medina efectuó una de sus últimas coberturas en la tarde del jueves 16 de octubre pasado, antes de ser asesinado, estaría infestada de cultivos de marihuana.

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Esto es según muestran las imágenes satelitales captadas por productores y datos proporcionados por fuentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).

De acuerdo a las imágenes satelitales, más de 90 hectáreas de un área boscosa de la mencionada colonia fueron utilizadas presumiblemente para el cultivo de la “macoña”.

Crescencio González está ubicada a casi 50 kilómetros de la frontera con el Brasil y, al igual que las otras colonias de la zona, casi toda la población está vinculada con la producción de la droga, que según los investigadores es el único rubro que deja ganancias a los lugareños.

Esta localidad está muy próxima a la reserva del Mbaracayú, un área protegida por el Estado, que en los últimos años también fue invadida por campesinos que utilizan grandes extensiones de bosques con especies nativas para la siembra de la hierba narcótica.

Los financistas de los cultivos en la mayoría de los casos son narcotraficantes brasileños y algunos capos locales que responden a organizaciones criminales como el Primer Comando Capital (PCC), que surten del producto al mercado de consumo del vecino país.

En la mayoría de los casos estas actividades eran avaladas por las autoridades de la zona de Canindeyú, quienes en algunos casos cobraban importantes sumas de dinero por su silencio, en tanto que otros directamente financiaban el lucrativo negocio, como el intendente colorado prófugo de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, según los investigadores.

Precisamente, estas actividades delictivas eran constantemente denunciadas por el corresponsal de ABC Color Pablo Medina, por lo que era amenazado insistentemente por los capangas de los jefes del narcotráfico, que controlan aquella extensa zona fronteriza.

Pero cuando las denuncias efectuadas por nuestro compañero a través de sus publicaciones se tradujeron en sucesivos procedimientos de la Policía y de la Secretaría Nacional Antidrogas, que terminaron en el decomiso de miles de kilos de la droga ya procesada y la destrucción de cientos de hectáreas de cultivos, los narcos finalmente lo mataron el 16 de octubre último en una emboscada, cuando el trabajador de prensa regresaba de una jornada laboral.

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