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Ypejhú es una pequeña localidad de 7.000 habitantes, ubicada en el departamento de Canindeyú, frontera seca con Brasil.
Solo una calle lo divide de la localidad de Paranhos, Brasil. En los últimos años, la comunidad se vio sacudida por una seguidilla de asesinatos cometidos por bandas criminales dedicadas a la producción y tráfico de marihuana; y al abigeato en menor escala.
Una de las bandas más importantes está encabezada por el propio intendente de la comunidad, el colorado Vilmar “Neneco” Acosta Marques, quien trabajaría de cerca con el narcotraficante Líder Cabral, preso en Brasil.
El jefe comunal, mediante protección político-policial-judicial, logró conformar un formidable esquema para asegurar la producción y tráfico de estupefacientes. Tiene un ejército de informantes en cada camino vecinal; y el que no se alinea termina muerto. Al menos 20 asesinatos –solo los que trascendieron– se pudo contabilizar en los últimos años, la mayoría atribuida a la banda criminal.
La intervención policial-judicial que se lleva adelante en la zona, tras el asesinato del periodista de nuestro diario Pablo Medina, ocurrido el 16 de octubre pasado, logró desmantelar en Ypejhú una procesadora de marihuana ubicada en la propiedad del jefe comunal.
Una fuente aseguró a nuestro diario que este no sería el único. Habría otra en la zona de la colonia San Roque, conocida como Americana Cue, donde tendría protección de narcoganaderos.
En el lugar, los Acosta tendrían una plantación importante de marihuana en plena reserva forestal.
Nuestro informante recordó la frase de la diputada Cristina Villalba (ANR), quien dijo que conoce a “Neneco” como un hombre trabajador, que sube a un tractor. “Es cierto, sube a su tractor y va a preparar él mismo la tierra para cultivar marihuana”, aseguró. El jefe comunal está imputado por tráfico de estupefacientes.