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Quien fue nuestro corresponsal en Curuguaty y en otros distritos de la zona sur de Canindeyú, Pablo Medina, durante años denunció que el clan liderado por Vilmar “Neneco” Acosta Marques operaba con total impunidad mediante protección policial, judicial y político. Los policías destacados en su zona trabajaban para él y aquellos que se negaban eran trasladados.
El periodista Pablo Medina fue asesinado el 16 de octubre de 2014, alrededor de las 14:20, cuando regresaba de realizar su trabajo en colonias pertenecientes a los distritos de Ypejhú y Villa Ygatimí. Junto con nuestro corresponsal también mataron a la joven Antonia Almada.
Las investigaciones concluyeron que “Neneco” Acosta fue el autor intelectual del doble asesinato y que su hermano Wilson y su sobrino Flavio Acosta fueron los ejecutores del atentado. Contra los tres existe orden de captura nacional e internacional.
El exchofer y hombre de confianza de Vilmar Acosta Marques, Arnaldo Cabrera, quien está detenido, aseguró que uno de los “amigos” y fieles protectores de su expatrón es el exjefe de Investigaciones de la Policía Nacional en Ypejhú, oficial inspector Francisco Sinecio López Arrúa. Declaró que el uniformado ayudó a escapar al exjefe comunal después del homicidio de Pablo Medina y Antonia Almada.
Según el expediente, Arnaldo Cabrera López declaró que el oficial inspector López Arrúa había alertado por vía telefónica al entonces jefe comunal de Ypejhú (después fue destituido), que su propiedad iba a ser allanada por los investigadores del doble asesinato. La llamada la efectuó en la noche del 16 de octubre pasado, horas después del atentado.
Ante el dato de que el oficial inspector Francisco López ayudó a Acosta Marques y a sus cómplices a escapar, la fiscala Sandra Quiñónez solicitó a la Comandancia de la Policía Nacional la lista de los uniformados que se encontraban trabajando en Ypejhú y en el departamento de Canindeyú el día en que ocurrió el asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada. Pero, llamativamente en el informe remitido a la fiscalía por la Comandancia, a cargo del comisario general Francisco Pastor Alvarenga Núñez, no aparece el nombre de dicho oficial.
Antes de que se enviara el pedido de informe a la Comandancia, dos abogados concurrieron a la fiscalía en representación de López Arrúa para interiozarse de la denuncia en su contra.
La fotografía del oficial inspector Francisco Sinecio López Arrúa cuando estuvo en el lugar del crimen fue publicada en nuestro diario. El agente estaba “levantando” evidencias de la camioneta del periodista eliminado por la mafia.
Sin embargo, para la Policía Nacional el uniformado no estuvo de servicio el día del doble homicidio. De esa forma alguien busca evitar que el Ministerio Público investigue la relación del oficial con el exintendente, y así se obstruye una persecución penal, mediante complicidad. López Arrúa rechazó las acusaciones del exchofer de Acosta y dijo: “nunca voy a deshonrar mi uniforme”.
Tras el atentado, López Arrúa fue trasladado a Asunción y ahora presta servicios en la Agrupación de Seguridad, en el Departamento de Eventos Deportivos, cuya base funciona en la misma Comandancia de la Policía. Esto evidencia que Vilmar Acosta tiene protección en las altas esferas policiales.