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Los fiscales Aldo Cantero y Juan Leonardi son los responsables de la investigación de la supuesta confabulación para matar a Cartes o a algún familiar.
Medios de comunicación, propiedad de la familia del Presidente, sorprendieron el dos de setiembre pasado con la noticia de que el capo del narcotráfico, el brasileño Jarvis Chimenes Pavão, preso en la Agrupación Especializada de la Policía, pagó cinco millones de dólares a sicarios para atentar contra la vida del Mandatario o familiares. Sería en represalia por el traslado del brasileño de la cárcel de Tacumbú, donde tenía privilegios, o por las intervenciones contra el tráfico de drogas, especularon los medios de la familia Cartes.
Ese mismo día, Acevedo, consultado sobre el tema, dijo entre otras cosas que el asesinado narco Jorge Rafaat Toumani estaba procurando con un ministro del Poder Ejecutivo la extradición de Pavão al Brasil. Se sospechó que el presunto contacto de Rafaat era el ministro del Interior, Francisco de Vargas.
A raíz de estas declaraciones, Acevedo fue llamado a una declaración testifical.
El presidente del Congreso cuestionó la convocatoria y adelantó que él no sabe nada e incluso dijo que más tienen que saber las autoridades del Gobierno que hicieron el anuncio de la amenaza.
La información sobre el plan de atentado fue confirmada por el titular de la Senad, Cnel. (SR) Hugo Vera, quien dijo que ya habían ingresado al país criminales del PCC y del Comando Vermelho.
Sin embargo, en varios sectores políticos hubo dudas sobre la amenaza y se consideró que era un bulo para distraer la atención del asesinato de ocho jóvenes militares en el norte.