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La audiencia se realizó en el Palacio de Justicia de Posadas, con la presencia de comisionado de la CVJ, Mario Sandoval de la Cancillería, paraguayos residentes en esta ciudad, jueces y autoridades de la provincia de Misiones.
En la audiencia se escucharon testimonio de cuatro víctimas: Plácida Isabel García, Rubén Chávez, Evaristo Antonio González Rogelio Goiburú. Este hizo un largo relato de lo que pasó su padre, el médico Agustín Goiburú tanto en Paraguay como también en Posadas, donde siguió soportando la persecución tenaz de la dictadura de Stroessner. Agustín Goiburú fue un médico paraguayo, uno de los fundadores del Mopoco en 1948; sus denuncias pública sobre torturas, tratos crueles y degradantes cometidos contra ciudadanos paraguayos por el régimen en su lugar de trabajo, el hospital de policía Rigoberto Caballero, le obligaron a abandonar el Paraguay en setiembre de 1959 y exiliarse en la Argentina. Se radicó en Posadas. Su hijo Rogelio, también médico, vivió con él las penurias del exilio y la persecución política.
En la audiencia Rogelio comentó que hace unos días un general retirado, identificado como institucionalita, quien fuera protagonista del golpe que derrocó a Alfredo Stroessner el 3 de febrero de 1989 siendo en ese entonces teniente coronel, le comentó que su padre fue asesinado de un tiro de pistola en la cabeza en presencia de Alfredo Stroessner y 9 generales en el local del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas (Gral. Santos y Mcal. López).
Comentó que el hecho ocurrió entre fines de febrero y primeros días de marzo de 1977. Señaló que hace 30 años él y su familia siguen de luto, pues no encuentran el lugar donde fue enterrado su padre. Cree que podría haber sido sepultado en el mismo local del Estado Mayor o en una dependencia policial. Precisamente la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, condenó al Paraguay a pagar una millonaria suma en dólares a la familia de Goiburú por su desaparición, sentencia que hasta ahora el Estado no ha cumplido.