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Kriskovich tomó juramento ayer al senador liberal Miguel Abdón Saguier como nuevo miembro de este órgano, en reemplazo de su excolega el oviedista Jorge Oviedo Matto, quien renunció como legislador.
Una fuerte campaña para cambiar a Kriskovich fue llevada adelante por el senador Eduardo Petta, miembro del JEM, quien pretendía quedarse con la presidencia. Para el efecto tenía el apoyo del diputado Óscar Tuma, quien estuvo por un día como presidente, hasta que eligieron por mayoría a Kriskovich.
Empero, Petta no habría obtenido los cinco votos necesarios para lograr su objetivo de remover a Kriskovich.
Solamente los diputados Óscar Tuma y Sergio Rojas, y posiblemente Saguier, habrían sido los votos que hubieran acompañado la intención de Petta.
Cuestionaron que Kriskovich no tomó las medidas necesarias de inmediato papara esclarecer los casos de corrupción en el JEM, a los que se suma la denuncia de acoso contra el flamante titular del Jurado que había sido promovida por una estudiante universitaria.
Sin embargo, a este bloque del Jurado se opone otro conformado por los ministros de la Corte Suprema Gladys Bareiro y José Raúl Torres Kirmser, de Adrián Salas, así como del mismo Kriskovich, los dos últimos representantes del Consejo de la Magistratura ante el JEM.
Los mencionados tendrían la intención de bloquear la pretensión de los políticos de seguir al frente del Jurado de Enjuiciamiento.
Es como consecuencia de la mala experiencia que se tuvo con el exsenador Óscar González Daher, quien manejó el JEM a su antojo y con total arbitrariedad.
Este habría sido el punto de inflexión para que los del sector no político se atrincherasen.
Enjuiciar a fiscales
Saguier anunció tras tomar posesión como miembro del JEM que en el órgano juzgador pedirá que se tramite enjuiciar a los fiscales que promovieron procesos en contra de jóvenes de su partido (PLRA) que están privados de libertad.
Los fiscales afectados son Aldo Cantero, Eugenio Ocampos, Lorena Ledesma y otros.
Petta, al asumir como miembro había prometido que el JEM ya no actuaría como “garrote” de jueces y fiscales.