Presidente seguiría con intención de comprar avión fabricado hace 30 años

El presidente Lugo seguiría con su interés de adquirir el avión Bombardier Challenger 600, un jet privado con el que volaba el empresario Nicolás Leoz. Según fuentes militares, el Jefe de Estado se siente a gusto con la aeronave, que utilizó en parte del trayecto de su último y extenso viaje al Asia, pero habría recibido recomendaciones contradictorias sobre la propuesta de compra.

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El Bombardier Challenger 600, con matrícula N80CK y año de fabricación 1982, figura a nombre de la firma Jet Aviation LLC, pero era utilizado por el empresario y dirigente deportivo Leoz. Desde hace un tiempo está al servicio de los frecuentes viajes de presidente Lugo. El 17 de mayo hizo la escala Asunción-Buenos Aires y el sábado pasado São Paulo-Asunción. Ante la necesidad de un avión presidencial, el o los dueños del Bombardier Challenger, mucho más viejo que el Fokker 100 de los 90, que el año pasado también ofrecieron al Gobierno, vieron una oportunidad de negocios y ofrecieron el aparato en 3.500.000 de dólares, precio que algunos pilotos militares consultados consideraron exorbitante. En internet se puede ver que los Bombardier Challenger, años de fabricación 1981 y 1982, se ofrecen en precios que van de 400.000 a 1.500.000 dólares americanos.

El jefe de las Fuerzas Militares, Gral. de Ejército Felipe Melgarejo, precisamente había confirmado en abril pasado que la inversión que haría el Gobierno en la adquisición de un avión presidencial rondaba los US$ 3.500.000, dato que generó aun mayor especulación sobre un presunto intento de negociado en la administración luguista. Se dijo incluso, en fuentes militares, que se estaba preparando una licitación dirigida para comprar el Bombardier Challenger. Tras la vuelta de Lugo, el comentario que surgió fue que el Mandatario se siente a gusto con el aparato y que está con la intención de adquirirlo. Pero habría recibido recomendaciones contradictorias de sus asesores u hombres de confianza, en el sentido de que por un lado le animan a que tome la decisión de la compra, por el otro le dicen que no es el momento ni la mejor opción en cuanto a la máquina. Según una fuente, el avión en cuestión tiene la inspección vencida del tren de aterrizaje, trabajo que cuesta unos US$ 450.000.

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